Dejarse atrapar por las redes del alcoholismo es más común en el mundo del espectáculo de lo que muchos pudieran pensar. Algunas figuras llegan a superar esa adicción y otras son reincidentes, pero lo cierto es que el consumo de bebibas alcohólicas coloca a reconocidos artistas en situaciones complicadas.
Pocas personalidades dominicanas tienen una historia llena de optimismo y valor como el cantante Alex Bueno y el humorista Felipe Polanco “Boruga”, dos ejemplos vivos que buscan “abrirle los ojos” a sus fanáticos con sus testimonios de vida. “Yo soy un testimonio vivo y creo que es mi deber dar a conocer a la gente mi cambio. Que vean que sí se puede lograr dejar los vicios si se tiene fe”, dijo Alex Bueno hace pocos días en el programa “Esta noche Mariasela”.
El intérprete de “Confesión” cayó, primero, en el mundo de las sustancias narcóticas y más tarde lo atrapó una adicción al alcohol que casi acaba con su vida. “Yo no me dormía sino dejaba mi botella de alcohol al lado de mesita de noche, porque lo primero que yo hacía cuando me levantaba era beber alcohol”, reveló el merenguero.
Alex Bueno nunca fue a Alcohólicos Anónimos, ni se integró a ningún grupo, “por eso es que digo que yo soy un milagro de Dios, porque yo debería estar viejito o con mi voz muy deteriorada, sin embargo, aquí estoy de regreso como un hombre nuevo, sin vicios”. Sin duda, fue una etapa oscura que logró superar con el apoyo de su familia.
Algo similar le ocurrió al humorista dominicano Felipe Polanco “Boruga”, quien recuerda que hace 20 años, en el mes de abril de 1999, una visita a un retiro cristiano le cambió por completo.
“Oyendo la palabra, en momentos que yo mismo me sentía derrotado, que intenté suicidarme para salir del problema que vivía, escuché una voz desde lo más profundo de mi ser que me dijo: ‘tú no vuelves a beber jamás’. Hace 20 años y todavía esa voz está presente, jamás he vuelto a probar alcohol”, confesó el comediante a través de un extenso mensaje en su cuenta oficial de Instagram.
Cuenta que este padecimiento, que casi lo llevó a la destrucción, lo había convertido en un hombre odioso, arrogante, prepotente, engreído, que creía que el mundo entero estaba equivocado y que él era quien estaba bien.
“Esa voz fue penetrante, imponente, una voz que sé que no fue humana, que esas palabras yo no lal podía decir, porque yo era alcohólico, perdido ya. Y ahí inició mi vida de la mano de Jesucristo, una vida completamente transformada, una vida llena, llena, llena de milagros, de testimonios extraordinarios, de cómo entra la palabra de Dios en nuestros corazones, pues todo cambia, todo se transforma, todo toma otro color, todo toma un valor extraordinario”, expresó.
Boruga se describe como un hombre extremadamente fiel a su esposa, cariñoso con sus hijos, respetuoso y honesto. “Un hombre que si no tengo que salir a trabajar pues prefiero quedarme en mi casa con mis hijos, con mi esposa, con los verdaderos amigos…”, puntualizó.
De acuerdo a las estadísticas de la Oficina Panamericana de la Salud (OPS), el alcohol causa la muerte de 3.3 millones de personas cada año en el mundo. Precisamente, Latinoamérica se ubicaba en el 2018 como la segunda región del mundo que consumía más alcohol y, en este espacio geográfico, República Dominicana ocupó el sexto lugar.