En la actualidad, Henry García está inmerso en estudios de grabación y trabaja con su proyecto “Henry García y Orquesta”
A sus 46 años de carrera, Henry García se siente agradecido por las demostraciones de cariño y admiración de su público.
Su historia en la música comenzó a sus 19 años cuando entró a formar parte de manera profesional del grupo de Julito Deschamps que tocaba en La Barrica, donde permaneció por espacio de un año compartiendo tarima con los músicos Andrés de Jesús, Cuso Cuevas y Luis Mariano Lantigua. Pero fue en 1977 cuando entró a formar parte de la agrupación de los Virtuosos de Cuco Valoy, donde trascendió como cantante principal, y logró numerosos éxitos como: “La temperatura”, “Querube”, “Lo que siento”…
- De familia humilde
Nací en Villa Juana, vivía en la María Montez número 76, al doblar la esquina había una iglesia, me llamaba mucho la atención el culto y las alabanzas, siempre buscaba la manera de que me llevaran para cantar. Recuerdo que mi mamá, Ana Rosario siempre me decía que desde la cuna yo canté. Me gustaba mucho tocar en cualquier superficie sólida, vivía tocando con las manos. Mi papá, Bernabé García, era maestro constructor, nos hizo una especie de pandero con muchas tapitas, las aplanó y las puso en una varilla fina, ahí me pasaba horas tocándolo y cantando mis alabanzas. Crecí en una familia humilde junto a mis padres, hermanos y mi tía Mariana Lantigua, hermana de mi papá, ella tenía un colmado en el Ensanche Luperón, ahí me tocaba lavar los banquitos del mostrador, aunque no se vendían bebidas para consumo, sí vendíamos sándwich y picaderas. Tía Mariana nunca tuvo hijos, nosotros pasamos a serlo para ella, de hecho cuando murió fuimos sus herederos. Mis padres también fallecieron, al igual que mi hermano menor”. - Entre los estudios y el trabajo
Realicé mis estudios en el Santo Cura de Ars hasta el bachillerato, fue una época hermosa cuando éramos felices y no lo sabíamos. Empecé a estudiar música con el apoyo de mi madre, pero cuando mi papá se dio cuenta de que estaba asistiendo a la academia que quedaba frente al Parque Enriquillo, me esperó en la casa y me dio una paliza. Eso me marcó mucho, porque era mi pasión. Mi profesor de matemáticas en la intermedia, Radhamés Peña cuando le comenté que mi padre me había golpeado y que tuve que dejar la escuela, intentó hablar con él, pero no se dio el momento. Al final me aconsejó que insistiera en la música por encima de cualquier adversidad y lo escuché. Para ese tiempo, mi tía se había mudado a Manganagua, por la 27 de febrero, justo detrás de La Barrica y le dije a mi mamá que me quería ir con ella para continuar mi sueño de la música. Dios es bueno, logré irme para donde mi tía, pero con la condición de ayudarla en el colmado, eso me limitaba un poco porque la academia me quedaba lejos, y opté por estudiar guitarra y hacerlo en mi entorno para cumplir con el trabajo”. - Gran oportunidad
Cuando tenía como 17 años tuve la dicha de conocer a Luis Mariano Lantigua, que era pianista en La Barrica con Julito Dechamps. Él siempre me veía afanando con mi guitarrita y me sugirió que fuera al negocio para enseñarme una canción diaria para que la practicara en mi casa y que al otro día si se la tocaba y la cantaba sin traumas me asignaría otra, y fui aprendiendo el repertorio del grupo, hasta que llegó mi gran oportunidad. Resulta que a Freddy Kenton le había llegado un documento de que iba a perder la residencia si no se presentaba en los Estados Unidos, entonces Blanquita Sans, que era la dueña, y Cuso Cuevas, que en paz descanse, me ofertaron su puesto. A base de mucho esfuerzo logré conseguir el trabajo y un magnífico sueldo de 125 pesos mensuales. Eso fue en el 76”. - Orgullo de su padre
Después de que conseguí trabajar en La Barrica, mi papá al ver el progreso y que era en serio mi vocación, no se callaba haciendo alarde de que su hijo era cantante, después de que no quería, él me decía que eso no lo veían como una profesión, que no iba a poder sustentar una familia, que el músico canta por amor al arte y por romo, y en cierta forma tenía razón, porque muchos lamentablemente no le daban el carácter de profesión. Como mi padre tenía una propiedad por la Isabel Aguiar, al frente del Banco Agrícola, comencé a inyectarle dinero, lo ayudé a construir habitaciones y llegamos a tener más de 100 que se rentaban, vivimos por muchos años de eso, pero después ese terreno se vendió”. - Años de éxitos con Cuco Valoy
Cuando cumplí 21 años, los muchachos del Luperón de regalo me llevaron donde Herminia, un night club famoso en la Máximo Gómez. Ese día tocaba Cuco Valoy, pero Raulín que había anunciado que se iba del grupo para los Hijos del Rey, no fue ese día. Como Cuco no estaba bien de la voz y Ramón Orlando solo hacía coro, mi amigo Héctor Veloz al ver la situación le dice a Ramón que yo cantaba, pero él no puso atención, entonces Alexis Duval, que tocaba guitarra también le dijo que yo cantaba y Ramón me dijo que subiera a la tarima. Cuando Cuco terminó, él me preguntó si me sabía otro tema y le dije que me sabía los de Raulín y arranqué a cantar. Cuando terminó el set, me tuve que ir porque mi mamá me dijo que tenía que estar en la casa a las 12 de la noche, en ese tiempo estaba la Banda Colorá y no se quedó ningún contacto. Eso fue como en agosto y en enero del año siguiente Cuco le preguntó por mí a Richard el tamborero y le dijo que estaba cantando en La Barrica. Él fue allá y me propuso entrar al grupo, le contesté que les tenía una gran admiración, pero que ganaba 500 pesos mensuales y que de irme tenía que garantizar mi estadía. El entendió, me garantizó los 500 pesos y de vez en cuando me sacaba algo para el movimiento. A partir de ahí fueron ocho años de éxito y de caminar casi el mundo con el grupo de Cuco Valoy”. - Oferta tentadora
Salí del grupo de Cuco porque recibí una oferta tentadora de Ricardo Bello, que era un disquero independiente, además el grupo había bajado un poco su popularidad y me había enterado que Ramón quería irse a estudiar fuera del país. Responsablemente le dije que iba a emprender mi proyecto, él trató de que no me fuera pero ya había confirmado el compromiso. Hice mi primera producción con Ricardo, con la mala fortuna de que en esa época visitó el país la cantante Betty Missiego que había tenido inconvenientes con su casa disquera, entonces él viendo las posibilidades de tomar esa artista y hacer crecer el sello la firmó, pero entonces me descuidó a mí. El proyecto arrancó, pero no tuvo la pegada que esperaba porque no tenía el respaldo en cuanto a la promoción se refiere. Logré encajar en el área de la producción esperanzado en encontrar un productor que se hiciera cargo del proyecto, porque rompí con Ricardo, que quebró tratando de impulsar a Betty Missiego”. - Orquesta Internacional
Durante una presentación en el Calientísimo del 9, Ángel Óscar García, presidente de Interdosa, cuando me vio me mandó a buscar con su chofer para que me uniera al grupo de Peter Cruz, y ahí formamos la Orquesta Internacional. Luego, entró Ramón, pero la versión original del proyecto duró poco tiempo por la guerra de egos, Peter se fue por su lado, yo por el mío y Ramón se quedó con el grupo. En la orquesta logré pegar varios temas, pero desistí de volver a bregar con grupos, tenía una pequeña compañía con equipos de amplificación y me quedé con el negocio de renta de equipos y trabajaba en el área de grabación de coro y la producción. Rentando los equipos conocí a Pochy Familia y se inició una gran amistad y de trabajo full a nivel de producción con la Coco Band. Implementamos algunas ideas en el formato de los coros que utilizaba la orquesta y aportarmos ideas que fueron fructíferas”. - Rompimiento de Kinito y Bobby
Cuando Kinito y Bobby se fueron de Coco Band, como yo era parte del equipo de producción y tenía dominio de los coros de la orquesta, Pochy pensó primero en mí y lo consultó con Mateo San Martín, quien le dijo que era buena decisión. También habló con José Verás y Rafy Díaz y formamos el nuevo frente de la Coco, con el que hicimos historia. Pero al ver el éxito y la trascendencia que habíamos logrado tanto dentro como fuera del país , siempre digo que eso causó mucha roncha, muchas mentes malintencionadas comenzaron a decirle a Pochy que tuviera cuidado de mí, que me podía quedar con el grupo. La chismografía llegó al punto de que creó el conflicto y vino mi salida de la Coco y al salir, modestia y aparte, se rompió también con el equipo de producción”. - Preparación
Cuando salí de la Coco seguí trabajando en el área de producción, comencé a prepararme para cantar de manera particular con pistas para no tener que bregar con orquestas. Un día un gran amigo, Luis del Rosario, excelente saxofonista, militar, estaba a cargo de la Banda de Música de la Marina, hoy Armada Dominicana, me propuso formar parte de la institución y ahí logramos un grupo de músicos. Logramos tener en la armada a Fénix Ortiz, que era cantante de Ramón Orlando y tenemos 22 años con el grupo. Tenemos presentaciones de manera oficial en la institución, también se maneja como Henry García y Orquesta, Fénix Ortiz y Orquesta, eso depende del contrato o la combinación Fénix Ortiz Henry García que es la que más trabajo tiene todo el año”. - Esposa e hijos
Estoy casado hace casi 40 años con Evelyn Burgos, lo cumplimos ahora en diciembre. Ella es hija de un gran músico dominicano, don Paco Burgos, trompetista de la Orquesta San José que dirigía Papa Molina. Como su papá era músico no me quería porque tenía otro criterio con respecto al músico de combo, me la puso difícil, pero insistí hasta que se dieron cuenta de que había sentimientos puros y me abrieron la puerta de su casa. Ahora mi suegro me dice ¡Ay mi hijo me equivoqué contigo, perdóname, te quiero como un hijo! Y de verdad que ha sido extraordinario. Tengo 4 hijos, Henry Ricardo, de mi primera relación, y con Evelyn tengo a Henri Michael, Evelyn Massiel y Henry Emmanuel. Mis hijos son una bendición del Todopoderoso, he sido bendecido por donde quiera. También tenemos tres nietos que son nuestra adoración”.
Agradecimiento
Cuando mis padres se divorciaron, él nunca renunció a la posibilidad de regresar con ella y todo eso en cierta forma me marcó. Papá se embriagaba, eso creó muchas situaciones difíciles, pero mamá siempre buscó la manera de que no nos faltara nada. Ella le cayó atrás a mi tía, conseguimos una casa por Manganagua y puso un negocito. Mi madre se convirtió en hombre y mujer a la vez, tuvo que tomar ese rol para poder criar seis muchachos. Mi tía y su esposo nunca le dieron la espalda a mi mamá, su apoyo fue estratégico para el desarrollo de nosotros para que fuéramos personas de bien.
Mamá siempre me decía que por encima del talento estaba el respeto a mi trabajo, a los demás y el sentido de responsabilidad, que de nada vale ser una persona brillante, si al final hay incertidumbre y eso sí le agradezco infinitamente a mi mamá, porque crecí con esos valores. Cuando empecé en La Barrica comenzaba a trascender el uso de marihuana y otras drogas, ella siempre me decía te voy a dar la oportunidad de que te dediques a la música, pero ni droga, ni homosexualidad, eso me lo recalcaba, aun siendo yo un manganzón”.
Añoranzas
Mi papá nos hizo una especie de pandero, agarró tapitas, las aplanó y las puso en una varilla fina, ahí me pasaba horas tocándolo y cantando mis alabanzas”.
Gratitud
El apoyo de tía Mariana fue estratégico para el desarrollo de nosotros que fuéramos personas de bien y que no nos fuéramos por el mal camino”.
Responsabilidad
Crecí entre los estudios y los quehaceres del colmado de mi tía, donde ayudaba como dependiente, además tenía la tarea de hacer la compra en el almacén”.
Oportunidad
Entré a La Barrica en sustitución de Freddy Kenton, porque le llegó un documento de que iba a perder la residencia si no se presentaba en los Estados Unidos”