“Los test son arma de doble filo. Cuando realizas tantos test, vas a encontrar más gente, vas a encontrar más casos”, dijo
Washington.- El anuncio del presidente estadounidense, Donald Trump, de que había instado a frenar el número de test del coronavirus ha provocado estupefacción y críticas frontales en el país en un momento en el que los casos vuelven a repuntar y el número de fallecidos roza los 120.000.
“Los test son arma de doble filo. Cuando realizas tantos test, vas a encontrar más gente, vas a encontrar más casos. Así que le dije a mi gente: ‘Frenen los test, por favor”, dijo Trump el sábado en un acto electoral en Tulsa (Oklahoma), el primero desde la llegada de la pandemia en EE.UU. en marzo.
Las sorprendentes palabras del mandatario se producen en un momento de repunte de los casos del coronavirus en el país, que registra ya más de 2,2 millones de casos confirmados y roza los 120.000 muertos, en medio de la progresiva reapertura de la actividad económica.
Este viernes y sábado los casos de contagio confirmados diarios en EE.UU. rebasaron los 30.000 por segundo día consecutivo, algo que no ocurría desde hace mes y medio.
Y es que el foco de la pandemia en el territorio estadounidense se ha desplazado ahora de la golpeada costa este a otros estados del sur y oeste del país.
Florida, Texas, Georgia, Carolina del Sur, Utah, Washington, Nevada y Misuri registraron este sábado récord diarios de nuevos casos.
INDIGNACIÓN ENTRE LA OPOSICIÓN DEMÓCRATA
La reacción entre la oposición demócrata no se hizo esperar y desde la campaña de su presumible rival en las elecciones presidenciales noviembre, el exvicepresidente Joe Biden, se calificó el comentario como “un momento indignante que será recordado por mucho tiempo”.
“El presidente Trump justo admitió que está poniendo la política por delante de la seguridad y bienestar económico de los estadounidenses, incluso justo cuando hemos registrado el número más alto de nuevos casos de COVID-19 en casi dos meses y 20 millones de trabajadores no tienen empleo”, recalcó Kate Bedingfield, directora adjunta de la campaña de Biden en un comunicado.
Asimismo, la alcaldesa de Atlanta, la demócrata Keisha Lance Bottoms, considerada una de las posibles opciones de Biden para ser escogida como candidata a la vicepresidencia, señaló que el mitin de Trump fue “una vergüenza”.
“Se pone a dar lo mejor de sí mismo y cuando cerca de 120.000 personas han perdido sus vidas por COVID-19 y se atreve a hablar de que ha ordenado ralentizar los test. Es de locos”, indicó Bottoms en una entrevista en la cadena CNN
IRONÍA Y SILENCIO DE TRUMP
Desde el Gobierno de Trump la reacción ha sido tratar de rebajar el perfil y restar importancia a la propuesta del mandatario.
“Obviamente, estaba bromeando. Estamos liderando el mundo en test y hemos llevado a cabo más de 25 millones”, afirmó un funcionario de la Casa Blanca, que pidió mantener el anonimato.
En la misma línea se expresó Peter Navarro, asesor comercial de Trump, quien dijo que el comentario “fue irónico y en un momento ligero del acto electoral”.
Mientras tanto, el mandatario mantenía silencio en su habitualmente locuaz cuenta de Twitter y dedicó la jornada del domingo a una de sus pasiones, el golf, en el club privado que posee en Virginia, a las afueras de Washington.
El mitin de Tulsa (Oklahoma) se celebró en un clima de tensión ante las advertencia de los expertos médicos del riesgo que implicaba un acto masivo en plena pandemia.
Aunque finalmente acudió menos gente de la esperada, algo más de 6.000 personas, pese a las promesas de la campaña de Trump de reunir a casi 20.000 personas en el recinto.