Luis Abinader, principal líder del PRM desde antes de ganar la Presidencia, luce alejado de su partido y solo se ha reunido una vez con la Comisión Política y, que se sepa, no ha asistido a ningún encuentro de la Dirección Ejecutiva después que ocupa el Palacio Nacional, aunque hace encuentros con los dirigentes provinciales en las visitas que realiza.
El éxito electoral del Partido Revolucionario Moderno (PRM) en el país puede calificarse de histórico. Debutó electoralmente en el 2016 con Luis Abinader como principal figura y logró un 35 % de los votos en el nivel presidencial, unos 50 diputados, dos senadores y 30 alcaldías.
Para el 2020 se convirtió en el principal partido del país al ganar la mayoría de los cargos de elección popular, incluida la presidencia de la República. Todo eso lo logró en solo seis años, pues fue en el 2014 cuando la Junta Central Electoral (JCE) aprobó el cambio de Alianza Social Dominicana (ASD) a Partido Revolucionario Moderno (PRM).
A pesar de todo el éxito electoral que puede exhibir, el PRM tiene el reto de fortalecerse como partido del poder. De hecho, sus propios dirigentes lo han externado. Recientemente, Alfredo Pacheco, miembro de la Dirección Ejecutiva, dijo que esa organización tiene que acostumbrarse a ser un partido del poder porque “la mayoría tiene mentalidad de oposición”.
Antes, el secretario nacional de organización de ese partido, Deligne Ascensión, dijo que el PRM en este momento vive un proceso de transición de partido de oposición a partido de gobierno.
El proceso de renovación interna pautado para marzo del próximo año, sería el escenario para empezar a sentar esa base, pero arrancó con ruidos debido a que los aspirantes han convertido en tema de campaña interna la inconformidad de los perremeístas que aún no ocupan cargos en el Estado. Guido Gómez Mazara ha logrado “alborotar las avispas” con sus charlas: “partido, gobierno y sociedad” que ganan cada vez más apoyo y notoriedad.
La otra voz disidente del PRM que empezó a sonar desde el mismo proceso de transición, hace poco más de un año, es la de Ramón Alburquerque, que hace más oposición y crítica al PRM que los adversarios de otros partidos. El avance de las voces disidentes podría explicar el activismo del presidente de esa organización y ministro administrativo de la Presidencia, José Ignacio Paliza, que en los últimos tiempos está dedicando más espacio a las tareas partidarias.
El reto del presidente Luis Abinader como principal líder de esa organización, sería lograr que la renovación interna ocurra sin mayores ruidos, lo que sería difícil en una organización con una historia vinculada a la rebelión interna.
Habría que ver si el gobernante logra ratificar a Paliza en la presidencia y a Carolina Mejía en la secretaría general, pues así lograría el balance con Hipólito Mejía, segundo líder en importancia del PRM.
¿Y los recién llegados al partido? De cara a ese proceso, la elección de las principales autoridades no es el único reto de Abinader, pues hay varios dirigentes del PRM como Wellington Arnaud, Kelvin Cruz y Tony Peña Guaba, que esperan para un asiento en la Dirección Ejecutiva.
Otros estrechos colaboradores de Abinader en el gobierno no tienen estructura partidaria y es seguro que quieren un asiento en el máximo organismo como la vicepresidenta Raquel Peña; el ministro de Industria y Comercio, Víctor (Ito) Bisonó y Roberto Ángel Salcedo, entre otros.
En PRM hay queja por el poder de algunos aliados
Además de los retos propios del proceso de renovación, en el PRM hay quejas por algunos cargos, como el de la presidencia del Senado que ocupa Eduardo Estrella, presidente de Dominicanos por el Cambio, quien al mismo tiempo preside la Asamblea Nacional y es miembro del Consejo Nacional de la Magistratura, lo que ha generado disgusto poco disimulado en el PRM. La muestra más reciente es que el propio bloque de senadores del PRM apoyó un proyecto de ley que busca eliminar todas las exenciones y privilegios, una propuesta que fue respuesta a lo que los senadores califican como una campaña para afectarlos por las críticas permanentes que reciben por aceptar el fondo de asistencia social (barrilito) y las exoneraciones. Los legisladores se quejan de que supuestamente Estrella forma parte de esa campaña facilitando información y apoyo a los medios que insisten con el tema. La inconformidad de los perremeístas también se genera por la gran cantidad de figuras que no son de esa organización, especialmente de entidades de la sociedad civil y el sector empresarial, que ocupan cargos de preponderancia en el gobierno del PRM. A pesar de las quejas la mayoría de la cúpula tiene cargos en el gobierno.