León David fue profesor de Arte en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD)
León David es un creador literario de una sólida formación intelectual y una producción en diversos géneros de la literatura, lo que le ha permitido producir piezas que honran las letras dominicanas. Como hijo del fenecido escritor y político dominicano Juan Isidro Jiménez Grullón, se siente afortunado, por considerar que su padre, además de ser un “gran” intelectual fue un hombre “sumamente cariñoso que siempre se preocupó por el bienestar de su familia”. “La intelectualidad de mi padre me permitió desde muy pequeño vivir dentro de un clima de pensamiento y de enriquecimiento de la sensibilidad artística, estética, no solo para mí, sino también para mis hermanos, por eso siento un verdadero privilegio haber tenido los padres que tuve”, manifestó León David, cuyo nombre de pila es Juan José Jiménez Sabater. Asimismo, el escritor destacó el “gran” apoyo que le ofreció su progenitor, cuando en 1978 publicó sus dos primeros libros, siendo uno de ellos “Narración Truculentas”, un “librito” irónico, satírico, de narraciones breves. El otro fue de poesías.
1. Nacimiento
Nací en la Habana, Cuba, mi padre era el doctor Juan Isidro Jiménez Grullón y mi madre Amada María Sabater de Jiménez. Mi primera niñez transcurrió en Morovis, Cuba, luego en Barranquitas, Puerto Rico, donde mi padre ejerció la medicina, Allí vivimos por varios años. Luego nos fuimos a vivir a Holguín, Cuba, ahí fue donde más años vivimos y donde mis hermanos y yo estudiamos la primaria. Éramos tres hermanos, Maximiliano Arturo, ya fallecido, fue un gran intelectual en este país, sobre todo dedicado a la comunicación popular y la lingüística, uno de los más importantes lingüistas, luego de Pedro Henríquez Ureña. Mi hermana, María Margarita vive en Madrid, España con su familia, fue profesora muchos años en Canadá, pero en estos momentos está jubilada y ahora su interés básico es la crítica de cine.
2. Su vida en Venezuela
Cuando tenía 12 años, vivíamos en Cuba, era la época en que Fidel Castro estaba en las montañas, la situación allá estaba muy difícil, mi padre estaba era perseguido por Fulgencio Batista, entonces decidió que nos fuéramos a vivir a Venezuela. Duramos tres meses en Caracas y luego nos fuimos a Mérida, donde inicié el bachillerato junto con mi hermano, pero luego nos enviaron a Paris, donde tía Consuelo donde seguimos los estudios. Recuerdo que terminamos el bachillerato aquí, para entonces ya había caído la tiranía de Trujillo y mi padre que estaba en el exilio, pudo entrar al país. Cuando pisamos por primera vez este país mi hermano tenía 15 años y yo 16. Luego nos fuimos a España, donde tuve una adolescencia agitada, con muchos altibajos, recuerdo que escribí muchos poemas, la mayoría los quemé porque entendía que no eran muy buenos, pero eso no me impidió seguir escribiendo y dedicarme a la literatura. Seguía sufriendo crisis psicológicas, entonces por eso me trajeron de nuevo a Santo Domingo por un tiempo, pero luego regresé a Francia.
3. Sus progenitores
Mi padre Juan Isidro Jiménez Grullón era doctor, una gran intelectual, político, sociólogo, politólogo, historiador, un hombre muy famoso en este país. Fue uno de los principales revolucionarios organizadores del PRD junto con Juan Bosch, también de los organizadores de la invasión del 14 de Junio. Él era candidato presidencial por la Alianza Social Demócrata cuando se celebraron las primeras elecciones, donde ganó Juan Bosch. Luego del golpe de estado contra Bosch, mi padre se salió de la política activa y se dedicó al estudio de la política y al análisis histórico de lo que había sucedido en nuestro país. A partir de ahí escribió muchos libros importantes, entre ellos “La República Dominicana una ficción” estando en Mérida, pero mi padre venía al país constantemente, pasaba varios meses aquí. Mi madre era cubana, era declamadora cuando mi padre la conoció, falleció hace unos pocos años, tenía 94 años. Era una mujer muy sensible, le encantaba la poesía, en su ciudad natal, Bayamo siempre la solicitaban para participar en los actos, ella era la que recitaba, declamaba poesía, porque en esa época se solía declamar poesías, algo que actualmente se ha olvidado por completo. Recuerdo que ella era una mujer muy dulce, pero también muy dura, rígida en el sentido de mantenernos por el camino recto. Siempre nos apoyó en todo hasta la hora de su muerte. Lamentablemente le tocó ver el fallecimiento de mi hermano en el 98 y también de uno de sus nietos. Lamentablemente mi madre vivió esas tragedias.
4. Exilio de su padre
El estar mi padre en el exilio nos afectó mucho, pero no sé si negativa o positivamente. Mi papá tenía que buscarse las maneras de vivir, de conseguir el sustento de su familia, por eso nos mudábamos bastante de un sitio a otro. Esas mudanzas también fueron elementos de enriquecimiento para nosotros, pues nos dio la oportunidad de conocer el mundo más allá del rincón local. El exilio nos dio la oportunidad de movernos y de tener un horizonte mucho más amplio. Nunca escuché a mi padre quejarse de estar de un país a otro para preservar su vida, lo que siempre deseó desde que salió al exilio fue regresar a su país, todo el tiempo la constante en su pensamiento era derrocar el régimen de Trujillo y volver a la República Dominicana. Mi padre regresó al país el 1962, luego de la muerte de Trujillo, pasaba temporadas aquí hasta que se quedó definitivamente y trabajó como profesor hasta el final de sus días. Él murió en 1983.
5. Estudios universitarios
Estudié la carrera de Letras y de Teatro en Venezuela, en ese tiempo era un período político bastante agitado en toda América Latina por el régimen Castrista, las universidades siempre vivían revuelta, me metía en los líos estudiantiles, incluso dirigí un grupo en Mérida, pero aun así terminé ambas carreras, entonces regresé al país en 1969, mis padres ya estaban aquí. Comencé a trabajar como profesor en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), fui director de la Escuela de Letras y también en Difusión Artística y Cultural. En 1974 volví a Venezuela, la situación en el país estaba muy difícil, era el período de Balaguer. En Santa Ana de Coro, Venezuela trabajé como profesor en el Instituto Tecnológico, también allí me casé con mi primera esposa, con la cual tuve tres hijos. En Venezuela trabajé como profesor hasta 1980.
6. Diplomacia
En el primer gobierno de Leonel Fernández me nombraron embajador en Argentina y Paraguay. Fue una experiencia muy rica, allí dicté montones de conferencias, la verdad es que la embajada se distinguió culturalmente durante ese periodo, aunque pueda parecer inmodesto de mi parte decirlo, pero fue así. Allá publique libros también y se nos tuvo un gran reconocimiento, además conocí grandes escritores y poetas. En la Argentina hice muy buenas amistades que todavía conservo algunas de ellas. En la Biblioteca Nacional de la Argentina publiqué un libro de poemas inspirado en Jorge Luis Borges titulado “Los nombres del olvido”. Fui un embajador cultural básicamente, logramos una muy buena reputación, diría que fuimos la embajada que más promocionó la parte cultural durante esa época. Luego de concluir mi período, en el año 2000, regresé a impartir docencia en a la UASD hasta que me jubilé.
7. Publicación en especial
Fui creador del Suplemento Crítica en el diario La Noticia. También cree el Suplemento Crítica de El Siglo, que calló muy bien en el mundo intelectual, pero lamentablemente por cuestiones de carácter económico se suspendió. Y en el caso del Suplemento Aquí, lo hice junto a Mateo Morrison, eso fue en la época del 74 cuando me fui del país, entonces quedó en manos de él. Esos suplementos me dejaron muy buenos recuerdos y por otro lado una enseñanza de disciplina y de trabajo, porque no cabe duda de que el periodismo es exigente y el relacionado a la cultura, yo diría que más, ya que había que hacerlo todos los días, preocuparse por lo que iba a salir, por la selección y corrección de los materiales que nos entregaban, entre otros aspectos. Fue una buena lección para mí. Aunque después no me dediqué más al periodismo cultural, sino salvo como escritor en varios periódicos del país, como El Caribe donde publiqué muchos trabajos sobre cine, teatro, críticas, entre otros temas. Dejé de escribir para la prensa después que me nombraron embajador en Argentina y Paraguay en el gobierno de Leonel Fernández. A partir de entonces me dedique más a escribir mis libros hasta el día de hoy.
8. Matrimonio
Estoy casado con la artista plástica Dulce María Aybar, nos casamos en el 86, a raíz de mi segundo regreso al país, desde entonces estamos juntos, llevamos casi 35 años de matrimonio. Tenemos un hijo. Mi esposa ha sido un apoyo fundamental para mí, gracias a ella saqué a la luz mis primeros libros, los cuales tenia por ahí tirados. Ella logró que los publicara y a partir de entonces, mi esposa ha sido el estímulo que me ha ayudado a seguir en este trajín de la literatura.
9. Matrimonio
Ese es el máximo galardón que se otorga en el país a la literatura por la obra de toda una vida de trabajo literario, y sí fue un momento muy especial para mí. Me sentí sumamente alagado y feliz por recibir ese reconocimiento público, mucho más que por la parte económica. Es el hecho de que por lo menos se reconozca los más de 50 años de labor intelectual que llevo ejerciendo y eso es algo importante, porque todo escritor desea ser reconocido, o sea que lo lean, que opinen acerca de su obra, que lo reconozcan, porque para eso es que uno escribe. Se trata sencillamente de ver cómo lo que uno escribe de alguna manera se siembra en la mente, en el espíritu y en el corazón de las personas, porque ese es el trabajo de un poeta, de un literato, de un novelista, de un ensayista. Ese es el trabajo, tratar en fin de dar lo que uno tiene, su propia vivencia y ver cómo esa vivencia de alguna manera germina en el corazón de los demás.
10. Opinión
Una vida como la mía con 75 años son muchas anécdotas, no sabría cual sacar a relucir en este momento. Creo que es interesante en darnos cuenta de que la literatura es importante, no solo porque la gente de cierta categoría la sienta así, sino porque a través de ella podemos en realidad sacar lo que nosotros somos y conocernos mucho mejor. Sin la literatura el ser humano difícilmente se conocería como se conoce, sin las grandes obras que han sido escritas por los grandes novelistas, poetas… La verdad es que la humanidad habría resultado terriblemente empobrecida y su conocimiento acerca de sí mismo sería muchísimo más rudimentaria. Por eso amo la literatura y me dedico a ella, porque con la literatura me conozco a mí mismo cada vez más y creo que al conocerme a mí mismo, estoy conociendo también a los que me rodean.
Nombre artístico: León David
León David es mi nombre de pluma, es decir mi nombre artístico. Como soy hijo del doctor Juan Isidro Jiménez Grullón, un gran intelectual político, politólogo, sociólogo, historiador, hombre muy famoso en este país, por supuesto, no quería ser, digamos algo así como la sombra de mi padre.
Es entonces cuando sencillamente adopto el nombre artístico de León David cuando empecé a publicar mis trabajos para que no me confundieran con el nombre de mi padre, aunque es para mí un gran honor y me siento afortunado, ya que mi padre fue un gran intelectual y un hombre sumamente cariñoso que siempre se preocupó por el bienestar de su familia.
A parte de que, naturalmente las preocupaciones de carácter intelectual de mi progenitor eran bastantes diferentes de las mías, porque yo me orienté por el lado básicamente del arte y la literatura, mientras que él se orientó por la parte de la filosofía, la política, la sociología.
Progenitor
Mi padre era un intelectual, político, sociólogo, politólogo, historiador, un hombre famoso en el país. Fue uno de los principales revolucionarios organizadores del PRD junto con Juan Bosch.
Opinión
La intelectualidad de mi padre me permitió desde muy pequeño vivir dentro de un clima de enriquecimiento de la sensibilidad artística y estética”.
Recuerdos
En España tuve una adolescencia agitada, allí escribí muchos poemas, que luego quemé porque entendía que no eran muy buenos”.
Graduación
Estudié Letras y Teatro en Venezuela, en ese tiempo era un período político bastante agitado en toda América Latina por el régimen castrista”.
Trabajo
Fui un embajador cultural básicamente, logramos una muy buena reputación, diría que fuimos la embajada que más promocionó la parte cultural”.