Y sin embargo, se necesita

Todo el mundo celebra el esfuerzo extraordinario realizado por Magín Díaz y Enrique Ramírez en la DGII y la DGA, respectivamente, para elevar las recaudaciones, exceptuando aquellos que han sido invitados a ponerse al día con esas direcciones.

Todo el mundo celebra el esfuerzo extraordinario realizado por Magín Díaz y Enrique Ramírez en la DGII y la DGA, respectivamente, para elevar las recaudaciones, exceptuando aquellos que han sido invitados a ponerse al día con esas direcciones. Ambos, apoyándose en recursos humanos altamente calificados y comprometidos con la misión de la DGII y la DGA, desde que fueron nombrados por el presidente Medina, iniciaron una cruzada contra la evasión fiscal, la elusión impositiva y el contrabando.

Los resultados son palpables. En el caso de la DGII, partiendo de la base tributaria que sustenta la mayor parte de los impuestos que administra, observamos que, en el primer año completo de Magín Díaz en la dirección de la misma (2017), las recaudaciones alcanzaron el 10.77% del total de las ventas totales declaradas por todos los sectores económicos, un aumento significativo cuando se compara con el promedio de 10.15% de los años 2013-2015. Alguien podría decir que lo logrado por la administración de Díaz en su primer año completo fue insignificante, apenas un aumento en las recaudaciones de 0.62% del total de las ventas. Ese aumento “insignificante” representó RD$22,240 millones. En otras palabras, si se hubiese mantenido el promedio de 10.15% del período 2013-2015, en el 2017 el Gobierno habría recibido RD$22,240 millones menos en ingresos tributarios.

A través de medidas y acciones tendentes a elevar la percepción de riesgo, y la conformación de un equipo altamente calificado y comprometido con el combate a la evasión y la elusión tributaria, la DGII ha logrado elevar el nivel de cumplimiento de los contribuyentes. No es por casualidad que las recaudaciones del impuesto sobre la renta de las empresas (Ley 11-92), y el impuesto sobre las ventas domésticas de las empresas de zonas francas (Ley 139-11), hayan subido 25.0% y 41.4% en el 2017, respectivamente.

En el caso de la DGA, los resultados alcanzados por Enrique Ramírez en su primer año completo, son igualmente positivos. Mientras en el período 2013-2015, las recaudaciones de las aduanas promediaron el 18.79% del valor de las importaciones de bienes, excluyendo las realizadas por las zonas francas y las de petróleo y derivados, en el primer año completo de Ramírez, aumentaron a 21.73%. Este aumento de 2.94% en las recaudaciones de la DGA sobre la base tributaria efectiva que esta enfrenta, equivale a RD$15,604 millones. De nuevo, si se hubiese mantenido el promedio de 18.79% del coeficiente de recaudación del 2013-2015, el Gobierno habría dejado de recibir RD$15,604 millones en el 2017.

Visto los resultados, no han faltado voces asombradas que sostienen que ese aumento de las recaudaciones que han logrado Magín y Enrique es la demostración más contundente de que no se necesita una reforma tributaria. Hay que tener cuidado con esas afirmaciones. Es parcialmente cierto que en el 2017 se logró un aumento de las recaudaciones más allá de lo que permitía prever la dinámica nominal de la actividad económica. Por eso la presión tributaria pasó de 13.69% en el 2016 a 13.96% en el 2017, un aumento de 0.27% del PIB. El problema del déficit del sector público consolidado, que requiere una mejora neta en el superávit primario de 3.0% del PIB, no se resuelve únicamente con mejoras en la Administración Tributaria y una batalla campal contra la evasión fiscal, la elusión tributaria y el contrabando.

Incluso, debemos ser objetivos y reconocer que parte del aumento de las recaudaciones que se produjo en el 2017 tiene su origen en un par de “reformitas” tributarias muy efectivas y racionales. La primera, como muy bien ha reconocido la propia DGA, fue la decisión del Gobierno de que las empresas acogidas a PROINDUSTRIA, en vez de adelantar en las aduanas el 1% de la liquidación del Itbis sobre las materias primas importadas, a partir del 2017 adelantasen el 50%. Esa “reforma” significó para la DGA un aumento en las recaudaciones del Itbis de RD$5,085 millones, y una baja potencial por el mismo valor para la DGII. Es cierto que las recaudaciones del Itbis de la DGII subieron poco debido a la desaceleración del crecimiento de la economía, pero también por esta medida que implicó ceder base tributaria del Itbis a la DGA.

En el caso de la DGII, al titánico esfuerzo realizado por Magín y su equipo, hay que agregar la contribución que significó otra “reforma”: la eliminación en octubre del 2016 del subsidio que se concedía a las organizaciones de servicio de transporte público para comprar gasoil exento de impuestos. En el 2017, las recaudaciones de impuestos sobre los combustibles aumentaron a 1.53% del PIB, superior en 0.11% del PIB al nivel recaudado en el 2016. En otras palabras, del 0.27% del PIB del aumento que se produjo en la presión tributaria en el 2017, el 40.7% fue aportado por el incremento en las recaudaciones de impuestos sobre los combustibles.

Muchos presagiaban que la eliminación de esta exención se llevaría al Gobierno de Medina debido al elevadísimo costo político de la misma. Un disparate. El volumen gravado de gasoil regular aumentó en más de 26%, específicamente, en 57.2 millones de galones del 2016 al 2017, ligeramente por encima de los 50 millones de galones que recibían exentos de impuestos los choferes. El volumen exento pasó a ser gravado. Se estima que esta “reforma” permitió elevar las recaudaciones de impuestos sobre combustibles en aproximadamente RD$2,100 millones en el 2017, las cuales aumentaron en RD$7,564 millones.
Nadie tiene la menor duda de que Magín y Enrique, apoyados por sus respectivos equipos, seguirán haciendo todo el esfuerzo posible para elevar las recaudaciones a través de una administración más efectiva y medidas para reducir la evasión y el contrabando. Ese esfuerzo que ambos realizan generaría mayores beneficios al Estado y al país, si fuese acompañado por una reforma tributaria fundamentada, principalmente, en la racionalización y eliminación de exenciones. Si el Gobierno fue capaz de eliminarle a los choferes un subsidio que sumaba más de RD$2,000 millones, ¿porqué se mantiene el subsidio que el Gobierno otorga a las familias ricas del país cuando les permite importar a través del sistema de correo expreso, exento de arancel e Itbis, zapatos Christian Louboutin, vestuarios, accesorios y perfumes Hermés, Chanel, Louis Vuitton, Dior, Ferragamo, Versace, Prada, Tom Ford, Fendi, Armani y Zegna? Realmente, no comprendo.

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