La Casa Blanca ha publicado este jueves por la tarde un boceto de directrices para restaurar la actividad normal, en comercios y servicios, pero solo para lugares donde se estén realizando pruebas de diagnóstico de manera masiva y donde se aprecie una reducción en los contagios de la covid-19. El plan de ruta recomienda que las medidas severas de distanciamiento social sigan en vigor en lugares donde se estime que la pandemia aún no ha alcanzado su pico.
“Estamos en una batalla histórica contra el enemigo invisible, un virus cruel de una tierra distante”, ha dicho Trump este jueves por la tarde, en su rueda de prensa diaria. “Ahora que hemos pasado el pico, empezamos la vida de nuevo”, ha añadido. “Podemos empezar el siguiente frente en nuestra guerra que se llama ‘Abrir Estados Unidos de nuevo’. Estados Unidos quiere estar abierto y los estadounidenses quieren estar abiertos. El cierre no es una solución sostenible a largo plazo. Queremos tener otra vez una economía que funcione, muy, muy rápido”.
El documento no establece un calendario específico, sino que enumera una serie de criterios para que las autoridades locales los tengan en cuenta al tomar sus decisiones. Estos criterios, que deben cumplirse durante 14 días antes de iniciar el proceso, son: una trayectoria descendente en las enfermedades con síntomas parecidos a la gripe y a la covid-19; trayectoria descendente en número de casos documentados y en pruebas de diagnóstico positivas como porcentaje de las totales realizadas; capacidad de tratar a todos los pacientes sin cuidados intensivos en los hospitales y robustos sistemas de pruebas para trabajadores sanitarios.
“Ustedes van a tomar sus decisiones”, les ha dicho el presidente Trump a los gobernadores de los Estados, en una llamada este mismo jueves, según The Washington Post. En esa misma conversación telefónica, según The New York Times, el presidente ha dicho a los gobernadores que podrían empezar con el proceso tan pronto como el 1 de mayo si lo consideraban conveniente. Así, tras cumplir las tres fases, los Estados podrían recuperar su actividad normal para mediados de junio. Trump ha dicho que los que estén preparados podrían empezar la reapertura ya mismo, y en la conversación con los gobernadores, según el Times, ha asegurado que un total de 29 Estados estarían ya listos para iniciar el proceso.
Pero Trump, aflojando el pulso de poder que ha protagonizado en los últimos días con las autoridades de los Estados, ha insistido en que la decisión es de los gobernadores. Por ejemplo, el Estado de Nueva York, el más golpeado por la pandemia, ha anunciado este mismo jueves que las medidas de aislamiento seguirán en vigor hasta el 15 de mayo. Estados Unidos es hoy el epicentro mundial de la pandemia. Con datos del jueves por la tarde, más de 30.000 personas han fallecido en el país con covid-19, y se han confirmado más de 662.000 casos. A principios de marzo, solo había 70 casos confirmados en Estados Unidos. En la última semana, ha habido tres días con más de 2.000 fallecimientos en 24 horas documentados por el coronavirus.
En las directrices de Trump, la reapertura de escuelas y negocios, para aquellos Estados en condiciones de proceder con ella, se recomienda de una manera gradual en tres fases. Cada una de ellas duraría al menos dos semanas, para asegurar que la propagación del virus no se vuelve a acelerar. El proceso propuesto es considerablemente más largo que el que contemplaba inicialmente Trump, pero supone una vuelta a una casi total normalidad en apenas mes y medio desde que se tome la decisión. Estas son las tres fases, cada una de una duración recomendada de 14 días, del proceso, según el documento de la Casa Blanca titulado “Abrir Estados Unidos de nuevo”, en lo que parece un guiño al eslogan de campaña de Trump (“Hacer Estados Unidos grande de nuevo”):
Primera fase. Todos los individuos vulnerables (aquellos de edad avanzada o con enfermedades graves) deberán continuar refugiados en sus casas. Los miembros de hogares con residentes vulnerables, “si vuelven al trabajo o a otros entornos donde el distanciamiento no es práctico”, deberán tomar “precauciones para aislarse de los individuos vulnerables”. Todos los ciudadanos deberán, en esta fase, “maximizar la distancia física con otros, evitar las reuniones de más de 10 personas y minimizar los viajes no esenciales”. Se seguirá animando al teletrabajo; la vuelta a los centros de trabajo, cuando sea necesaria, deberá ser “en fases”, y se deberán “cerrar las zonas comunes donde el personal se congrega e interactúa”. Las escuelas deberán permanecer cerradas, y se prohibirán las visitas a personas mayores en residencias y hospitales. Los recintos grandes, como “restaurantes, salas de cine, instalaciones deportivas o lugares de rezo” podrán operar “bajo estrictos protocolos de distanciamiento físico”. Los gimnasios podrán abrir si se adhieren a los mismos estrictos protocolos, y los bares permanecerán cerrados.
Segunda fase. Los individuos vulnerables deberán continuar en sus casas, y quienes convivan con ellos deberán tomar las mismas precauciones que en la primera fase. En lugares públicos, se deberá maximizar la distancia física entre personas y evitar reuniones de más de 50 personas. Los viajes no esenciales podrán reanudarse. Se sigue recomendando el teletrabajo, cuando sea posible, y el cierre de las zonas comunes en los centros de trabajo. Los colegios podrán reabrir. Seguirán prohibidas las visitas a personas mayores en residencias y hospitales. Los recintos grandes podrán operar “bajo protocolos de distanciamiento físico moderados”. Los bares podrán abrir con aforos reducidos.
Tercera fase. Los individuos vulnerables podrán reanudar las interacciones públicas, pero deberán practicar el distanciamiento físico y “minimizar la exposición a escenarios sociales donde el distanciamiento no sea práctico”. La población de bajo riesgo “deberá considerar minimizar el tiempo que pasa en entornos llenos de gente”. Se reanudará la asistencia “sin restricciones” a los lugares de trabajo. Se permitirán las visitas a personas mayores en residencias y hospitales. Los recintos grandes podrán operar “bajo protocolos de distanciamiento físico limitados”. Los bares podrán operar “con aforos aumentados”.