El Pleno de la Suprema Corte de Justicia (SCJ), a través de la resolución 610-2018, rechazó la recusación presentada por el abogado Juan Güílamo Santana en contra de la jueza presidente del Tribunal de Niños, Niñas y Adolescentes y Familia del Departamento Judicial de La Romana, Carolina Castro del Rosario.
La referida jueza había anulado el poder que recae sobre Güílamo Santana, que le permite administrar los bienes que dejó en herencia el francés Pierre Gigou a su hijo, Louis Pierre Gigou Figueroa, estimados en 200 millones de euros.
En el escrito de 08 páginas, los magistrados decidieron rechazar el recurso contra el auto 475-2017-AUT-00156 por improcedente y mal fundado.
Con esta resolución, queda abierta la posibilidad para que en los próximos siete días se convoque a una audiencia en el Tribunal de Niños, Niñas y Adolescentes y Familia del Departamento Judicial de La Romana para la conformación del Consejo de Familia, la revocatoria del poder a Guílamo Santana y la ratificación de la abuela del niño, Ismaurys Mercedes Reyes, como tutora para que administre los bienes que por herencia le corresponden al pequeño.
El abogado defensor del Niño Rico, Carlos de la Rosa, dijo que esta sentencia es una luz al final del túnel para resolver, de una vez por todas, la terrible situación financiera que afecta al niño y a su abuela.
Resaltó que ya notificó la decisión de la SCJ ante el tribunal y que esperan que durante los próximos días se convoque a la audiencia.
“El niño vive actualmente en una Villa de La Romana, a la que hace poco le volvieron a cortar el suministro de energía eléctrica por falta de pago. Estas carencias económicas son consecuencia de las presiones que han hecho quienes administran de forma abusiva los bienes del niño, para tratar de quedarse con un dinero que no les pertenece”, expresó.
La historia del “Niño rico”
En el año 2012, cuando Louis Pierre Gigou Figueroa tenía siete años de edad, sus padres Pierre Guigou y Wendy Suleika Figueroa, murieron en Francia, dejando al niño en la orfandad. En ese entones el abogado de la familia era Juan Güílamo Santana, quien una vez fallecida la pareja pasó a administrar los cuantiosos bienes. Sin embargo, el dinero de la herencia no llegó al niño y a su abuela, quienes comenzaron a padecer unas inexplicables carencias económicas.
El niño y su abuela, Ismaurys Mercedes Reyes, ya no podían pagar la escuela donde cursaba estudios y tampoco el mantenimiento de la villa en La Romana, donde residen actualmente.
A pesar de que su padre era un próspero empresario francés, propietario de hoteles en islas del Caribe y de lujosas propiedades en Francia y en República Dominicana, en ocasiones el niño no tenía dinero ni para comprar comida.
Frente a esto, la abuela del pequeño, Ismaurys Mercedes Reyes, quien funge como guarda y custodia, busca a un abogado para que la asesore y logre tener acceso a los bienes. Ese abogado de nombre Teodoro Ursino Reyes (actual gobernador de La Romana), recibe los documentos del caso y se compromete a resolverlo, pero luego de varias audiencias se cambia a la barra del abogado Güïlamo Santa y deja sin defensa a la abuela y el niño. Tras estos incidentes, la abuela nombró a un nuevo abogado, Carlos de la Rosa, que fue quien denunció la conformación de un consejo de familia sin familiares del niño y el nombramiento de un tutor ajeno al niño. Actualmente el caso se encuentra a la espera de la conformación del Consejo de Familia y la designación del tutor.