Una imagen remozada exhibe la tumba donde descansan los restos de la insigne actriz dominicana María Montez, en el cementerio Montparnasse, en París, Francia.
Al cumplirse 109 años del natalicio de Montez, la Embajada de la República Dominicana en Francia realizó el remozamiento y recuperación del mausoleo que incluyó la renovación de las partes laterales de la lápida, el lavado a presión, la limpieza de las incrustaciones y de los grabados, y el retiro de manchas de humedad.
La embajadora Rosa Hernández de Grullón expresó su regocijo por el gran valor histórico que representa para República Dominicana la “Reina del Tecnicolor”, apreciada en todo el mundo por su filmografía, sus libros y su vida.
“Ahora, pueden venir a recordarla”, comentó la embajadora dominicana durante un acto que se llevó a cabo en el cementerio de Montparnasse con la presencia de representantes del cuerpo diplomático.
Hernández de Grullón resaltó la importancia de las renovaciones que se hicieron a la tumba y afirmó que el gobierno de la República Dominicana está comprometido con la puesta en valor de las grandes figuras que han exaltado la imagen del país en el exterior.
Para realizar estos trabajos la embajadora dominicana en Francia obtuvo la autorización de la familia Aumont, descendiente del fallecido esposo francés de la actriz.
Durante la ceremonia, se depositó una ofrenda floral en honor de Montez, quien después de tener una carrera prolífera en los Estados Unidos, se trasladó a París con su esposo Jean-Pierre Aumont, y desde su llegada, gozó del aprecio y la empatía del pueblo francés.
Luego del estreno de la película “Las mil y una noches” del director John Rawlins, María Montez, su protagonista, fue reconocida como la Reina del Tecnicolor, lo cual significaba que ninguna artista había lucido mejor que ella en una película rodada con la nueva técnica.
También tuvo una participación destacada en la película: “Portrait d’ Un Asssassin”, del director Bernard Roland, y en el film italiano “Il Ladro di Venecia” del director John Brahm, que protagonizó de manera estelar.
La noticia del deceso de María Montez conmovió al mundo y especialmente a los franceses, que salieron a la calle a despedirla cuando pasaba el cortejo fúnebre. Su muerte a destiempo propició que sea recordada como uno de los mitos de la historia del cine.