Davos (Suiza), (EFE) –Ucrania ha abierto en Davos, donde el Foro Económico Mundial ha iniciado hoy su reunión anual, una exhibición dedicada a los crímenes de guerra y contra la humanidad perpetrados por Rusia desde que lanzó su invasión a Ucrania, un espacio que ha sido muy concurrido en su primer día de apertura.
La “Casa de los Crímenes de Rusia” es una exposición de fotos, mapas, vídeos y testimonios de las víctimas civiles de los ataques rusos -tanto testigos como supervivientes- y se ha instalado en el mismo lugar que fue por muchos años la “Casa de Rusia”, un espacio de promoción económica que empresas rusas financiaban y donde también se celebraban populares fiestas y cócteles.
“Nuestra intención es transmitir la verdad sobre los crímenes cometidos por Rusia en Ucrania porque en muchos países se reciben informaciones a través de las noticias o redes sociales, pero nosotros estamos aquí para exponer la verdad desde dentro, desde nuestra experiencia de primera mano”, dijo a Efe Lyudmila Denisova, la defensora del Pueblo de Ucrania, quien participó en la inauguración.
“Queremos que todos entiendan que Ucrania está luchando por su destino, pero necesitamos más ayuda en armamentos y en sanciones contra Rusia”, dijo Denisova, quien forma parte de la delegación ucraniana que participa el Foro de Davos 2022, que encabeza el ministro de Asuntos Exteriores, Dmitro Kuleba, e integran varias parlamentarias.
La inauguración coincidió con la intervención por teleconferencia en el Foro de Davos del presidente de Ucrania, Volodomir Zelenski, cuyo mensaje a los líderes globales fue seguido con atención por los numerosos visitantes de la “Casa de los Crímenes de Rusia”, donde se organizarán hasta el próximo jueves varios encuentros para debatir sobre la guerra y sus consecuencias.
Zelenski pidió la retirada total de empresas extranjeras de Rusia, a las que ofreció operar en Ucrania y participar en el reconstrucción del país tras la guerra.
Los organizadores del Foro decidieron no invitar a la edición de este año a representantes del gobierno rusos ni de empresas de ese país, que solían llegar a Davos con grandes delegaciones.