Este médico, reconocido por sus aportes en el campo de la inmunología ocular, fue reconocido como uno de los Maestros de la Medicina Dominicana en 1998
A sus 80 años, el doctor Carlos Dante Heredia García se siente orgullo por el esfuerzo que ha hecho para que su nombre sea una referencia cuando se habla de oftalmología en la República Dominicana y España.
Llegó a ese país europeo tras graduarse de doctor en Medicina de la Universidad Santo Domingo en el 1963, para cursar su especialidad en el Instituto Universitario y Centro de Oftalmología Barraquer.
Heredia García fue reconocido este año con el Premio al Emigrante Dominicano Sr. Oscar de la Renta y en el 1998 como un Maestro de la Medicina Dominicana.
1. Capitaleño
Nací en San Carlos, en el Hospital Internacional, el día 4 de enero de 1939, fruto de la unión de Camilo Heredia Soto y Carmen García Montás. Mis estudios primarios los inicié en la escuela María Auxiliadora y posteriormente en el colegio Don Bosco, de ahí pasé al Liceo Secundario Presidente Trujillo, de donde me gradué en el 1957 de Ciencias Físicas y Naturales a nivel técnico, que era una especie de requisito para estudiar posteriormente alguna carrera ligada a la salud o la naturaleza. En ese mismo año, pasé a la Universidad Santo Domingo, que para la época todavía no era autónoma. Me gradué de doctor en Medicina en el 1963 con 24 años, cuando estaba en el gobierno Juan Bosch, un gran amigo de mi padre”.
2. Interés por la oftalmología
Cuando salí de la universidad, el expresidente Bosch había creado un sistema de becas para jóvenes recién graduados que querían hacer una especialidad en el extranjero, así que lo aproveché y me fui a Barcelona a estudiar oftalmología. Elegí esa área, debido a que el doctor Manuel Eduardo Valdez Guerrero, un oftalmólogo banilejo que se había especializado en Argentina, operó de cataratas a mi padre. Guerrero, yo siendo apenas estudiante universitario, me permitió ver el procedimiento. Quedé encantado. Desde entonces le tomé afinidad. Llegué a España el 18 de septiembre del 1963. Fue difícil adaptarme al principio a ese nuevo país. Arribé solo, con dos maletas, sin conocer a nadie y como miedo de que me pasara algo. Permanecí por alrededor de 15 días sin abrir la maleta. Luego me fui abriendo paso y conociendo gente. Por suerte tenía un pasaporte oficial, lo que me permitió estar en contacto continuamente con el consulado dominicano allá. Después empecé a conocer muchos catalanes que se hicieron amigos”.
3. Labor como docente
Mi especialidad, que hice en el Instituto Universitario y Centro de Oftalmología Barraquer, duró cuatro años, después pasé a formar parte del staff como docente del Departamento de Retina y Vítreo. Eso fueron mis inicios como profesor, en la que permanecí hasta el 1998, o sea, 35 años ininterrumpidos. Lo que más me alegró fue que tuve la oportunidad de impartir clases a nivel de posgrado, que es todavía más difícil, porque ya no se trata de estudiantes comunes, sino de adultos con responsabilidades, y son exigentes. En todo ese tiempo conocí a mucha gente agradable con la que entablé una relación de amistad que todavía perdura. Sobre todo con los pacientes, porque también ejercía la profesión en ese espacio. Cuando una persona que atendí me llama para agradecerme me siento feliz, evidencia que las cosas se han hecho correctamente. Sin embargo, hay que ser sensatos también, no todas las intervenciones han salido bien, porque simplemente hay problemas que no tienen cura”.
4. Su primera cirugía
Mi primera cirugía fue de cataratas, en el 1965, siendo residente en España. Me quedó muy bien, y de ahí se potenció mi entusiasmo. Al principio no estaba acostumbrado a lo que estaba pasando, pero después me fui adaptando al panorama, y llegué al punto de que mientras operaba, mantenía una conversación con el paciente. Todo esto se lo debo a la práctica, al pasar del tiempo. La experiencia se adquiere por los errores propios, y por los éxitos de los demás. En mi haber profesional tengo más de 8 mil cirugías de retina y vítreo. De hecho, soy retinólogo y experto en vítreo. Algunos de mis pacientes fueron los expresidentes Joaquín Balaguer y Juan Bosch, además de príncipes y reyes”.
5. Aportaciones científicos
Tengo más de 200 trabajos publicados en varios idiomas, incluidos el polaco, italiano y francés. Cultivé una rama muy importante de la medicina que se llama oftalmo-inmunología, y mis trabajos de investigación han girado en torno a ese tema. La inmunología estudia esas enfermedades que tienen que ver con virus, microbios, parásitos o gérmenes, es decir, que tienen un carácter auto inmunitario. Fundamentándome la apliqué a la oftalmología. Mis últimos trabajos han sido sobre uveítis, una enfermedad auto agresiva de la membrana de la úvea, de la cual se desconoce el origen, por lo tanto amerita que se busque un tratamiento específico para mitigarlo y tratarlo en consonancia con otros especialistas, porque son medicamentos muy agresivos”.
6. Filosofía y Letras
Tengo trabajos filosóficos, porque también soy bachiller en Filosofía y Letras. Siendo estudiante de Medicina de cuarto año me apunté en el 1960 al Liceo Secundario Eugenio María de Hostos, que estaba ubicado en San Antón. Todas las clases que debía tomar en ese centro educativo eran de noche. Pero fue fácil, porque la filosofía al igual que las letras es muy teórica. Soy autor de obras como “Estado y Tratamiento Actual de la Retinopatía Diabética”, de la monografía “Tratamiento Clínico-Quirúrgico de Afecciones Vítreo-Retinianas”, y del opúsculo “Interpretación Psico-Filosófica de la Mirada”.
7. Club Gonin
Uno de los logros que he tenido y del cual me siento muy orgulloso es que fui el primer centroamericano en entrar al Club Jules Gonin, uno de los clubes más elitistas del mundo y de mucha preponderancia. Solamente ingresan 150 oftalmólogos dedicados a problemas de la retina y el vítreo. Es tan particular, que para entrar tiene que morir uno o darse de baja. Ingresé allí en 1968, después de haberlo intentado durante cinco años”.
8. Trayectoria
A lo largo de mi carrera, tuve la oportunidad de ocupar diferentes cargos y ser reconocido por mi esfuerzo. Parte de eso es que fui ex jefe del Departamento de Retina y Vítreo del Centro de Oftalmología Bonafonte, en España, donde por mis aportes obtuve las distinciones Medalla de Plata y Medalla de Oro de la institución. Soy miembro de la Academia de Ciencias de la República Dominicana, donde tengo la distinción “Laudatio Académica”, que es la máxima distinción concedida únicamente a renombrados científicos dominicanos. Igualmente, fui reconocido como Maestro Dominicano de la Medicina en mi país en el año 1998, donde fui director de Investigación y Proyectos del Servicio Dominicano de Oftalmología; Médico Adscrito del Hospital General Materno-Infantil, Geriatría y Traumatología, Plaza de la Salud, entre otros”.
9. Distinciones
En el año 2013 fui nombrado Primer Ciudadano Honorario de la Comunidad de Davoli, provincia de Catanzaro, en Italia, que es un título otorgado como testimonio de la sincera gratitud y afecto de los ciudadanos de Davoli que se han dirigido a él por razones de salud y que han podido apreciar más allá de la profesionalidad, las grandes cualidades humanas. En el 2003 fue inaugurada una calle en el municipio de Torreblanca, provincia española de Castellón de la Plana, llamada “calle Dr. Heredia”. Lo que representó la primera distinción de esa magnitud que se concede a un dominicano en Europa y fuera del continente americano”.
10. Mi familia
Estoy casado con Montserrat Tapia Ciurana desde el 1967. Han sido más de medio siglo de maravillas. Tenemos seis hijos: Carlos Federico, Sergio Manuel, David Javier, Marcos Jorge, Alejandro Oscar y Dante Aldo, y 10 nietos. Mi familia es lo mejor, lo más querido. Está por encima de todo y de todos. Podrá haber varios títulos y ostentaciones, pero nada me llena tanto como mi familia”.
Piloto de avión y médico aeronáutico
Soy piloto aviador y especialista en medicina aeronáutica y espacial, que estudian las enfermedades que producen el vuelo y el espacio. Una de las principales razones que me motivaron a estudiar esto es que yo tenía mucho miedo a volar. Era un caos, porque el pánico era tal que me iba de Madrid a Santo Domingo sin ir al baño. Entonces, me propuse aprender un poco más en qué consiste el vuelo, entonces decidí hacer esa especialidad.
Cuando me dieron el título me propuse formarme como piloto aviador para conocer el viento, la velocidad, la turbulencia, los meridianos, todo lo concerniente al vuelo. El título de especialista lo obtuve en el 1969, el de piloto aviador en el 1976. Mi primer vuelo solo, lo hice el 28 de diciembre del 1975, el Día de los Inocentes. Esa es una de las actividades en el mundo en la que no se puede ayudar a nadie, el que está ahí o sabe o no sabe.
Son muchas responsabilidades. Me sentí independiente, me di cuenta que era una actividad muy atractiva, viendo el campo, los jardines, las fincas, los ríos y las montañas. Era atrayente.
Cuando me soltaron, o me permitieron el Soleo, como le dicen en República Dominicana, me sentí emocionado, porque ya todo dependía de mí”.
Otras de mis distinciones es que fui proclamado como Hijo Adoptivo del Municipio de Cabrera, en la provincia María Trinidad Sánchez, y una calle de esa misma localidad lleva el nombre de “Calle Dr. Heredia”.
Además fui miembro titular de la Sociedad Española de Oftalmología, de la Société Francaise d’Ophtalmologie, y de la Sociedad Americana de Oftalmología y Optometría, Santa Fe de Bogotá”.
Educación
Mis estudios primarios los inicié en la escuela María Auxiliadora y posteriormente en el colegio Don Bosco, de ahí pasé al Liceo Presidente Trujillo”.
Progreso
Llegué a España el 18 de septiembre del 1963. Fue difícil adaptarme al principio a ese nuevo país. Arribé solo, con dos maletas”.
Carrera
Mi especialidad, que hice en el Instituto Universitario y Centro de Oftalmología Barraquer, duró cuatro años”.
Filosofía y Letras
Siendo estudiante de Medicina de cuarto año me apunté en el 1960 al Liceo Secundario Eugenio María de Hostos”.
Prioridad
Para este galeno la familia es lo más importante, a pesar de las decenas de disticiones que ha recibido por su carrera como médico en el país y en el extranjero, y también como docente.