Será el día 6 y la acompañará la Orquesta Sinfónica Nacional, dirigida por el maestro José Antonio Molina

En el mundo de los influencers, esos que acumulan millones de falsos views creados con granjas de celulares en red, para así generar dinero; en el mundo de comunicadores que se dan el lujo de sentenciar que la ópera no debe existir, “porque su razón de ser es porque antes no había micrófonos y había que cantar alto para que el público escuchara”, hay una mujer que desde la música clásica forma parte de la real lista de las 100 personas más influyentes del mundo, según la revista Time.

Esa mujer es la soprano más conocida del mundo, se llama Anna Netrebko, es rusa, vive en Austria y se va a presentar en el Teatro Nacional de Santo Domingo el 6 de febrero del año próximo. Ojo: ya casi están vendidas las boletas de platea que son las más caras.

La Netrebko será acompañada por la Orquesta Sinfónica Nacional dirigida por el maestro José Antonio Molina y tendrá como invitado al tenor brasileño Martin Muehle.

Anna es bella, desenfadada, tiene un salero que solo viene de los gitanos que están en su ADN, y es famosa porque su tesitura es amplia y alcanza el Mi bemol sobreagudo de soprano e incluso fa más agudo.

Para que se tenga una idea, existen las sopranos ligeras (registro más agudo con menos cuerpo), las sopranos líricas (más volumen que las ligeras, mas no tan agudas) y las sopranos dramáticas (voz más grave y un timbre más brillante, el preferido para papeles dramáticos). Pues bien, Anna Netrebko es realmente una soprano lírica, dueña de una voz flexible, precisa, versátil con suavidad, pero a la vez con la resonancia y el timbre oscuro de una soprano lírico spinto que le permite acometer repertorios dramáticos como el de Verdi.

Ha sido capaz de hacer en una misma noche en un mismo escenario Musetta, Lady Macbeth y Turandot.
Su voz se adapta maravillosamente no solo a cambios de registro, sino también de carácter.

Anna Yúrevna Netrebko es natural de la antigua ciudad de Krasnodar que ahora se llama Ekaterinodar.

Hija de un geólogo y una ingeniera, nació el 18 de septiembre de 1971. De niña cantaba en coros y a los 18 años mientras estudiaba canto en el Conservatorio de Leningrado (hoy San Petersburgo), trabajaba en la limpieza del Teatro Mariinsky. Allí la descubrió el maestro y gran director de ópera ruso (y buen amigo de Putin) Valery A. Gérguiyev, quien se convirtió en su mentor musical y la llevó a la escena como Susana en Las bodas del Fígaro.

Haber pasado por las manos de Claudio Abbado y de la muy rigurosa Renatta Scotto, moldeó la Netrebko que hoy es. Brillante, chispeante y exigente.

En lo personal Anna estuvo casada con el barítono uruguayo Erwin Schrott de cuyo fruto nació su hijo Tiago, el cual es autista. Luego se casó con el cantante de ópera azerbaidzhano Yúsif Eyvásof. La relación duró apenas dos años.

Que la más importante soprano del mundo cante en el Teatro Nacional Eduardo Brito es un acontecimiento cultural de envergadura mayor. Arias y duetos de óperas de Verdi, Puccini, Cilea y otros compositores, obertura e intermezzos, podrán ser escuchados en esta gran presentación, cuyo productor local es César Suárez Pizano.

Anna ha sido centro de controversias tanto por sus relaciones, como por su belleza, pero también por su negación a condenar públicamente a Vladimir Putin por la invasión a Ucrania, lo que le acarreó la cancelación en Nueva York. El 31 de marzo del 2023 anunció en las redes condenó la guerra, tomando distancia del presidente ruso y anunciando que volvía a la vida artística en Europa. Algunos teatros rusos en los que tenía programadas actuaciones, por su parte, le rescindieron contratos. Enseguida comenzó a presentarse en el resto del mundo.

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