Norma Díaz fue la primera mujer en fundar una liga deportiva en el país; además, una de las primeras en jugar softball
Desde muy pequeña su interés por el deporte fue creciendo en su interior. A pesar de ser extranjera, República Dominicana se convirtió en su tierra, donde ha vivido por casi ocho décadas.
Originaria de Curazao, Norma Díaz llegó a este país a muy temprana edad con sus padres. Recuerda las visitas que realizaba a los estadios de béisbol cercanos a su casa en San Carlos, donde germinó su voluntad por convertirse en dirigente deportiva.
Díaz es la primera mujer en dirigir una liga, y una de las primeras en jugar softball en el país. Su entrega la ha hecho merecedora de cientos de premios y reconocimientos, tanto dentro como fuera del país.
1. Extranjera
Nací el 30 de abril de 1930, en la pequeña isla de Curazao, a las 11 de la mañana en el Hospital Santa Elizabeth, ubicado en Otrobanda Willemstad. Mi padre fue Justo Pastor Webber, y mi madre fue Aurora Rodríguez. Mi padre era venezolano y mi madre curazoleña. Tuve 10 hermanos, aunque solo quedan siete con vida. Yo viví en Curazao hasta los 10 años. Mi familia no era millonaria, pero eran personas pudientes, es decir, tuve una niñez sin muchos inconvenientes, ya que tuve por lo general lo que quise. No puedo quejarme”.
2. Estudios y familia
Mi mamá quedó viuda en Curazao. Tras eso, conoció al dominicano Manuel de Jesús Díaz Batista, Liquito, que al tiempo la trajo para acá. Comencé mis estudios en Curazao, pero al venir a Santo Domingo tuve que reiniciarlos aquí. Al principio mis padres me llevaron al Colegio Regina Angelorum, donde se me enseñó un poco de español, ya que para ese entonces solo sabía hablar holandés. Luego, pasé al Colegio Serafín de Asís, después al Colegio Quisqueya, y al último colegio que fui fue al Santo Domingo. Nosotros nos manteníamos viajando entre los dos países continuamente, porque se me hacía difícil adaptarme aquí. Luego de esa etapa, me casé el 17 de julio del 1950 en la Iglesia de San Carlos. Mi esposo fue Enrique Reinoso, era un pitcher del Escogido. Nos separamos, a pesar de que había tenido tres hijos con él. Luego me casé otra vez, con Agustín (Papito) Ferreras, el 14 de julio de 1965, y tuve cuatro hijos más. Tengo 20 nietos y 19 biznietos”.
3. Inicios en el deporte
Todo comenzó en Ciudad Nueva. Un señor, llamado Pepe, me llevaba a ver los juegos de pelota, y así me fui acostumbrando a ver esos partidos. Cuando eso, vivíamos en la Palo Hincado #1. Vivíamos cerca de un estadio de pelota, y precisamente alrededor vivían varios peloteros, como Loro Escalante y Enrique Veloz. Al principio nos íbamos a ver los juegos, así que nos ligábamos con todos ellos. Recuerdo que recogía a los niños del barrio, hacía pelotas de papel o de medias de mi papá y comenzábamos a jugar. Pasó un tiempo, tuve que ocuparme de otros asuntos familiares, así que me distancié un poco de eso”.
4. Practicó varias disciplinas
Más adelante, volví, y me encontré con Pepe, quien me llevó a practicar con otras jóvenes. Cuando jugaba voleibol, me llevaron a la Liga del Oeste, donde estaba la reconocida voleibolista Lilith Hernández, quien además estaba reuniendo muchachas para hacer un equipo de softball. Ahí había gente de calidad como Luis Felipe Pérez e Ignacio Rodríguez. Justo ahí se formaron los dos primeros equipos de softball femenino, y entre ellos estaba yo, que era cuarto bate, pero también catcher, por eso tengo un dedo roto. Siempre yo estaba líder en cuadrangular. Recuerdo una vez que hice un triple play. Gocé tanto ese día. Era buena en ese deporte, pero en voleibol no tanto, aunque siempre me esforzaba. En basquetbol Manuel -Varilla- Lugo Barinas nos enseñaba a jugar, pero no daba para eso. En cuanto a la lucha olímpica, fui campeona mixta”.
5. Comienzos de la liga
La liga fue fundada el 30 de abril de 1969, eso fue tras haberme casado y venir a vivir a Los Minas. Fui la primera mujer en dirigir una liga deportiva, y además una de las primeras en jugar softball. Cuando comenzamos se nos hizo difícil establecer un lugar donde jugar, nos tuvimos que reubicar continuamente, pero al final encontramos el terreno en Los Minas, y aunque tuvimos la ayuda de Juan de los Santos y otras personas para la construcción, aún tenemos muchas precariedades. Recuerdo que al principio tenía que levantarme todos los días a eso de las 3:00 de la madrugada para dejar todo preparado en la casa, e ir a practicar con los muchachos desde temprano. Mi nivel de sacrificio fue tal, que en muchas ocasiones tuve que tomar del dinero de mi casa para comprarles a los muchachos bates y pelotas. Uno de los recuerdos que más valoro de mis inicios fue que les gané a tres hombres, en unos torneos en donde participaron unas 120 ligas. Eso me convirtió en la primera mujer en el país en hacer algo semejante”.
6. Primer reconocimiento
Tenemos cientos de premios ganados dentro y fuera del país. Uno de los que más me llena de alegría fue el que conseguimos en unos juegos realizados por el ayuntamiento, de los años 70 al 78, dirigido en ese entonces por Papi Estrella. Yo participé en el 72, y resulté subcampeona. En el 75 fui campeona. Fueron logros que me comprometieron a esforzarme por dar lo mejor a cada uno de los niños”.
7. Lucha por terrenos
Tengo 88 años. Gran parte de esos años me los he pasado luchando por un terreno digno, donde podamos entrenar sin preocuparnos tanto. Este estadio lo peleé yo, pero ahora aparece gente que pretende quitárnoslo, sin ellos haber hecho esfuerzo alguno. En una ocasión sometieron a mi hijo Héctor, quien hace casi tres décadas dirige la liga, a la justicia. Eso lo hizo otro dirigente deportivo, lo que es más duro, ya que siempre respeto a quienes se dedican a esto. En esa ocasión llevaron a mi hijo a la Policía y un grupo de dirigentes se reunió y firmó para sacarnos de aquí. Afortunadamente, eso no pasó”.
8. Proceso
En la Liga Norma Díaz nuestros entrenadores preparan a estos niños. Luego de que los niños agotan un tiempo con nosotros, entonces buscamos una academia, y de ahí los terminan de formar. El primer jugador que firmaron de nuestra liga fue a Ignacio Javier. Recuerdo que desde que lo conocí fue un muchacho muy entregado al deporte. Aparte de esa formación en el deporte, también intentamos darles a los niños buenos consejos y motivarlos a estudiar”.
9. Momento inolvidable
Uno de los momentos más alegres de mi vida fue cuando gané el campeonato del 65. Dejó a muchos mudos, porque Miguel Payero me decía que una mujer no era capaz de ganarles a ellos, pero en el terreno les probé que era lo contrario. Trato a mis peloteros como si fueran mis hijos. Durante estos 50 años, que también fueron de luchas, hemos alcanzado muchos éxitos, pero no un terreno adecuado, y también tenemos otras precariedades. Nosotros no entendemos cómo, con todo este esfuerzo, se nos deja de lado”.
10. Fruto de la Liga
De este humilde terreno salieron cientos de jugadores y figuras muy importantes, que hicieron historia en todo el mundo. Entre ellos, podría mencionar a Sergio Alcántara, Michael Martínez, Abraham Núñez, o incluso los periodistas Víctor Manuel Pérez y Freddy Tapia. También pasó por aquí el cantante Mozart La Para. Se mencionan los nombres fácilmente, pero detrás de todo eso hubo mucho esfuerzo por parte de ellos y nosotros. Algo que me llenó de motivación para dar todo de mí fue saber que a pesar de ser mujer, la mayoría de los dirigentes deportivos no dudaron de mis capacidades. Y los que sí lo hicieron, luego entendieron que estaban equivocados”.
Pide autoridades ayuden a la liga
“Desde que se fundó la liga, hemos hecho mucho esfuerzo por mantenerla. Agradecemos todo lo que hicieron gente como Cuqui Córdova, Juan de los Santos, el expresidente Hipólito Mejía, y varios periodistas. Pero la ayuda que realmente necesitamos es la que tiene que ver con la remodelación del terreno de juego, que precariamente mantenemos. Me da mucha pena que los ministros de Deportes recientes no hayan hecho lo necesario para que como dirigentes deportivos tuviéramos una mejor condición. No lo digo por mí, lo digo porque la mayoría de dirigentes no tiene la suerte de que las autoridades valoren sus sacrificios, aunque justamente de nuestros campos de entrenamiento hayan salido los peloteros más destacados en la historia reciente del deporte local. A pesar de nuestros triunfos, las autoridades no ayudan. Enviamos invitaciones para las actividades de aquí, pero ninguno de ellos viene. Hemos ganado premios en varios países, como Puerto Rico, Panamá, Estados Unidos, y otros. Pero lo peor es que uno no vive de esta liga, porque les cobramos a los niños pero es para pagarles a los entrenadores. Antes contábamos con una pensión que, al menos, nos alcanzaba para cubrir algunos gastos, pero ahora ni eso”.
Apoyo
“Me da mucha pena que los ministros de Deportes recientes no hayan hecho lo necesario para que, como dirigentes deportivos, tuviéramos una mejor condición”.
Entrega
“Mi nivel de sacrificio fue tal, que en muchas ocasiones tuve que tomar del dinero de mi casa para comprarles a los muchachos bates y pelotas”.
Campo de juego
“Durante estos 50 años, que también fueron de luchas, hemos alcanzado muchos éxitos, pero no un terreno adecuado; además, tenemos otras precariedades”.