Siamesas
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Maggie Altobelli llevaba 20 semanas de embarazo cuando, con mucha ilusión por lo rápido que crecía su vientre, fue a hacerse una ecografía de rutina. Pero cuando la especialista que la atendía le mostró la pantalla vio algo sorprendente. “‘Dios mío, ¿son dos?”, preguntó emocionada, pero la técnica tenía una mirada rara y salió del lugar repentinamente.

Volvió con una médica, que también tenía una expresión de desconcierto. “Son dos, pero sus pequeños estómagos están conectados”, le dijo de manera abrupta.

“Bueno, pues las separaremos”, dijo Maggie que realmente no tenía ni idea de si eso era posible, pero sentía que sí… Y tenía razón, porque casi un año después de su nacimiento, las gemelas fueron separadas en una operación de 10 horas. Y hoy, las niñas, avanzan favorablemente en su tratamiento.

“Sonríen todos los días”, contó el padre Dom Altobelli. “Eso hace todo más fácil”, agregó.

Ahora, muchos más tranquilos y con la sensación de ser protagonistas de un milagro, Maggie y Dom contaron su historia en el programa Today Parents, de la televisión norteamericana.

“¿Qué quieres decir con que sus estómagos están conectados? ¿Esto existe?”, preguntó atónito Dom. Poco después, se reunieron con un especialista en fetos. Maggie se sometió a más pruebas para asegurarse de que las gemelas -a las que la pareja apodó Hope y Faith- no compartían un corazón ya que si lo hacían, no sería posible separarlas.

Finalmente, decidieron trabajar con el Hospital Infantil de Filadelfia (CHOP). Allí, los médicos descubrieron que los bebés compartían un diafragma y estaban conectados por el hígado.

“Fue una sorpresa y fue muy impactante”, dijo Maggie Altobelli. “Pero, simplemente pensamos que Dios nos dio a estas niñas por una razón”.

“Maggie y yo estábamos muy asustados y no teníamos ni idea de lo que iba a pasar”, contó al show Domi. “Teníamos que ir paso a paso”.

Así a las 34 semanas de embarazo, el 18 de noviembre de 2020, Maggie Altobelli dio a luz a Addison (Addy) y Lilianna (Lily) mediante una cesárea. Los médicos llevaron a las niñas directamente a la unidad de cuidados intensivos neonatales.

Más tarde, papá y mamá las tuvieron en brazos por primera vez.”Necesitábamos dos enfermeras para cargarlas”, explicó Maggie.

Luego, comenzó el proceso de preparación para la cirugía.

Tras el nacimiento, las bebés tuvieron que hacer lo que hacen los bebés: comer, dormir y desarrollarse, explica la doctora Holly Hedrick, encargada del equipo que logró la separación.

“Se trata de dejar que se alimenten y crezcan”, explicó Hedrick. “Luego se las sometió a una expansión de tejidos, que consistía en ayudarles a crecer algo de piel porque compartían la pared torácica desde debajo de las clavículas hasta el ombligo”.

Los médicos utilizaron la piel recién crecida de los bebés para cerrar sus abdómenes tras la operación. Mientras Lily y Addy crecían, se enfrentaban a complicaciones. El hecho de compartir el pecho significaba que la respiración podía ser complicada, aunque las niñas tenían traqueostomías. Lily era más grande que Addy y dominaba su respiración. El llanto se convirtió en una emergencia.

Finalmente, las niñas tuvieron su cirugía de separación de 10 horas el 13 de octubre de 2021.

Separar el hígado fue un gran desafío. Los radiólogos crearon un modelo 3D de los hígados de las niñas que mostró a los médicos cómo estaban interconectados.”Era una gran masa hepática”, dijo Hedrick. “Tuvimos que resolver realmente la vasculatura: dónde se detiene un hígado y dónde empieza el otro”.

Para hacerlo más claro, los radiólogos realizaron una ecografía de contraste durante la cirugía para guiar la separación. “Se inyecta un bebé y luego se ve cómo se ilumina el hígado para ella y luego, lentamente, el otro”, dijo Hedrick. De este modo, los médicos podían ver dónde debían estar los bordes.

Los médicos también tenían que asegurarse de que el diafragma seguía funcionando después de ser dividido. “Es como un pistón. Baja cuando inspiramos y luego, cuando espiramos, vuelve a subir”, dijo Hedrick.

A las 14:38, Addy y Lily fueron separadas.

“Lo hicieron estupendamente”, dijo Hedrick.

“Fue muy surrealista, muy emotivo. Todo el día fue muy tranquilo y nos encomendamos a Dios, y así lo hemos hecho durante todo este viaje”, dijo Maggie Altobelli a Savannah Guthrie y Hoda Kotb en la entrevista. “Tenemos mucha suerte de contar con cirujanos que saben lo que hacen y que realmente se esforzaron y cuidaron de nuestras niñas como si fueran suyas”.

Paso a paso hacia la normalidad

El 1 de diciembre de 2021, la familia voló a casa, a Chicago. Las niñas todavía tienen un tubo de respiración y requieren un respirador, aunque Hedrick explicó que pronto podrán respirar por sí mismas.

“Se sientan y se miran y sonríen y juegan”, dice Dom. “Cada vez que están cerca se agarran las manos y las caras y se respiran”.

Las niñas están haciendo terapia física, ocupacional y del habla. “Este es nuestro viaje. Es muy especial en muchos sentidos. Es bastante milagroso e increíble que estemos viviendo esta vida”, cuenta conmovida Maggie.

Maggie y Dom esperan que la increíble historia de sus hijas ayude a recaudar fondos para que Hendrick y su equipo continúen trabajando. “La Doctora Holly Hedrick es nuestra Mujer Maravilla”, dice Dom mientra Maggie asiente con la mirada.

Fuente: INFOBAE

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