Ciudad del Vaticano. El papa Francisco bautizó ayer domingo a 34 bebés en una ceremonia en la espléndida Capilla Sixtina, e instó a los padres a asegurarse de que en sus casas se hable el “idioma del amor”.
Bajo los frescos pintados por Miguel Ángel, los padres, algunos acompañados de otros hijos pequeños, llevaron a 18 niñas y 16 niños ante el pontífice para una ceremonia anual.
Francisco hizo el signo de la cruz en la frente de cada niño y ayudó a los hermanos mayores a hacer lo mismo con sus hermanos.
También recitó el nombre de cada bebé y derramó agua bendita sobre la cabeza de cada uno.
Algunos de los pequeños dormían, otros arrullaban y al menos una madre dio a su bebé un biberón. Los padres hacían equilibrios con misales y chupetes mientras escuchaban la homilía del Papa, que fue breve e improvisada.