México, (EFE).– Las nuevas olas migratorias y los intereses políticos del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se entrelazan en la frontera y dificultan la fluidez de los intercambios comerciales, imprescindible para México.
“Donald Trump ya está en campaña rumbo a 2020. Se está calentando la situación y lo hace a propósito como mecanismo de presión al Gobierno mexicano”, dijo a Efe el especialista en Negocios Internacionales del Tecnológico de Monterrey, Manuel Valencia.
Trum visita este viernes Calexico (California), fronteriza con Mexicali, para ver un tramo de la valla que separa a ambos países, que recientemente fue renovado, y recibir un informe sobre migración.
Pero más allá del viaje, el presidente estadounidense lleva días calentando la situación con México y el fenómeno migratorio, en un alud de críticas y amenazas tan preocupantes como cambiantes, acordes a su temperamental carácter.
Trump amenazó este viernes con imponer una “penalización económica” a México por la entrada de drogas al territorio estadounidense y con imponer aranceles del 25 % a los automóviles mexicanos si el país vecino no deporta a indocumentados en su frontera con Guatemala.
“Estoy pensando en imponer una penalización económica por los 500.000 millones de dólares en drogas ilegales que se envían y se trafican en México y a lo ancho de nuestra frontera sur”, apuntó.