Barahona.- El Ministerio Público de este Distrito Judicial y el Tribunal Colegiado de la Cámara Penal del Juzgado de Primera Instancia interpusieron una condena de 30 años de prisión para cada uno de dos hombres que asesinaron a balazos a un mayor de la Policía Nacional.
Los condenados por el asesinato del mayor policial José Dolores Ruiz Cuevas (Chino), son Anderson Ramírez Cuevas, alias Alex el Dron y Welvin Daniel Féliz Pérez, alias Marrano, de 24 y 19 años.
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Las pruebas contundentes recopiladas en el marco de las investigaciones desde que ocurrió el hecho de sangre ante el Ministerio Público, por lo que fue representado por Vilmania de los Santos Pérez y Yocasta Radilandia Báez.
El Ministerio Público solicitó la pena de 40 años para los matadores del mayor Ruiz Cuevas, pero los magistrados del tribunal la desestimaron y le impusieron 30 años cada uno.
Ramírez Cuevas y Féliz Pérez, quienes fueron hallados culpables de violación a los artículos 295, 296 y 309 del Código Penal Dominicano, deberán cumplir la condena en la cárcel pública de esta ciudad.
EL HECHO
Este hecho ocurrió la tarde del día 18 del mes de septiembre del año 2019 a pocos metros del cruce del Distrito Municipal de Pescadería, en esta provincia, cuando el oficial se dirigía a esa comunidad en una pasola, cuya parte trasera era ocupada por una mujer.
Al llegar al referido cruce los antisociales emprendieron a tiros a el oficial, quién fue impactado en diferentes partes del cuerpo por los proyectiles dispararos, y cuyas heridas le causaron la muerte.
De inmediato las autoridades detuvieron a la mujer que acompañaba al mayor Ruiz Cuevas, quien resultó ilesa en la agresión a tiros, pero fue dejada en libertad tras los interrogatorios a que fue sometida por oficiales de la Policía Nacional.
Dos días después Ramírez Cuevas y Féliz Pérez que eran perseguidos por las autoridades por ser los señalados como los autores del hecho de sangre, se entregaron en la Fiscalía.
Esa vez las autoridades notaron que Ramírez Cuevas tenía una herida de bala por lo que se manejó la hipótesis de que le fue ocasionada por el oficial de la uniformada cuando este respondió a la agresión con su arma de reglamento.
A pesar de que los dos hombres admitieron que cometieron el hecho solo con la intención de despojar al uniformado de su arma de reglamento, en el lugar circularon dos versiones, una de las cuales indicaba que el hecho pudo haber sido por encargo, en tanto que la otra señalaba que fue por motivos pasionales, las cuales fueron descartadas por las autoridades.