Aventura es un pedazo de nostalgia atado a la memoria. Por eso, cada vez que reaparece, produce lo que ocurrió la primera noche del maratón de conciertos “Cerrando ciclos” que estará haciendo este sábado, el domingo y el 5 de enero del 2025 en el Estadio Olímpico Félix Sánchez de Santo Domingo.
Los Beatles de la Bachata (¿O serán los Rollings Stones?), son más que una banda de dos hermanos y dos primos. Son la celebración de lo que se llama leyenda. Si Romeo y Henry son el Lennon y el McCartney (valgan las distancias abismales) de la banda; Lenny y Max son Harrison y Ringo.
Euforia, desborde de sentimientos, y la renovada materialización de ese coro popular que no cesa, en un público que nunca se sienta, aunque haya pagado 61 mil tululuses por una boleta.
La experiencia le ha dado a Aventura la práctica de ir de medley en medley, para poder abarcar más temas del extenso repertorio de los muchachos que nacieron como Sueño en 1993, se convirtieron en Los Tinellers cuando lo tomaron más en serio y con par de años más fueron Aventura, una aventura que se niega a cesar. De hecho cantaron un total de 35 canciones en dos horas y media de concierto.
El oppening fue con Por un segundo, y siguieron de corrido con La niña cambió, El desprecio, La Boda y Los infieles fueron los primeros cinco temas que probaron el estado del motor, uno detrás del otro.
Vestidos con chaqueta roja Romeo y de de pantalón y camisa roja Henry Santos, pero también Lenny Santos y Max Santos, requinto-guitarrista el primero; y bajista el segundo en Aventura.
Romeo y Henry agradecieron al público la asistencia.
El segundo medley incluyó Llorar, Dile al amor, Angelito, Enséñame a olvidar, Te invito, Todavía me amas, 9:15, y Brindo con agua.
En otro momento hicieron la habitual dinámica de la competencia de públicos, cada uno con una mitad, donde salió victorioso Henry.
Es destacable la labor acompañante de los músicos, la banda Aventura ampliada aportaba detalles sonoros en un arreglo enriquecido con máquinas y mejor distribución percutiva, además de coro. Mientras Lenny en el requinto y Max en el bajo lograban punteos poderosos, que apoyados por la percusión eran códigos morse que lanzaban mensajes de amor y desamor (valga la cursilería) a los corazones, pero sobre todo a los pies de los bailadores.
Romeo habló de los tipos de hombres que existen, entonces cantaron El malo, El Perdedor, Mi corazoncito, Su veneno, Un beso, Noche de sexo y Ella y yo, conformaron el punto zenital del concierto. Con varias de las canciones que pertenecen al acerbo de lo más popular del genero.
El público desconocía que habría una tarima B algo que es, sin embargo, bastante usual en los conciertos de Aventura. Así que metidos en cajas negras se movilizaron hacia el otro extremo del terreno desde donde cantaron, invitando a jóvenes del público, alguna enseñó sin querer sus glúteos, otra le estampó un beso en la boca a Romeo, mientras cantaban La película, La tormenta, Volvió la traicionera, Our song, Hermanita, Deja vu, Yo quisiera amarla y Tu jueguito.
Regresaron a la tarima central y allí comenzaron el último medley, que incluyó Amor de madre, seguido de Un poeta enamorado, No lo perdona Dios, Cuando volverás y Alexandra.
En total ocurrieron tres cambios de ropa en la puesta en escena con diseños de luces de manera casi siempre eficiente. El sonido estuvo muy bien. Las pantallas se dedicaron a reflejar lo que sucedía en escena con el grupo Aventura.
Para el final, una sorpresa más, la salida a escena de La Reina del Merengue, Milly Quezada quien hizo junto a Romeo el clásico de los clásicos de Aventura: Obsesión.
Fuegos artificiales. Y para la casa. Hoy sigue el evento, que visto en un solo time line ocuparía 10 horas de entrega de un pedazo de entrega que se queda en la memoria.
Ojo: la entrada fue un poco caótica, demasiadas personas a la vez y un poco desorganizados los encargados de garantizar el orden. Algunos quitaron hasta perfumes de las carteras de mujeres en hechos insólitos. Demasiadas requisas en pocos metros. Faltaban separadores y habilidad por parte de quienes se encargaban de la seguridad.
Volviendo al concierto: ¿volveremos a ver algún día a ver a Aventura en concierto? ¡Quién sabe! Ojalá que lejos de Los Beatles se conviertan en los Rolling Stones de la bachata y perduren muchas décadas más.