No hay héroe visible que a puerta cerrada no se haya vencido primero. El heroísmo es el fruto de una semilla de fe sembrada en silencio en el valle de las sombras. Es la rosa que pese a sus espinas muestra la portada a una gloriosa primavera aún en la página final del alma. Un héroe es el rostro de una masa silente de valientes, congruentes con un propósito de vida, antes que vivir una existencia muerta. Saben que de las luchas que deciden una victoria no se hace ostentación alguna, heroísmo sin capa, pero cubiertos del manto Divino, cuya espada primero los separó de sí mismos, dejan ver que los deslumbrantes matices de una primavera surgen de esa luz interior que traspasa la infinita oscuridad de un devastador invierno.
¡Siembra silenciosa!
No hay héroe visible que a puerta cerrada no se haya vencido primero. El heroísmo es el fruto de una semilla de fe sembrada en silencio en el valle de las sombras.