informe anual McKinsey
informe anual McKinsey

Santo Domingo, RD. – La firma McKinsey & Co., en su informe anual de 2024 sobre la banca mundial, determinó que el sector ha experimentado un período excepcional en los últimos dos años, los mejores desde la Gran Recesión.

A nivel global, los bancos generaron 7 billones de dólares en ingresos y 1.1 billones de dólares en ganancias netas, con un ROTE (Retorno sobre el Patrimonio Tangible) que alcanzó el 11.7%. 

Además, se observa una recuperación en los niveles de capitalización (12.8% de capital ordinario de nivel 1 sobre activos ponderados por riesgo) y liquidez (77.2%), cifras que superan las expectativas y demuestran la fortaleza del sector. De hecho, la banca generó más beneficios totales que cualquier otro sector a nivel mundial. 

Opinión de Mckinsey & Co.

“El informe anual de la banca mundial 2024 es una herramienta invaluable para los líderes del sector financiero. Su análisis profundo y fundamentado permite a las organizaciones trazar estrategias inteligentes y adaptativas que no solo responden a los desafíos actuales, sino que también anticipan las oportunidades del futuro. Contar con esta información es esencial para fomentar la resiliencia y guiar la innovación en un entorno en constante cambio” expresó Antonio Novas, Socio Senior de Mckinsey & Co.

Sin embargo, esta aparente fortaleza esconde una realidad preocupante. El mercado valora al sector bancario significativamente por debajo de su potencial. Esto se refleja en una relación precio/valor contable de tan solo 0.9, la más baja entre todas las industrias.

Esta baja valoración sugiere un escepticismo generalizado respecto a la capacidad del sector para generar valor a largo plazo. Un desafío que se extiende a la mayoría de los mercados a nivel mundial.

¿Por qué esta discrepancia entre el rendimiento actual y la percepción de futuro?  Varios factores contribuyen a este panorama complejo.

Factores

En primer lugar, la mejora en los rendimientos podría ser temporal. Si bien el sector ha logrado reducir costos y mantener una alta calidad crediticia, el aumento significativo de los rendimientos desde 2021 se debe en gran parte al alza de las tasas de interés. 

Modelos predictivos sugieren que, sin este impulso externo, el ROTE en muchas geografías se situaría alrededor del 8%, por debajo del costo del capital.  Un escenario de tasas de interés más bajas podría llevar el ROTE a niveles cercanos al costo del capital en los próximos dos años.  Esto introduce una significativa incertidumbre sobre la sostenibilidad de los resultados actuales.

En segundo lugar, las variaciones en el desempeño dentro de la industria, tanto por subsectores como por geografías, complican la valoración general.  Algunos países, como Estados Unidos, Reino Unido, India, Alemania y Nigeria, mostraron una mejora en su ROTE en 2023 en comparación con el periodo 2010-2022. Sin embargo, otros como Brasil, Canadá, China, Japón y Australia registraron un ROTE inferior. Esta disparidad dificulta la evaluación del sector como un todo.  Se hace evidente la necesidad de un análisis más granular, considerando las particularidades de cada mercado y la estructura específica de cada institución financiera.

En tercer lugar, la capacidad de los bancos para aumentar su productividad o aprovechar las economías de escala sigue siendo una incógnita.  A pesar de una inversión global en tecnología cercana a los 600 mil millones de dólares, la productividad laboral está disminuyendo en mercados importantes. Uno de estos es Estados Unidos.  Si bien la IA generativa se presenta como una herramienta para impulsar la productividad, su implementación se encuentra en fases iniciales. Esto en la mayoría de los bancos, generando, por ahora, costos adicionales y nuevos requisitos regulatorios.

En cuarto lugar, la posibilidad de mejorar los márgenes a través de una reducción de costos es limitada.  Para mantener el ROTE actual ante algunos escenarios macroeconómicos, la industria necesitaría reducir su costo por activo en un 5% anual, lo que representa cinco veces la reducción histórica del 1% anual.  Esta necesidad de una drástica reducción de costos cuestiona la viabilidad de esta estrategia como la principal vía para la mejora de los resultados.

Finalmente, la competencia de actores no tradicionales, como las empresas de crédito privado y los neobancos, ejerce una presión significativa.  Estos actores se están apropiando de una porción significativa del crecimiento del valor de los activos financieros (aproximadamente dos tercios en activos fuera de balance), fragmentando el mercado y limitando el margen de crecimiento de los bancos tradicionales.  Este panorama competitivo exige una redefinición de las estrategias para mantenerse relevante.

En Latinoamérica, el sector bancario generó 47 mil millones de dólares en beneficios netos en 2023, siendo la industria más rentable de la región.

A pesar de esto, el valor para el accionista ha disminuido un 2.6% anual en la última década.  La consistencia del desempeño no es uniforme en la región, con descensos de ROTE en mercados específicos como Argentina, Perú, Brasil y Ecuador.  En cuanto a la valoración, la banca en Latinoamérica se cotiza por encima de su valor en libros. Pero por debajo de la mayoría de las otras industrias.

Solo un banco en Latinoamérica ha logrado mejorar su ROTE en más de 5 deciles en la última década, en contraste con el 10% de bancos a nivel mundial que consiguieron este hito. El 9% de las instituciones bancarias de Latinoamérica cumplen con los parámetros de ratio precio-valor contable superior a 1 y una ratio precio-beneficio superior a 13.

Este año, las autoridades bancarias en República Dominicana han mantenido un enfoque firme en la estabilidad y el fortalecimiento del sistema financiero, logrando avances significativos en áreas clave. Además, según un informe del Banco Central,  el sistema bancario mejoró sus niveles de solvencia, superando el índice mínimo establecido por la Ley Monetaria y Financiera, lo cual subraya su solidez.

En el plano macroeconómico, según la Superintendencia de Bancos, la banca dominicana ha mostrado resiliencia en un contexto desafiante, con crecimiento en los activos y un enfoque continuo en la digitalización y la ciberseguridad. Este avance ha permitido una expansión sólida y una mejor adaptación a las necesidades tecnológicas del mercado actual.

El informe de McKinsey también profundiza en el análisis de los bancos que han logrado un desempeño excepcional en los últimos 5 a 10 años, identificando tres dimensiones estructurales claves para el éxito: la selección cuidadosa de segmentos de mercado, la búsqueda de economías de escala donde sea relevante, y la ubicación estratégica, ya sea geográficamente o dentro de la cadena de valor del cliente.  A esto se suma una ejecución operativa rigurosa en diversas áreas, como analítica, marketing, modelo operativo y tecnología.

El 14% de los bancos globales que superan una ratio precio/valor contable superior a 1 y una ratio precio/beneficio superior a 13 representan el 80% de las ganancias económicas de la industria.  Este grupo de alto rendimiento muestra un crecimiento de ingresos 1.5 veces superior al crecimiento del PIB local, una relación comisiones-ingresos superior al 40%, una relación de eficiencia inferior al 50% y costos de riesgo significativamente menores a los de su industria de referencia.  Aproximadamente un 10% de los bancos globales mejoraron su ROTE en más de cinco deciles en los últimos cinco años, demostrando la posibilidad de alcanzar un desempeño excepcional, a pesar de la falta de movilidad relativa generalizada en la industria.

Para alcanzar la “velocidad de escape” y superar las fuerzas gravitacionales que han afectado al sector en los últimos años, los bancos deben enfocarse en el “cociente de gestión”, la combinación óptima de estructura y ejecución.  Esto requiere responder a cinco preguntas clave: (1) ¿Cuál es la tesis sobre el desarrollo de la economía en su mercado específico y cómo influir en la ventaja competitiva?; (2) ¿Cómo aprovechar las ventajas propias del banco y qué acciones de ejecución son necesarias?; (3) ¿Dónde se encuentran los puntos de apalancamiento estructural y de ejecución?; (4) ¿El modelo operativo facilita la traducción de ideas en acciones?; y (5) ¿Con qué rapidez se adaptan a las tendencias cambiantes y a los movimientos de la competencia? 

Responder a estas preguntas permitirá a los bancos desarrollar estrategias innovadoras y resilientes, capaces de superar los desafíos del mercado actual y generar un valor sostenible a largo plazo.  La clave del éxito reside en una combinación inteligente de movimientos estructurales y una ejecución operativa implacable, siempre con la prudencia necesaria para mantener la seguridad y solidez de la institución financiera.

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