El futuro inmortal conversó con elCaribe después de la ceremonia de retiro de su número 29 el sábado en Texas
“Nada en la vida viene fácil”, esas fueron varias de las palabras que acompañaron aquel jovencito de 19 años llamado Adrián Pérez Beltré, quien salió de República Dominicana con una maleta de sueños hacia Grandes Ligas.
Por eso pudo vencer obstáculos en su carrera. Hoy puede presentar una carrera de 21 temporadas en Las Mayores, con 3,166 hits, 477 cuadrangulares y 1,707 remolcadas. Eso le valió para ser el cuarto jugador de los Vigilantes de Texas con su número retirado, y en el carril para unirse a los inmortales del Salón de la Fama de Cooperstown.
“Estoy bien emocionado, muy agradecido y orgulloso de que esta organización sea tan gentil, de invitarme aquí y hacerme una ceremonia sobre el retiro de mi número”, expresó en exclusiva Adrián Beltré a elCaribe, minutos antes de ser retirado su número.
En una ceremonia de grandes dimensiones en el Global Life Park, la organización de Texas le realizó ayer el retiro de su número 29, uniéndose a Nolan Ryan, al antiguo mánager Johnny Oates y al receptor Salón de la Fama, Ivan Rodríguez, quienes son los únicos que los Vigilantes les han retirado sus franelas. Además, del número 42 de Jackie Robinson, que ha sido también retirado por todos los equipos de las Grandes Ligas.
Ese mismo hombre que ven a sus 40 años, ha sido el mismo que mantuvo su palabra desde que fue firmado en 1994 por los Dodgers de los Ángeles.
“Tuve sueños de ser un grandesligas, tenía el chance de llegar pero siempre trabajé fuerte. No pensé en obstáculos. La meta fue llegar a Grandes Ligas y después, mantenerme. Obviamente, sabía que era difícil mantenerse en Grandes Ligas. Pero lo logré”, manifestó el quisqueyano, que militó ocho temporadas con Texas, y ganó cuatro Premios al Jugador del Año de los Vigilantes, cinco Guantes de Oro y obtuvo cuatro apariciones en el Juego de las Estrellas.
Aquella tarde, de un miércoles de 1994, en la academia Franklin Rodríguez en el Hogar Escuela Santo Domingo, Beltré enseñó todas sus habilidades ante los ojos de los escuchas. Sobre todo, los de Pablo Peguero y Rafael Ávila, que decidieron firmarlos al profesionalismo.
“Desde la primera vez que ví a Beltré sabía que estaba con un muchacho especial. Valioso, porque mostró grandes herramientas y se le veían las habilidades”, sostuvo Peguero, quien se desempeñaba como jefe de escuchas de los Dodgers en ese entonces.
“Él se separaba del grupo. Su bate rápido, ese poder, esa fuerza en las manos. Esa idea en el plato que desde jovencito enseñó. Tenía un brazo average de Grandes Ligas desde muy joven”, resaltó Peguero, quien lo firmó por 17 mil 500 dólares.
Su primer turno profesional fue un jonrón en el estadio Quisqueya, desde ahí comenzó el augurio de un camino matizado de éxitos.
“Siempre uno tiene sueños, y la diferencia es que si uno quiere llegar a esos sueños como uno los imaginaba cuando estaba pequeño, tiene que trabajar para lograrlo. Tener dedicación. Nada en la vida viene fácil. Y creo que cualquiera que tenga su mentalidad de esa manera, tenga pasión por lo que quiere hacer, lo puede hacer”, indicó Adrián, quien agradeció a los Vigilantes, a su familia, a sus compañeros de equipo, a sus amigos, al ministro de Deportes de la República Dominicana, Lic. Danilo Díaz por su presencia y al pueblo dominicano.
“Es un gran orgullo, el gobierno dominicano que encabeza el licenciado Danilo Medina Sánchez, realmente, está comprometido con cada victoria y cada éxito de un dominicano en el exterior. En el caso de Adrián, quién ha trascendido por sus grandes hazañas y ha sido un gran ejemplo fuera y dentro del terreno”, manifestó Díaz, quien fue invitado por la organización de los Vigilantes.
Durante la ceremonia, los inmortales George Brett, Pedro Martínez, Mike Schmidt y Chipper Jones, así como Derek Jeter y David Ortiz, ofrecieron sus respetos a través de un video que se vio en el estadio.
Muchos de ellos predijeron que Beltré sería un miembro de Cooperstown, lo que provocó fuertes aplausos entre los 40,000 fanáticos que se dieron cita desde temprano. El otro estelar del baloncesto con Dallas, Dirk Nowitzki estaba observando desde detrás del plato.