La unidad número uno de la Central Termoeléctrica Punta Catalina (CTPC) fue sacada de operación a la 1:15 de la madrugada de este lunes por graves fallas técnicas que inhabilitaron el funcionamiento del sistema de control de calidad de aire (AQCS).
La información la ofreció en rueda de prensa el administrador general Serafín Canario.
Aseguró que esa y otras fallas las venía presentando la unidad Catalina 1 desde varios meses atrás y que eran conocidas por la administración pasada, pero nunca se procedió a su reparación.
“El propio Informe final de la consultora Stanley Consultants, de fecha 24 de junio así lo indica, entre otras evidencias. Además, le comunicamos al pueblo dominicano que aparte del caso de las fallas en las juntas de expansión del sistema de AQCS indicado, tanto la unidad 1 como la unidad 2 presentan una elevada falta de seguridad y fiabilidad operacional, debido a que arrastran importantes fallas e inconsistencias de calidad funcional en algunos subsistemas y equipos claves; algunas de esas fallas eran conocidas desde octubre del año pasado cuando la unidad 1 fue recibida en Aceptación Provisional por la CDEEE y la anterior administración de Punta Catalina.”, agregó.
El funcionario sostuvo que algunos de esos desperfectos han provocado las frecuentes salidas de operación de las unidades de Punta Catalina.
En contexto
El Gobierno de Danilo Medina entregó hace apenas dos meses (el 29 de julio) la CTPC, cerrando así uno de los capítulos más importantes de su gestión de ocho años, partiendo del empeño que puso y las bondades que vendió sobre el proyecto.
El costo final de la obra fue de 2,454 millones de dólares, aunque la inversión contractual era de US$1,945 millones. A eso hubo de sumarse un aporte adicional de US$395 millones. Se llegó a estimar que su operación constante representará ingresos para el Estado por el orden de los US$250 millones anuales, además de un ahorro en costos de generación que ronda los US$450 millones.
“Su aporte va más allá de la reducción de los precios de compra de energía”, dijo varias veces el entonces administrador de la central, Jaime Aristy Escuder. Y lo repitió en la inauguración.
Punta Catalina, con su operación, entre enero y julio de 2020 transfirió al Gobierno central 105 millones de dólares. El gobierno pasado había calculado que el nivel de ingresos anuales ascenderá a los 500 millones de dólares, con un nivel de beneficios antes de intereses, depreciación e impuestos de 250 millones de dólares. “Si a esa suma se añade el ahorro de 200 millones de dólares anuales que tendrán las distribuidoras de electricidad (Edesur, Edenorte y Edeeste) en la compra de energía eléctrica, se obtiene como resultado que Punta Catalina tendrá un beneficio anual directo para el Estado entre 0.4% y 0.5% del producto interno bruto (PIB)”, había calculado Aristy Escuder.
El valor de mercado actual de Punta Catalina como empresa se estima en el entorno de los 2,600 millones. La obra se compone de dos unidades; incluye un moderno puerto.
A nivel de los impuestos que pagará anualmente la empresa, se estima que durante la vida útil superará los 350 millones de dólares.