Representantes de distintas manifestaciones artísticas e intelectuales y catedráticos se oponen a una posible desaparición del Ministerio de Cultura
Los gastos del Ministerio de Cultura en Estados Unidos, cada mes ascienden a 5,587,716.99 pesos, destinadas a sus dependencias en Nueva York, Nueva Jersey y Massachusetts, para un total de 93,284.09 dólares con lo que se cubre el pago de 34 empleados y dos oficinas, con el fin de promover la cultura dominicana en la diáspora. Los datos fueron aportados por el periódico Diario Libre.
Saberlo, cuando menos indigna toda vez que el presupuesto de Cultura al año es uno de los más exiguos, y asciende al 0,17% del Presupuesto Nacional cuando debería ser según ley el 1%. Antes el Comisionado de Cultura recibía cerca de 50 mil dólares.
Hoy, el Ministerio de Cultura podría desaparecer, absorbido como un espagueti por el Ministerio de Educación. Esto demostraría que ha ganado una visión tecnócrata.
Carlos Veitía, director del Teatro Nacional considera que fue una necesidad la creación del Ministerio de Cultura “porque la nación crecía y con ella la necesidad de atender sectores que componen nuestra identidad cultural y también instituciones artísticas que son partes esenciales de la educación en toda sociedad”.
Este, como organismo especializado debía “atender, regular, y ayudar a seguir desarrollando las instituciones de las artes en general, tanto las de formación que son las académicas, así como las de difusión que son las profesionales que de paso, son fuente de trabajo y forman una industria beneficiosa tanto local como internacionalmente”.
El coreógrafo y bailarín confiesa no estar seguro de “que estemos listos para fusionar una misión tan amplia como es la de educar a través del arte y la cultura con la educación convencional escolar y universitaria en un mismo ministerio. Lo que sí es importante es que ambos ministerios trabajen en colaboración constantemente”.
Mientras el cantautor Pavel Núñez piensa: “Después de los logros de ambos ministerios por separado, cargar un ministerio con otro, no me parece la mejor salida”. Ambos “están aportando con sus luces y sus sombras hasta donde pueden cada uno, y creo que sumarle un ministerio a otro sería un problema para el ministerio que lo asuma”.
“Si bien es cierto que el perfil cultural juega un papel educativo, la cultura debe ser protagonista por sí misma. El Ministerio de Educación juega un papel fundamental en áreas que no debe descuidar”. El paso centralizaría demasiado y también supondría “un retroceso en muchas áreas”.
“La cultura es indispensable tanto como respirar”, afirma el reconocido artista visual Polibio Díaz . “¡Qué pobres hubiéramos sido sin un Manuel Rueda, Juan Luis Guerra o Casandra Damirón!”. Observa que “todos ellos iniciaron su trayectoria sin un Ministerio de Cultura que los apoyara, algunos tenían sus mecenas”. Enumera países como EE.UU. donde no existe el Ministerio de Cultura. “Aquí el Ministerio de Cultura trabaja con un presupuesto muy limitado, y para colmo la Ley de Mecenazgo, que era una esperanza para los artistas y la clase empresarial, actualmente está en un limbo”. Señala que eventos como PhotoImagen son patrocinados por el sector privado; “el Ministerio de Cultura sólo participa con el aval. En la actualidad nosotros los artistas solo podemos contar con el aval del Ministerio. Imagínate si este es integrado a otro ministerio!”. Aboga por una mayor subvención presupuestaria que le permita apoyar a los artistas en general.
Vivir en Absurdistán
El catedrático Fidel Munnigh, experto en temas culturales, dijo: “El malestar en la cultura nunca acaba. Incluso empeora cada vez más. Hay una espantosa involución a todos los niveles, en particular al nivel de la cultura, una indiferencia oficial que ofende y lastima al espíritu sensible”.
Según él: “Para el Estado y los gobiernos de turno, igual que para la clase política dominante, la cultura es simplemente diversión, entretenimiento y espectáculo, nada más”, mientras tanto se habla de la “necesidad de promover la identidad cultural dominicana”.
Para el experto: “La transversalidad de la cultura no se entiende, ni se quiere entender. Por eso insisto: un país que quiere ser algún día de primera no puede seguir teniendo a la cultura de quinta… tampoco puede haber Estado dominicano sin cultura nacional”.
Desde su punto de vista el presidente Abinader “olvida que la cultura es el eje de la transformación social. Confunde educación con cultura, la promoción de la cultura con el fomento de la educación, dos ámbitos vinculados, pero claramente distintos. La educación y la cultura tienen sus objetivos propios bien definidos”.
Una eliminación del Ministerio de Cultura o su fusión con el de Educación “no resolverá nada, no ahorrará nada, no eliminará supernumerarios que abultan la nómina, ni botellas predilectas… Buena parte del sector cultural y artístico que votó en 2020 y volvió a votar en 2024 por Abinader se hizo muchas expectativas en torno al tema del arte y la cultura que luego resultaron fallidas. Yo mismo creí una vez que en este país se podía hacer cambios desde la cultura. ¡Tamaña ingenuidad la mía!”. Es duro asimismo al criticar al sector que califica de “flojo, dócil y genuflexo” que “no se hace escuchar ni sentir, y vive profundamente dividido por mezquindades insignificantes y rencillas personales. No tiene fuerza ni autoridad alguna”.
Para Munnigh al ministerio de Cultura hay que “repensarlo, redefinirlo, refundarlo”. Se debe “reorientar el gasto hacia lo realmente necesario e importante: los planes, programas y proyectos culturales; la gestión cultural municipal, provincial y regional emancipadora y afirmadora de los valores de nuestra identidad cultural”
Fidel Munnigh opina que la posible “propuesta de fusión ministerial es un absurdo, un disparate. Pero ya sabes que vivimos en Absurdistán”.