El género, lo propio de hombres y mujeres, es algo tan arraigado que parece autoevidente y no necesita justificación o explicación. Menos mal que está abriéndose más y más camino la idea de repensarlo dada la violencia de género. Según la ministra de la Mujer, Janet Camilo, es una minoría de hombres de 10 a 15% la que presenta masculinidad violenta, pero lo cual, dice, es uno de los principales factores que impiden la igualdad de género y contra lo cual hay que apostar a políticas educativas y legislaciones que aceleren el cambio, o sea, prevención. Hay que construir identidades masculinas saludables y no violentas. Como puntualiza Camilo, no podemos seguir contando los casos de violencia de género, sino que tenemos que pararlos.