La noche del sábado, 30 de octubre, permanecerá en la memoria de quienes se dieron cita a la sala Carlos Piantini del Teatro Nacional “Eduardo Brito” para presenciar el concierto del artista colombiano Santiago Cruz.
Un éxito más que se anota César Suárez Pizano como productor musical.
“Vida de mis vidas” fue el tema con el que el cantautor abrió el espectáculo. Bajo la vibración de un público eufórico que seguía a pie juntillas cada una de las letras de sus composiciones.
¿Qué enaltece y dimensiona al artista? Su reconocimiento al público que le legitima, así como a los músicos que le acompañan. Santiago Cruz lo tiene muy en cuenta. Así se confirmó en su introducción.
“Buenas noches querida tierra dominicana, gracias por recibirme de nuevo con tanto cariño, con tanta generosidad. Quiero pedir un aplauso enorme para los músicos de la sinfónica del Teatro Nacional. Para ustedes.
En la dirección, un tremendo músico de la también hermana República de Costa Rica. Mi amigo, mi maestro, mi hermano querido, el maestro Bernardo Quesada, un aplauso grande”.
Y es que Bernardo Quesada, en su rol de director de orquesta, supo unificar el registro vocal poético del artista con las entradas y salidas del conjunto sinfónico de manera impecable. Sin dudas, se la lució con los arreglos a la pieza “Yo te todo” producción compartida entre Santiago Cruz y el cantautor español Alejandro Sanz.
También, se pudo apreciar el embellecimiento de la línea melódica con los arreglos de los compositores Juan Camilo Arboleda, Juan Andrés Otárola y Jaques Morelenbaum, esto generó una versión dinámica en la presentación.
A pesar de que nace en Ibagué, área geográfica continental en la gran Colombia, sus características vocales permiten ubicarlo como artista caribeño.
Esta condición es de gran importancia al momento de determinar los instrumentos que deben integrar sus arreglos musicales.
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Así, porque la percusión pasa a ser un ingrediente que dinamiza sus profundas e integrales composiciones. La precedente afirmación encuentra apoyo en la revisión de la puesta en escena, donde se destaca el valor que tuvo la incorporación del bongó en la interpretación de “El gato andaluz”, pieza a dúo con el romántico y espectacular intérprete dominicano Pavel Núñez y que también lleva los arreglos del maestro Bernardo Quesada.
La grandeza de Santi, como le suele llamar su fanaticada, radica en su gran sensibilidad.
Es un artista socialmente comprometido con un sentido de pertenencia único que le permite transmutar las preocupaciones existenciales del entorno como destaca en la pieza “Hijos del calvario”. Aquí narra la triste realidad político social de su pueblo.
No podía faltar en su repertorio “Y si te quedas qué”, uno de sus grandes éxitos. La pieza mereció una repetición al cierre, siendo una improvisación fijada por el artista para que el público lo reprodujera con el acompañamiento de la sinfónica, mientras él grababa esta parte con su celular muy emocionado.
Enhorabuena Santiago Cruz por estar junto a 38 grandes músicos de la Sinfónica del Teatro Nacional de República Dominicana, cantando al amor y a su imaginario.