En adición al esfuerzo errado de las autoridades educativas dominicanas de centrar una Revolución Educativa en la política desarrollista del block y el cemento, el Sistema Educativo Dominicano adolece de un vicio de los recursos humanos con el cual es imposible que arranque: perder tiempo con alumnos recibiendo datos, fechas, hechos y biografías, sin contar con el insumo informático que les construya una visión planetaria y del siglo XXI. Todos esos insumos los tienen a un clic de distancia, si es que una magnitud vectorial se puede medir clicando. Un economista que lea el título de este artículo empezará a pontificar y dirá que la deflación es un término meramente económico, aduciendo que es una contracción de la oferta monetaria en una economía, que puede provocar una bajada general de los precios, es decir, lo contrario a la inflación. Y hasta dirá que la disminución de los precios sucede como resultado de la reducción de la oferta monetaria, que aumenta el valor de la moneda, incrementando así su poder adquisitivo. Haciendo una extrapolación de los conceptos económicos es que se puede afirmar que existe una deflación de la información en el Sistema Educativo Dominicano. Hay una contracción de la oferta educativa que ha bajado grandemente el nivel formativo de los estudiantes, dado que poseen un excedente de información, no aprovechada ni canalizada por los docentes, pero poca, por no decir ninguna de esa información se convierte en conocimiento. De la misma extrapolación se inferirá que la disminución del conocimiento en nuestros discentes es el resultado de la reducción de oportunidades de alimentar la creatividad y la curiosidad de los niños y jóvenes, proveyéndoles de insumos contemporáneos, del siglo XXI, con capital humano con formación de la misma época y proveídos de oportunidades formativas con bases sólidas en el pensamiento crítico. Las estructuras civiles que se siguen anunciando como logro de una gestión educativa carecerá de sentido si no se construye una transformación en la concepción disciplinar de los maestros, dando como único resultado una gran deflación de la información en el ámbito educativo.