El reconocido artista entregará “Obras Maestras” este viernes, en la Sala Carlos Piantini del Teatro Nacional, de la mano de Vibra Productions, de Billy Hasbún

“Obras Maestras” es el título del espectáculo que se apresta a brindar Diego el Cigala este viernes 12 de julio, a las 8:30 de la noche, en la Sala Carlos Piantini del Teatro Nacional.

“Aquí en República Dominicana tengo la innegable sensación de hogar. Me encanta el dominicano, su alegría, su humor, su vitalidad. Es un sitio muy diferente de mi país de origen, aunque haya tantos lazos. Me gusta el clima, la comida, la música y la gente de aquí. Considero al pueblo dominicano gente que lo hace fácil todo, este es un país ideal para vivir, para mí que viajo mucho, les aseguro que es un sitio fantástico para vivir”, ha dicho según una nota de prensa.

Por estos días, Diego -que está hecho de autenticidad, carisma y del don de la fusión, que no es un don cualquiera-, ha regresado al país y se ha entregado en la radio y la televisión por toda la capital dominicana.

El Cigala, desde que apareció a fines de los 90 en la escena latinoamericana, ejerció tal impacto en el bolero, por ejemplo, que nos devolvió el género creado por Pepe Sánchez, el trovador de Santiago de Cuba en 1875 con el tema “Tristeza”.

Suya es esa entrega, desde el flamenco, como un viaje de ida y vuelta, de géneros como el son, el tango o la salsa.

La primera vez que fue reconocido como cantaor, tenía 12 años. Hoy a los 55 ya es una súper estrella que ha acomodado su filosofía de vida y sus almohadas, en las arenas de Punta Cana.

Se desconoce si hay alguien sobre la faz de la tierra que le llame Diego Ramón, que Jiménez Salazar son sus apellidos.

En estos días, cansado del ajetreo citadino, del ruido de los aires de un hotel capitaleño donde no pudo dormir, después de El Show del Mediodía, le dijo a Julio -hijo de su inolvidable Amparo y ya, claro, suyo también- “vámonos a casa”. Y casa, se refería a su hogar en Punta Cana. Desde allí respondió estas cuatro preguntas.

El año que viene cumples 45 años de vida artística desde que a los 12 ganaste un premio al mejor cantaor en Getafe. ¿Cómo lo celebrarás?
Espero que siguiendo en los escenarios y disfrutando de lo que más me gusta hacer, después de pasar tiempo con mis hijos, que es cantando.

El público gitano clásico es muy reacio a las fusiones y tú llevas ya muchos álbumes alejado del flamenco puro. ¿Cómo piensas acercarte ahora?
Llevo tiempo preparando dos proyectos de flamenco en los que todavía estoy trabajando y de los que no puedo contar mucho, pero que me hacen mucha ilusión, porque sé que hay mucha parte de mi público que lo está esperando.

¿Quiénes te acompañan en ese nuevo proyecto? ¿Tendrás invitados?
Aún no puedo revelar los secretos. Pero van a ser dos discos donde voy a estar muy bien acompañado. Son proyectos en los que voy a tener a bastante gente conmigo para mi vuelta al flamenco.

¿Cómo será el formato acompañante del concierto de este sábado? ¿Y qué música pondrás? ¿Algún tema nuevo?
Se va a hacer el repertorio de cuatro discos en uno y el formato será a trío. Contrabajo (Marco Niemietz) percusión (Israel Suárez Puraña) y piano (mi gran Jaime Calabuch “Jumitus”). Pasaremos por Obras Maestras, Cigala canta a Mexico, Cigala & Tango y Lágrimas Negras.

Después de responder las preguntas uno imagina que prende un puro, mira el sol del patio y pide un roncito, que no viene mal. ¿Verdad, Diego?

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