Santiago. El hospital regional José María Cabral y Báez, que lleva seis años en reconstrucción y que aún no tiene fecha cierta para ser inaugurado, ya presenta deterioro en áreas que fueron intervenidas.
Sin embargo, hay que reconocer las dificultades que enfrentan los contratistas, al hacer una reconstrucción en edificaciones habitadas, en este caso, en un hospital de gran demanda y que trata enfermos de las 14 provincias de la zona norte. El Cabral y Báez está sometido a un proceso de transformación que lo diferenciará por mucho en confort a su estructura anterior, pero en esta etapa se puede ver como en el único ascensor que funciona actualmente llevan los muertos, los enfermos, familiares de pacientes, al igual que una carretilla cargada de materiales de construcción, los obreros y las comidas que se sirve a los internos. Toda una mezcla de insalubridad hasta para los más saludables.
Áreas dañadas
Ya en las áreas reconstruidas hay filtraciones, maderas desprendidas de las paredes ya sucias, pisos rayados y descuidados. En las áreas de internamiento hay puertas que abren hacia afuera, lo que ha generado diversos accidentes, ya que las tiran y han encontrado a personas que van los pasillos. En los lugares donde están los pacientes críticos se ve a familiares tirados en el piso y la basura de lo que consumen lo dejan tirado para que posteriormente algún empleado lo recoja, lo que además de falta de educación, también evidencia que no hay vigilancia.
A esto hay que suman la indolencia del personal, pasantes, enfermeras y demás que mientras hacen turnos, escuchan música a todo volumen o sostienen conversaciones por WhatsApp o Messenger con algún familiar o amigo a los que cuentan en voz alta situaciones de su vida que perturba a los dolientes, indiferencia o dejadez, que dista del rostro humano del sector salud.
Hay espacios que aún no son intervenidos
Mentras, en la parte vieja del hospital, donde aún se ofrecen diversos servicios, hay oscuridad, hedor e insalubridad a las que se exponen cada día pacientes y familiares que acuden desde las diferentes provincias de la zona norte del país en busca de soluciones de salud. Estas áreas están desbordadas, incluida la emergencia con todo y su remodelación.