Con una alta dosis de irrespeto, mezclado con arrogancia y una evidente falta de información, una estudiante de la Universidad de Columbia cuestionó ayer al presidente Luis Abinader sobre el supuesto racismo que en el país “se practica” contra los vecinos del otro lado de la isla. El rechazo casi generalizado que provocó la intervención de la osada, irreverente y petulante estudiante entre los dominicanos que observaron el video, confirma que el delicado y recurrente tema de las relaciones entre República Dominicana y Haití, con sus aristas, es uno de los pocos que en gran medida unifican a los dominicanos. Por eso a los políticos de la oposición no les agrada la idea de que el tema aparezca en campaña electoral. Y es que siempre es el Gobierno el que puede capitalizar electoralmente el tema.
El precedente
En marzo pasado, el presidente Abinader convocó a varios sectores, incluidos los partidos, a un diálogo para tratar la crisis de Haití y adoptar una posición unificada. Las conversaciones se dieron sin la participación de los tres principales partidos de oposición, el PLD, el PRD y Fuerza del Pueblo. Cuando se ve la posición de esas organizaciones sobre el tema haitiano, se descubre que no hay grandes diferencias con respecto a la postura del oficialista PRM y el Gobierno. Pero la convocatoria del mandatario a los opositores les olió a gancho. Aunque esgrimieron otras razones, claramente lo que ocurrió fue que pensaban que si acudían a la cita, fortalecían al Gobierno. Al no ir, se arriesgaban a enviar el mensaje de que se estaban desentendiendo de un tema que a todos compete. Pero prefirieron asumir ese riesgo.
Cierre fronterizo
En la actual coyuntura, se observan distintas reacciones de la oposición. Admiten que República Dominicana tiene razón con sus reclamos a Haití, pero cuestionan las medidas del presidente porque, al igual que con lo del diálogo, no quieren aparecer apoyando al Gobierno en un tema como ese, a meses de las elecciones.