Mucho se ha especulado estos días sobre el paradero de Don Juan Carlos, que si había salido de España rumbo Santo Domingo o si bien se había instalado en Portugal. Todos los destinos sin confirmar por parte de la Casa Real que hasta el momento ha preferido no desvelar el paradero del Monarca y que sea él quien lo haga público si lo desea.
El plan de vuelo también fue alterado para evitar cualquier rastreo, una práctica no ilegal y bastante común entre quienes utilizan este medio de transporte de lujo -mayormente futbolistas, empresarios y artistas- y quieren dificultar el seguimiento de los paparazzi. El recorrido del jet que trasladó a Don Juan Carlos marcó París-Abu Dabi como ruta, aunque el Global 6500 salió de París el domingo a mediodía e hizo noche en el aeropuerto de Vigo desde donde emprendió vuelo con al menos cinco pasajeros, entre ellos la persona de máxima confianza del emérito y cuatro escoltas.
Los 6.038 kilómetros que separan Vigo de Abu Dabise realizaron en 7 horas y 13 minutos. El jet aterrizó en el aeropuerto AZI (Aeropuerto Ejecutivo Al Bateen) cuyo uso es exclusivamente para vuelos privados que llegan a la capital de los Emiratos Árabes Unidos. Desde allí cogieron un helicóptero con el que se desplazaron hasta el Hotel Emirates Palace, uno de los más caros del mundo y propiedad del gobierno emiratí, que cuenta con 850.000 metros cuadrados de extensión y una playa privada.
A las 18 horas, justo cuando se difundió la carta del Rey emérito anunciando su marcha, este estaba entrando por la puerta del lujoso complejo. Allí se aloja en una de las seis suites presidenciales que cuesta alrededor de 11.000 euros la noche y que están reservadas para grandes magnates y miembros de la realeza. No es la primera vez que se hospeda allí, según fuentes cercanas. Una fortaleza a prueba de paparazzi y que ya se ha blindado con seguridad privada que le ha facilitado su amigo Mohammed bin Zayed Al Nahyan, Príncipe Heredero del Emirato. De momento Don Juan Carlos no se ha movido del hotel debido a las altas temperaturas, que ahora mismo marcan 40 grados, pero con una sensación térmica de 50 grados.
Este enclave es el más seguro ahora mismo para el Monarca ya que es misión casi imposible y muy arriesgada tomarle una fotografía. Las leyes de este país son muy duras con los paparazzi, y en más de una ocasión alguno ha tenido conflictos legales tras realizar su trabajo. La última vez que Don Juan Carlos visitó Emiratos Árabes fue en noviembre de 2019, cuando ya jubilado de sus responsabilidades públicas, decidió disfrutar del Gran Premio de Abu Dabi, el último del Mundial de Fórmula Uno, en el circuito de Yas Marina.
El monarca mantiene una excelente relación personal con las familias reales de los Emiratos Árabes. Con este inesperado viaje regresa al epicentro de sus problemas actuales. Ahora mismo hay dos investigaciones abiertas sobre el recorrido de 65 millones de euros, una en Suiza y otra en la Fiscalía del Supremo, que podrían haber sido fruto de comisiones, que supuestamente el emérito desvió a una cuenta en Suiza, y dijo a su entorno que eran un regalo del rey de Arabia Saudí.
Entre las pruebas que maneja la investigación se encuentran grabaciones del comisario encarcelado José Manuel Villarejo a Corinna Sayn-Wittgenstein en las que pone en entredicho la conducta del Rey emérito. En algunas de esas cintas la que fuera pareja de Juan Carlos I relata cómo traía dinero de los países árabes cada vez que iba a premios de Fórmula I. El dinero lo pasaba con «protección diplomática», según Corinna, a través de la base aérea de Torrejón de Ardoz.
El Rey viajaba a países como Bahrein o Abu Dabi, contaba Corinna y cada vez volvía con «cinco millones» en la maleta. Ella también le acompañó en alguno de esos viajes. Por ejemplo, el del 9 de noviembre de 2012 en el que ambos se desplazaron a Kuwait, invitados por el jeque Sabah al Ahmad al Sabah, y más tarde a Emiratos Árabes, donde presenciaron el gran premio de Fórmula 1, en el que Fernando Alonso participó.
Con esta marcha el objetivo de Don Juan Carlos era rebajar la presión a su hijo y evitar las críticas a la Monarquía. No se trata de una fuga para eludir a la Justicia, ya que en todo momento ha mostrado su disposición ante el Ministerio Fiscal, si finalmente le requiere, tal y como informó el pasado lunes su abogado, Javier Sánchez-Junco, en un comunicado.
Tampoco será la última parada antes de regresar a España, ya que cuando mejoren las condiciones meteorológicas de República Dominicana -ahora en temporada de huracanes- y la pandemia esté más controlada, podría pasar unos días en Casa de Campo, el complejo hotelero de su gran amigo, el magnate azucarero, Pepe Fanjul.