Se recomienda no abusar del verbo tumbar aplicado a leyes, recursos, proyectos, argumentos, etc.
En los medios de comunicación se ha extendido últimamente este uso, como se ilustra en los siguientes ejemplos: «La Mesa del Congreso tumba la tramitación de la ley», «La sentencia ‘tumba’ todos los argumentos del Gobierno» o «La Audiencia Nacional tumba el recurso de la empresa por la sanción de 15 millones».
Aunque se puede considerar un uso expresivo válido, conviene recordar la conveniencia de que los medios de comunicación empleen los términos que resulten más precisos en cada contexto. Así, y entre otras opciones, una ley puede ser rechazada, derogada, abolida, anulada o vetada, mientras que los recursos legales pueden ser desoídos o rechazados, y los argumentos descartados, refutados, desestimados…
En lugar de sustituir este verbo directamente por otro, también es posible introducir otros cambios en el texto, de modo que una propuesta podría recibir un voto en contra o no ser admitida, mientras que un recurso podría no prosperar.
Así, en los ejemplos anteriores habría sido más preciso «La Mesa del Congreso no admite a trámite la ley», «La sentencia refuta todos los argumentos del Gobierno» y «La Audiencia Nacional rechaza el recurso de la empresa por la sanción de 15 millones».