Managua, 26 may (EFE).- La oposición de Nicaragua se organizó este domingo para protestar contra el presidente Daniel Ortega, pese a que un amplio y extraordinario despliegue de la Policía Nacional en Managua evitó el desarrollo de una marcha multitudinaria antigubernamental.
Luego de cancelar una marcha prevista para este domingo en el centro actual de Managua, los organizadores de la manifestación llamaron a los nicaragüenses a realizar “piquetes express” (protestas fugaces) en cualquier lugar seguro, para evitar ser capturados por la Policía.
Una cantidad de patrullas policiales pocas veces vistas y fuertemente armada, se desplegó por las principales calles de la capital nicaragüense en convoyes de entre 10 y 15 vehículos, incluyendo todoterrenos y cárceles móviles, con el objetivo de evitar la manifestación contra Ortega.
Los policías lograron evitar la marcha, no así las expresiones de rechazo hacia Ortega, que se presentaron en diferentes puntos de Managua, en reclamo por la libertad de los “presos políticos” y justicia para los cientos de manifestantes muertos por ataques armados de las fuerzas combinadas del Gobierno.
Pequeños grupos de manifestantes ondearon la bandera de Nicaragua en las esquinas, calles de tráfico frecuente y en diferentes templos católicos, para demostrar repudio al gobernante nicaragüense, en escenas que duraban poco más de dos minutos, lo que dio poco tiempo de actuar a los policías.
Los “piquetes express” estuvieron acompañados de consignas como “¡Viva Nicaragua libre!”, “¡Justicia!”, “¡Vivan los estudiantes!” o “¡Queremos marchar!”.
Las consignas más repetidas aludieron directamente a Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, a quienes gritaron, “¡No es presidente, es un delincuente!”, “¡De que se van, se van!” o “¡Sobaco peludo, te vas con el trompudo!”.
La opositora Unidad Nacional Azul y Blanco, que organizó las protestas, reportó que un joven fue herido con una bala de goma en la cabeza, disparada por un policía hacia el interior de la catedral de Managua.
También informó de 6 manifestantes “secuestrados” y trasladados a estaciones de la Policía, además de un campesino que denunció ser capturado y golpeado por un grupo de agentes, quienes, según dijo, robaron sus pertenencias y lo tiraron en calzoncillos cerca de una parroquia en presencia de un grupo de manifestantes.
En un comunicado la Unidad urgió a la comunidad internacional “cumplir con su responsabilidad de hacer valer el principio de universalidad y proteger los derechos humanos de este pueblo, mil veces avasallado por esta dictadura, es hora de actuar”.
Según la oposición, “el régimen Ortega Murillo está señalado de haber cometido crímenes de lesa humanidad, es ilegítimo de origen, rompió el orden constitucional y se impone únicamente por la fuerza y la represión”.
Diferentes miembros de la Unidad calificaron la jornada de “exitosa”, pese a que no realizaron la marcha, pues a su juicio “el régimen se debilita más al exponer semejante parafernalia armada”.
La marcha convocada originalmente tenía como objetivo exigir la liberación de los 809 “presos políticos” de Nicaragua, para evitar que corran la misma suerte que el manifestante Eddy Montes Praslín, de 57 años, quien falleció en la cárcel la semana pasada, al recibir un disparo de un custodio en circunstancias no claras.
Desde el estallido social del 18 de abril de 2018, unas 325 personas han muerto en el marco de la crisis de Nicaragua, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Organismos humanitarios locales cuentan hasta 594, aunque el Gobierno reconoce 199.