Naciones Unidas, (EFE) – Unicef detalló este jueves ante el Consejo de Seguridad de la ONU el enorme costo que la guerra en Ucrania está teniendo para los niños del país, con centenares de menores muertos, millones de desplazados y muchos alejados de sus escuelas, que están siendo blanco de repetidos ataques.
“La guerra en Ucrania, como todas las guerras, es una crisis de protección de los niños y de sus derechos”, señaló ante las potencias internacionales el vicedirector ejecutivo de la agencia de Naciones Unidas para la infancia, Omar Abdi.
El responsable de Unicef intervino en una reunión sobre la situación humanitaria en Ucrania, que estuvo centrada particularmente en los problemas a los que se enfrentan los niños del país y su sistema educativo.
Según dijo, en el último mes la agencia ha verificado la muerte violenta de casi cien niños en territorio ucraniano, aunque da por hecho que la cifra real es mucho mayor.
Además, multitud de menores han resultado heridos y, desde el inicio del conflicto, millones han tenido que dejar sus hogares.
Los ataques a centros educativos ocuparon buena parte de las discusiones de hoy en el Consejo de Seguridad, después de que el pasado fin de semana un los rusos bombardearan presuntamente (no lo han reconocido) una escuela usada como refugio en la región de Lugansk que se cree que dejó decenas de muertos.
Abdi dijo que, hasta la semana pasada, al menos 15 de las 89 escuelas que Unicef apoya en el este de Ucrania habían resultado dañadas o destruidas en la guerra y que hay información de centenares de colegios en todo el país alcanzados por artillería o ataques aéreos.
“Estos ataques tienen que detenerse. Todas las partes deben cumplir con su obligación legal y moral de proteger a los civiles y las infraestructuras civiles”, señaló.
Abdi recalcó el rol fundamental que las escuelas tienen para los niños a corto y largo plazo y avisó que, aunque más de 15.000 centros han retomado las clases desde mediados de marzo, la mayoría operan de forma remota o híbrida y hay muchas dificultades para garantizar apoyo para los alumnos y un aprendizaje adecuado.
Todos los miembros del Consejo de Seguridad denunciaron la situación que viven los niños ucranianos, incluida Rusia, que culpó de ella en exclusiva a las autoridades del país.
El embajador ruso ante la ONU, Vasili Nebenzia, acusó a Kiev de bombardear escuelas en el este del país desde hace años y de amenazar sus vidas con ataques en esa región, mientras que consideró “absurdas” las acusaciones contra su país vertidas por otros miembros del Consejo.
Nebenzia dijo que las tropas rusas están haciendo “todos los esfuerzos para proteger a los niños”, incluyendo la evacuación de muchos a Rusia, donde se les está dando apoyo y donde se está trabajando para que huérfanos puedan ser adoptados por familias.
El representante ruso, además, dedicó una buena parte de su intervención a denunciar supuestas distorsiones de la historia en libros de texto ucranianos y una presunta educación en “el odio a Rusia”.
Mientras, el embajador ucraniano, Sergiy Kyslytsya, denunció las innumerables “tragedias” causadas por la invasión rusa y cómo los ataques indiscriminados han matado a centenares de menores.
Kyslytsya dijo que 130 centros educativos han sido totalmente destruidos y más de 1.500 dañados desde el inicio de la guerra.