Con el deceso del escritor, República Dominicana ha perdido a uno de los pilares más encumbrados de la literatura, pasión que combinó, como hombre de ciencia, en el ámbito de la etnología, antropología, historia, política y diplomacia
Su deceso, ocurrido el sábado en el Centro Diagnóstico Medicina Avanzada y Telemedicina (CEDIMAT), donde era tratado por complicaciones de la COVID-19, ha causado un dolor nacional, sentido con más profundidad en los círculos del gobierno, literarios, políticos, económicos y universitarios.
Por eso, la Presidencia de la República ha declarado este lunes de duelo oficial, considerando que Marcio Veloz Maggiolo fue un destacado y reconocido escritor, antropólogo, arqueólogo, docente y diplomático que incursionó en los más diversos géneros literarios, como la poesía, el drama, la novela, el cuento y el ensayo.
“Lamento mucho el fallecimiento del destacado escritor y periodista dominicano Marcio Veloz Maggiolo. Mis condolencias a sus familiares y amigos”, escribió el presidente Luis Abinader en su cuenta oficial de Twitter.
También, el expresidente y líder de la Fuerza del Pueblo, Leonel Fernández, consideró a Maggiolo como el más versátil pensador y escritor dominicano de todos los tiempos. “Combinó una mentalidad científica con la de un creador artístico. Fue etnólogo, antropólogo, historiador, poeta, novelista y ensayista”, dijo.
De su lado, la ministra de Cultura, Carmen Heredia, manifestó que “la patria está de luto. Hemos perdido a un gran intelectual, a Marcio Veloz Maggiolo, quien, entre otras facetas, fue hombre de ciencias, investigador, antropólogo, periodista cultural y catedrático; es decir, una verdadera figura renacentista. Te has marchado físicamente, pero tu legado, tu huella, quedará para siempre a través de tus libros. Descansa en paz”.
De igual modo, el exdirector nacional de Cine, Ellis Pérez, escribió: “Se nos fue hoy Marcio Veloz Maggiolo. Fuimos amigos de toda la vida. Hicimos juntos un curso primario”.
Recordó que alguien señalaba que debían elevarlo como candidato al Nóbel de Literatura, “ese era su nivel. Su extensa obra nos queda como legado”.
Con el mismo sentir han reaccionado Andrés L. Mateo, Rafael Peralta Romero, Emilia Pereyra, Jeannette Miller, Angela Hernández y Abil Peralta, quienes han destacado el legado del insigne intelectual.
El dramaturgo y viceministro de Cultura, Giovanny Cruz, consideró que “Marcio Veloz Maggiolo fue el más completo escritor dominicano de todos los tiempos. En cada género literario era brillante: narrador perfecto, universal ensayista, exquisito poeta, hombre caballeroso, super culto y generoso con su conocimiento. Siempre dado a orientar y asesorar a todos los escritores. Era un enciclopedista. Varias obras mías y ensayos ocurrieron porque Marcio me sugirió o regaló el tema. Solía atrincherarse por las causas justas”.
“Era un hombre que tenía puesto su oído siempre al lado del pueblo. En cientos de procesos sociales e históricos dijo, sin vacilar, presente. Quería que escribiéramos juntos una obra de teatro. Llegamos a juntarnos varias veces a discutir la estrategia y la técnica. ¡Una constelación así es insuperable! ¡Hemos perdido el más grande entre los grandes! El dolor que me produce su partida me ha sacudido, me rebasa y lloro al ya probablemente duende… Marcio Veloz Maggiolo. ¡Vete en paz, amigo del alma!”, agregó Cruz.
Trayectoria profesional
Marcio Veloz Maggiolo nació en Santo Domingo el 13 de agosto de 1936. Se graduó de bachiller en la Escuela Hostos (1957); se licenció en Filosofía y Letras por la Universidad Autónoma de Santo Domingo (1962), y realizó su doctorado en Historia de América en la Universidad de Madrid (1970). También hizo estudios superiores de periodismo en Quito, Ecuador.
En su trascendental bibliografía se encuentran libros de la talla de El buen ladrón(1960); Creonte y seis relatos (1961); Intus (1962); El prófugo (1962); Judas: El buen ladrón (1962); La vida no tiene nombre (1965); Los ángeles de hueso (1966); Cultura, teatro y relatos en Santo Domingo (1969); De abril en adelante (1975); Sobre cultura dominicana (1977); De dónde vino la gente (1978); Sobre cultura y política cultural en la República Dominicana (1980); La biografía difusa de Sombra Castañeda (1981); Materia prima (1990); Ritos de cabaret (1992); El jefe iba descalzo (1993); Trujillo, Villa Francisca y otros fantasmas (1996).
Era poseedor de diferentes galardones, como el Premio Nacional de Poesía, en 1961, y Premio Nacional de Novela, en 1962, 1981 y 1992. También en 1981 recibió el Premio Nacional de Cuento.
Además, fue director del Departamento de Antropología e Historia de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, subsecretario de Estado de Cultura, director de investigaciones en el Museo del Hombre Dominicano y del Museo de las Casas Reales. En su faceta diplomática, fue embajador de la República Dominicana en México, Perú e Italia.