Probablemente en una década o más ningún otro artista haya tenido un debut tan exitoso como el de Carlos Rivera ante el público dominicano.
Sus presentaciones del martes y miércoles en el Teatro Nacional con aforo repleto, son una rareza. Fíjese que he escrito martes y miércoles. No viernes y sábado.
Súmele a eso que el nuevo ídolo de las dominicanas aparece en un momento en que Luis Miguel comienza a acumular años y acusa problemas serios con su voz. Como ha ocurrido en sus dos últimas presentaciones en el país.
Rivera, en su debut dominicano, ha demostrado ser el nuevo Chayanne, solo que con mucha más voz que el boricua.
Porque además de ser dueño de un vozarrón, el hijo de Tlaxcala, baila y hace las coreografías sean las que sean.
La primera noche, el mexicano inicio con un video de su natal Tlaxcala. Luego los músicos vestidos con trajes de sobrecargos de aviones, salen de a poco.
El opoening fue con Un viaje a todas partes. Que ese es el título del tour.
“Buenas noches esta noche te pertenezco…. Escápate conmigo Santo Domingo”, mencionó y cantó Escapémonos.
La escenografía va en planos piramidales donde se acomodan los músicos. Una gran pantalla led al fondo, protagonista como el artista, de las imágenes.
Balada ranchera lenta es la titulada 100 años. El público coreaba. Después Todavía no te olvido. Dando clases de canto. Brindó de su mezcal a una joven del público.
Ya no vives en mí, que grabara con Yuri. Y por último Recuérdame, otra balada. Siempre propone imágenes maravillosas de su país, incluyendo de un animado. Al final pone fotografías e imágenes de personas al parecer fallecidas.
Un nuevo segmento llamado Frío propone la canción Luna del cielo. Luego El hubiera no existe.
Habla de si tuviésemos posibilidades de viajar al pasado un instante y reencontrarnos con los seres que ya no están. Cuenta de la ausencia de su padre fallecido hace 8 meses. E interpreta Sería más fácil.
Luego cantó Digan lo que digan. La gente coreaba cuando él lo indicaba. Finalizó ese segmento con QLNSQ.
El avión que despegó en el oppening aterrizó en Barajas. Para eso cantó Alguien me espera en Madrid. Enseguida: Deja de amarte y Regrésame mi corazón. Con imágenes de la arquitectura morisca. Especificamente del Alhambra de Granada. Y bailarines imitando baile flamenco.
Sincerándome de su reciente disco, da nombre al segmento. Imagenes de un velero rompiendo neblina. Otro cambio de vestuario, probablemente el cuarto. Canta Si te vas.
“Cuánto soñaba con venir a ti Santo Domingo. Este camino comenzó hace 20 años; vengo de Tlaxcala”, dijo.
Luego tocó la guitarra criolla que estaba a su lado. Álbum de fotos suyas de niño. Siempre estaré aquí. Agradeció otra vez a Santo Domingo y cantó Gracias a ti y finalmente Sincerándome.
Ahora el avión arribó a Brasil. Salió a escena un bailador de Capoeira y reapareció Carlos con otro cambio de ropa. Bendita tu vida, cantó. Hizo Sígueme / Cielo azul. Para interpretar Amo mi locura invitó a varias jóvenes del público entre ellos un trasvesti. Bailaron todos y cantaron con el artista. Puso al público de pie para Perdiendo la cabeza. Y al final hizo Lo digo.
El segmento París inició con música de organillo de La vie en rose. Cantó Empieza por mi boca, ahora vestido de negro en su totalidad. Kiss cámara puso a besarse a la gente en el público. Otras vidas. La carta. Solo tú. Fascinación. Con la torre Eiffel detrás. Falso final.
Regresa con otro cambio y canta Me muero; Te esperaba; Cómo no cantarte, Santo Domingo expresó Carlos Rivera. Agradeció a los que vinieron de otras partes y a quienes compraron sus taquillas.
No tengo cómo pagarte pero tengo esta canción para cantarte: e interpretó Cómo pagarte?
Y regresó a México cantando Te soñé.
30 canciones y casi tres horas de concierto después, Carlos Rivera tenía la voz intacta. ¡Es una bestia!