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La doctora Gatón, quien cursó una especialidad en Citología, dedica su tiempo profesional y personal a trabajar para reducir las altas cifras de cáncer en el país
Dayanira Gatón Guzmán es una médica citóloga que ha dedicado su tiempo profesional y personal a reducir las funestas cifras de mujeres que mueren de cáncer de mama en el país por no recibir un diagnóstico a tiempo de esta enfermedad.
Es por eso que su interés en contribuir con la disminución de la incidencia del cáncer, la ha llevado a participar en numerosas actividades formativas sobre ginecoobstetricia, neumología pediátrica y patología mamaria. Además, a incursionar en la divulgación médica, a través de conferencias, publicaciones asequibles, campañas, entre otros.
Graduada de Medicina por la Universidad Católica Nordestana (UCNE) y con una especialidad en Citología por la Maternidad de la Mujer del Instituto Dominicano de Seguros Sociales (IDSS), la también docente universitaria ha desarrollado diversas iniciativas académicas y sociales que privilegian a los sectores de la población de menos ingresos y que, por esa condición, confrontan dificultades para acceder a la atención especializada que garantice su bienestar.
- Vida familiar
Nací en la ciudad de San Francisco de Macorís, tierra del cacao, donde tuve una infancia bonita, visitando los campos de mis abuelos tanto paternos como maternos, jugando y disfrutando de la naturaleza con mis primos. Gracias a Dios crecí con mis padres y mis hermanos, soy la segunda de ellos. Mi Padre Juan Francisco Gatón Tejada, fue un hombre muy dado al servicio de la comunidad, siempre dispuesto a ayudar al necesitado, incluso llegó a patrocinar la construcción de casas a familias en dificultades económicas. Para las navidades hacía donación de alimentos a personas que lo necesitaran. Mi madre Luz María Guzmán Martínez nos cuidó siempre con mucho esmero, dedicó su vida a nuestra crianza. Mis hermanos siempre nos hemos llevado bien, somos muy unidos. Mi hermana mayor Rosanna y yo somos muy unidas, ella me hizo una tía feliz con dos sobrinos Rosarina y Eddy Manuel. Mi hermano Francisco Antonio (Panchy) es abogado, es una persona muy noble y honesta, me regaló tres sobrinos Marisel, Rosario y Anthony, y el menor de nostros, Juan Francisco (Francis) es coronel de la Policía, él también me regaló a mis tres sobrinos más pequeños María Amelia, Francina y Juan”. - Escuela católica
Realicé mis primeros cursos de primaria y la secundaria en el San Vicente de Paul, un colegio católico con muy buena formación. De esos años guardo muy bellos recuerdos y anécdotas de la secundaria, la cuales giran alrededor de una directora muy estricta que teníamos a quien le hacíamos muchas travesuras. Mis compañeros de secundaria nos reunimos y compartimos gratos momentos. Recuerdo que siempre decía que iba a estudiar arquitectura, porque me iba muy bien en las matemáticas y me gustaba mucho dibujar, pero cuando me realizaron el test psicológico para ingresar a la universidad entendí que me iba a sentir mejor en el roll médico para servir a la sociedad. Además de la influencia de amigos, que ya estudiaban la carrera de Medicina. Realicé mis estudios universitarios en la UCNE, donde me gradué de Medicina”. - Paso importante
Cuando estudiaba la carrera de Medicina, tuve una gran escuela de prácticas médicas en el Hospital Universitario Regional San Vicente de Paul, además hice una especialidad en Citología por la Maternidad de la Mujer del Instituto Dominicano de Seguros Sociales. En ese tiempo no se procesaban Papanicolau ni biopsias. Realizamos múltiples gestiones y pudimos lograr que el hospital fuera dotado de un laboratorio de citopatología que facilitara procesar las pruebas de Papanicolaou y las biopsias de todo el nordeste, lo que consideramos como un paso importante ya que acorta el tiempo de diagnóstico y amplía el margen para un tratamiento oportuno en los casos positivos. Recuerdo que recorrimos toda la región para motivar a que se empezaran a tomar las muestras a las usuarias y en una segunda etapa empezamos a realizar las biopsias. Luego ingresé como vocal en el Patronato Contra el Cáncer del Nordeste, fundado por un grupo de ilustres francomacorisanos como el doctor Reynaldo Almánzar, la licenciada Esperanza Pichardo, doña Cheita de León, doña Milagros Castillo y doña Milagros Ortega, ambas ya fallecidas. También el doctor Ramón Mena y el señor Marcos Vargas, ya fallecido”. - Enfermedad de su padre
En el año 1989 mi papá padeció un cáncer en el cerebro, fue diagnosticado con un meduloblastoma, el doctor José Joaquín Puello le realizó una muy excelente cirugía. Luego, mi papá recibió tratamiento de radioterapia y Dios a través del Padre Emiliano lo curó totalmente del cáncer. Mi padre murió años después, en 2012, pero no de cáncer. La enfermedad de mi papá me llevó a ingresar al Patronato Contra el cáncer del Nordeste, fue una forma de retribuir de algún modo la salud de mi papá y trabajar en favor de las personas de escasos recursos que padezcan esta enfermedad”. - Experiencia gratificante
Luego de algunos años de formar parte del Patronato, me eligieron como presidenta por dos períodos consecutivos, durante ese período ganamos dos premios Brugal Cree en su Gente. Como presidenta del Patronato luchamos de manera preponderante para que el gobierno de Hipólito Mejía nos construyera y donara el edificio que aloja al Instituto Oncológico y de Especialidades. Pasé a ocupar el cargo de primera directora Médico del Instituto Oncológico. Considero que dirigirlo fue una labor con grandes retos, ya que iniciar cualquier proyecto sin recursos económicos es muy difícil, pero gracias a Dios dejamos bases muy sólidas para su desarrollo y crecimiento. El Instituto es una entidad sin fines de lucro que ofrece servicios de prevención, diagnóstico y tratamiento del cáncer y otras enfermedades. Cada día, acuden a la consulta alrededor de seiscientas personas, la gran mayoría de escasos recursos. Ha sido una de las experiencias más gratificantes de mi vida, pues nada se compara con poder ayudar a personas que lo necesitan, sobre todo si es con dificultades de salud”. - Experiencia de crecimiento
Soy docente universitaria desde hace más de 20 años en la Universidad Nordestana, ingresé como una forma de retribuir en algún modo lo recibido durante mis años de formación como estudiante de Medicina, tratando de dejar una impronta positiva en la formación de los estudiantes. Primero, inicié dando clases por unos trimestres, pero ya luego no podía dejarlo. Ha sido una experiencia de crecimiento muy gratificante. Esto me llevó a realizar la Maestría en Educación Superior en Salud en la UCNE. Como docente universitaria hemos desarrollado iniciativas académicas y sociales de diversas índoles que privilegian a los sectores de la población de menores ingresos y que por esta condición, confrontan dificultades para acceder a la atención especializada que garantice su bienestar físico. Además, he aprendido también de mis alumnos”. - Campañas educativas
En el Oncológico creamos una revista con una edición anual con la finalidad de llevar información en aras a la prevención de cáncer para la población y al mismo tiempo por publicidad recibíamos un pago que era utilizado en pacientes de escasos recursos para ayuda de sus tratamientos. En los Servicio Regional de Salud Norcentral (SRSN) cuando asumí las funciones en prevención de cáncer, entendí que había que educar, por lo que iniciamos con capacitaciones para los médicos que laboran en los centros de primer nivel de atención y de igual modo a la población, creamos afiches y brochur con la finalidad de educar en la prevención de cáncer. También, hemos realizado conferencias, publicaciones asequibles al público, campañas educativas y participaciones en espacios radiales y televisivos como forma de contribuir con la disminución de la incidencia del cáncer”. - Esposa e hijos
Estoy casada con el ingeniero agrónomo Orlando Rodríguez, nos conocimos cuando yo iniciaba la universidad. Él ha sido la persona que siempre ha estado conmigo y me ha apoyado en todas mis iniciativas. Tenemos dos hermosos hijos Orlando Ariel y Lisa Mariel, ellos son mis tesoros, mi gran orgullo. Tengo una nieta, Arianny, mi tesorito como le llamo. Mi hijo Orlando realizó estudios en Administración de Empresas, está casado con Paloma Reyna y mi hija Lisa Mariel estudió Administración Turísticas y Hotelera”. - Experiencia inolvidable
Una experiencia inolvidable en mi vida es el poder ayudar a dar diagnósticos temprano de cáncer a tantas madres de familias de mi región y de este modo contribuir a que hoy estén con vida en el seno de sus hogares viendo crecer a sus hijos y formándolos. Cada año miles de mujeres dominicanas son diagnosticadas con cáncer de mama o cervicouterino. De ellas, son muchas las que mueren por haber recibido un diagnóstico tardío. Es por eso que dedico mi tiempo profesional y personal a trabajar para reducir las altas cifras de esta enfermedad”. - Reconocimientos
He recibido muchos reconocimientos de los cuales me siento muy agradecida, pues mi interés es contribuir a la disminución en la incidencia del cáncer. Mi pueblo San Francisco de Macorís me otorgó un reconocimiento como forma de reciprocar mi entrega, también la Sala Capitular de Ayuntamiento Municipal me reconoció como mujer y como profesional, y lo mismo hizo el Instituto Oncológico del Nordeste, a través de sus empleados, y el dispensario médico de la Parroquia Santa Rosa de Lima me reconoció por mi humanitaria contribución. También, he recibido reconocimientos por parte de la Universidad Católica Nordestana, entre muchos otros, de lo cual me siento muy agradecida”.
Medalla al Mérito
“Recientemente, el Ministerio de la Mujer me reconoció con la Medalla al Mérito de la Mujer Dominicana, que para mí fue una experiencia que no me esperaba. Esa condecoración me hizo sentir muy bien, porque como siempre digo hay que actuar de la manera más correcta posible porque siempre hay alguien observando lo que hacemos. Que se hayan fijado en mí y en la labor que durante más de 30 años he realizado es una motivación a la mujer dominicana a que lo hagamos bien, que alguien siempre nos está mirando y lo toman en cuenta.
Ese día de la ceremonia de reconocimiento, conocí mujeres extraordinarias en sus diferentes roles de la vida, dignas de dichos reconocimientos y la ministra de la Mujer, una excelente ser humano con cualidades excepcionales, aunque entendemos que solo somos una representación de tantas mujeres con valores que se merecen también estos reconocimientos”.
Recuerdos
“Mi Padre Juan Francisco Gatón, fue un hombre muy dado al servicio de la comunidad, siempre dispuesto a ayudar al necesitado. Mi madre Luz María Guzmán Martínez nos cuidó con esmero, dedicó su vida a nuestra crianza”.
Decisión
“Siempre decía que iba a estudiar arquitectura, pero cuando me realizaron el test psicológico para ingresar a la universidad entendí que me iba a sentir mejor en el rol médico para servir a la sociedad”.
Propósito
Ingresé al Patronato Contra el Cáncer, a raiz de la enfermedad de mi papá para contribuir con la disminución de la incidencia de esta enfermedad”.
Logro
En el Patronato logramos que el gobierno de Hipólito Mejía nos construyera y donara el edificio que aloja al Instituto Oncológico y de Especialidades”.
Orgullo
Mi experiencia más gratificante de vida ha sido poder ayudar a personas que lo necesitan, sobre todo si es con dificultades de salud”.
Desarrollo
Como docente he desarrollado diversas iniciativas académicas y sociales que privilegian a los sectores de la población de menos ingresos”.