Esta es la pregunta más frecuente para los psicólogos que trabajamos en el ámbito educativo. Pero la pregunta debía ser generalizada todos los espacios de nuestra sociedad. Hay violencia en las escuelas, en las familias, en la calle, en el congreso, en los medios de comunicación…en el mundo. Tampoco es exclusiva de los jóvenes, de los pobres y de los no letrados; es también de los adultos, de los ricos y de los profesionales. Ya se ha normalizado en nuestra cultura, lamentablemente.
Los niños aprenden lo que ven y lo que viven en los diferentes espacios en los cuales se desarrollan. Los adultos modelamos actitudes y comportamientos cuando interactuamos con ellos. Poder y control son dos conceptos que encontramos con frecuencia asociado a la violencia. Cada acto de violencia empieza con la creencia de que se es superior al otro. Veamos solo algunos ejemplos:
Hay violencia en la familia, ejercida por quien o quienes tienen el control económico. Son quienes toman todas las decisiones y usan privilegios de manera autoritaria; así como el aprendizaje de resolución violenta de conflictos.
Hay violencia en el congreso, institución que esta llamada ser respetada por su solemnidad y la importancia que reviste en un sistema democrático y de derechos. De ahí se desprende la honorabilidad de sus integrantes. Gracias a Dios no están permitidas las armas de fuego.
Hay violencia en el Palacio Nacional, desde donde se permiten –o se planifican- tantas injusticias, desigualdades e impunidad.
Y lo que es peor, la mayoría de los programas tendentes a disminuir la violencia están sustentados en la represión: mas policías en las calles, vigilancia…más violencia. Así no.
Necesitamos modelar buenos tratos, mejorar esa cotidianidad que viven los niños día a día. Ofrecerles más atención y reconocimiento a sus buenas acciones. Nutrirlos emocionalmente.