(EFE).- Las protestas registradas este viernes durante el funeral del presidente Jovenel Moise a poca distancia del emplazamiento de las exequias han deslucido la ceremonia, celebrada en la residencia de la familia, en una finca cercana a Cap-Haitien, con la presencia de unas mil personas.
El féretro de Moise, cubierto con la bandera de Haití y custodiado permanentemente por cuatro miembros de la guardia presidencial vestidos de gala, quedó expuesto desde primeras horas en una plataforma central, cubierta por una carpa, alrededor de la cual se colocaron tarimas para albergar a los asistentes.
LOS ASISTENTES
Los más ilustres fueron recibidos de forma desigual por los presentes, siendo el más denostado el jefe de la Policía Nacional, Leon Charles, al que increparon duramente, llegando a llamarlo asesino, ya que muchos lo consideran cómplice del asesinato del mandatario.
Por contra, el líder opositor Moise Jean Charles fue recibido con aplausos al llegar escoltado por hombres fuertemente armados, al igual que muchos de los invitados, de modo que al frente de la tribuna de personalidades había más de una veintena de guardaespaldas pertrechados con atuendos militares y armas automáticas.
Ahí se sentaron, entre otros, el primer ministro saliente, Claude Joseph, y el recién investido jefe de Gobierno, Ariel Henry, así como la embajadora de Estados Unidos, Michelle J. Sison, acompañada por su delegación diplomática.
La persona más esperada de la jornada era la primera dama, Martine Moise, quien atrajo a todo un enjambre de prensa y de personas que la rodearon mientras se encaminaba hacia el féretro, junto al cual permaneció unos instantes acompañada por sus hijos, antes de que diera comienzo el oficio religioso.
PROTESTAS EN EL EXTERIOR
Durante la ceremonia el aire se tornó molesto, casi picante, debido a los gases lacrimógenos lanzados por la Policía en el exterior de la finca, donde se registraron protestas, cuyos propulsores quemaron neumáticos, generando un denso humo visible desde el lugar donde se desarrollaban las exequias.
Los agentes también dispararon sus armas contra los manifestantes apostados a la entrada de la propiedad, unos cientos de metros separada del lugar de la ceremonia, tiros que quedaron ahogados por los cánticos y el sermón que estaba teniendo lugar en ese momento.
LAS PALABRAS DE LA PRIMERA DAMA
Concluida la liturgia, se dio paso a los discursos de la hermana del presidente, Marielle Moise; del hijo menor del difunto, Joverlen, y de la primera dama, Martine, quienes hablaron mientras caían las cenizas procedentes de las protestas en el exterior.
En su discurso, la viuda pidió justicia para su esposo, al afirmar que el asesinato, acaecido el 7 de julio en su residencia a manos de un comando armado en un ataque en el que ella también resultó herida, fue producto de la traición.
“Fuiste abandonado y traicionado. Tu asesinato expuso (la) fealdad y cobardía”, dijo Martine, quien aseguró que “el mayor pecado” de Moise fue “amar a su país. Defender a los más débiles frente a la codicia de otros” y, por eso, “fuiste brutalmente asesinado. Se ha conspirado contra ti. Te odiaban, te lanzaron veneno”, afirmó.
Tras el acto civil, la familia quedó en la intimidad para dar sepultura a Jovenel Moise, que descansará junto a los restos de su padre, enterrados en la finca familiar.
CAMINOS BLOQUEADOS
Cuando las comitivas salieron de la finca fue necesario que la Policía fuera abriendo paso, disparando a uno y otro lado, y esquivara las barricadas que los manifestantes habían colocado para bloquear el camino que parte del lugar en dirección a Puerto Príncipe, ya que en dirección a Cap-Haitien no era posible circular.
En el trayecto se escuchaban tiros muy próximos a la vía sin asfaltar, por la que los vehículos iban a la mayor velocidad posible, teniendo en cuenta las condiciones del terreno, para no ser víctimas de los disparos, que dejaban un intenso olor a pólvora.
El Gobierno de Estados Unidos expresó su “profunda preocupación” por la situación que se vive sobre el terreno en Haití y subrayó que seguirá ofreciendo a las autoridades del país ayuda en materia de seguridad, incluido el entrenamiento para su Policía para hacer frente a la violencia.
Así lo apuntó en un comunicado el asesor de Seguridad Nacional estadounidense, Jake Sullivan, después de los incidentes ocurridos durante el funeral.