El Ministerio de Salud Pública debe tomar el control de la Penitenciaría Nacional de La Victoria y dirigirla mientras dure la crisis por el COVID-19, que ha infectado a alrededor de 45 reclusos de este penal y provocado la muerte de siete.
La sugerencia es del coordinador de la Academia Regional Penitenciaria (ARP), Roberto Santana, quien indicó que las autoridades sanitarias tienen que intervenir este recinto penitenciario y quitarle la dirección al personal de seguridad que lo está dirigiendo, para que los casos del virus no sigan aumentando en esta cárcel que alberga a más de ocho mil personas.
En conversación con elCaribe, Santana afirmó que el Ministerio de Salud debe reemplazar a todo el personal policial que sirve como seguridad de la cárcel, con otro nuevo, que bien podría proporcionarlo el director general de la Policía nacional, además de buscar médicos militares para contener el virus en La Victoria, que es manejada por la Procuraduría General de la República (PGR), pero su seguridad es policial.
El también excoordinador del Nuevo Modelo Penitenciario dominicano, explicó que esta medida es por salud, pero además es debido a que “este personal está corrompido viola todo los protocolos y todas las órdenes que le dan desde la Procuraduría”.
Dijo que el Ministerio de Salud puede realizar esta tarea “para poner en cintura al recinto” ya que tiene experiencia, pues ha dirigido prisiones de adolescentes a través de los años.
“El gran peligro de expansión de este virus, dentro de un mes aproximadamente, será La Victoria dependiendo de cómo se expanden dentro de esa prisión el virus porque al final la familia va a tener que ver a su presos y esa familia después que visita a sus presos se traslada en todo el país, esa será la matriz se infestación nacional sino se toman esas medidas”, expresó Santana.
Otras medidas importantes
Santana también consideró importantes otras medidas, que deberían ser aplicadas. Una de ellas es la implementación de carpas sanitarias de enfermería, por ejemplo en el área del play, para atender las visitas obligatorias o el aislamiento de personas sospechosas.
A su parecer, “se están tomando decisiones de personas que no están en el terreno, que no saben cómo actuar y no se llevan de los que saben”.
Dijo, que una vez la curva de infectados comience a bajar, y el virus no se controle en las cárceles, un grave problema puede ser que los internos que le corresponda salir, las personas que realizan visitas o el personal de seguridad, al salir de los recintos pueden contagiar a otros.
Explicó que en La Victoria lo primero que hay que hacer es que el Gobierno obligue a las autoridades de la Procuraduría para que estos hagan cumplir las directrices del Ministerio de Salud, ya que las mismas no se están cumpliendo.
“Nunca han querido cumplir los protocolos en La Victoria, y no hemos tenido autoridades en el país que pongan en cintura a la prisión de La Victoria”, expresó.
Afirmó que otra medida es garantizar que sea trasladado todo el que esté infectado y la separación de los internos, además de poner el orden en cuanto al aislamiento, ya que los reclusos están cruzando de un área a otra.
Santana añadió que desde la Academia Regional Penitenciaria (ARP), de la cual es coordinador, el mes pasado se realizó una serie de recomendaciones, que dijo fueron tomadas en cuenta solo en el Nuevo Modelo.
Sugiere implementar mecanismo para visitas
Sobre las visitas, Roberto Santana indicó que se tiene que disponer de un mecanismo para que los familiares de los internos puedan llevarle comida y dinero sin tener ningún contacto con ellos. Esto así, ya que según explicó, la gran mayoría de los reclusos puede comer por lo que sus parientes le llevan, debido a que el Estado solo proporciona alimentos para dos mil internos y en el recinto hay más de ocho mil personas privadas de libertad. Estos se abastecen también de lo que venden en los colmados que están dentro de la cárcel. Santana indicó que esta fue una de las causas por la que se produjo el motín en el recinto penitenciario, que dejó seis heridos. Manifestó que lo ideal también sería dejar entrar los proveedores de alimentos aplicando las medidas sanitarias correspondientes. Señaló que “esa comida que es mala y le llaman el ‘chao’,”, porque solo la comen los indigentes, los muy pobres y demás. “Y lo restantes 6 mil (reclusos) tienen sus pequeñas estufas eléctricas y compran sus alimentos básicos crudos en los colmados que hay en La Victoria, que es algo inadecuado, pero ahora no estamos para discutir eso, esos colmados no pueden estar desabastecidos porque no tienen como comer esas personas”, agregó Santana, al pasar balance sobre la situación de los presos,