Estonia se convirtió en el primer país del mundo cuyos dos líderes máximos, elegidos por el voto, son mujeres. Si bien Nueva Zelanda, Barbados y Dinamarca tienen cabezas de estado femeninas, en sus casos una de ellas es monarca. En cambio, la presidenta Kersti Kaljulaid y la prima ministra Kaja Kallas son ambas decisión de los estonios.
En 2016 Kalijulaid asumió como la primera presidenta del país, desde su independencia en 1991. Y Kallas juró el martes 26 de enero luego de que el Partido Reformista, de centro derecha, al que pertenece, llegara a un acuerdo con el Partido del Centro, de tendencia más social, de Kalijulaid. El primer ministro anterior, Jüri Ratas, cayó con su gobierno el 13 de enero debido a un escándalo de corrupción: la presunta donación que recibió un funcionario a cambio de un favor en la regulación de la propiedad inmobiliaria en el distrito portuario de Tallin, la capital del país.
“Volveremos a construir nuestras relaciones con nuestros aliados, nuestros vecinos, e intentaremos restaurar nuestro nombre como un buen país para invertir”, dijo Kallas a Reuters tras jurar su cargo. Ella formará un gobierno con otros 14 ministros, la mitad de ellos mujeres. Algunas en puestos claves: Keit Pentus-Rosimannus, por ejemplo, será ministra de Finanzas y Eva-Maria Liimets, ministra de Relaciones Exteriores.
“La idea detrás de la composición de mi gobierno es lograr un equilibrio entre hombres y mujeres y entre experiencia y novedad”, agregó Kallas, de 43 años, abogada y ex parlamentaria europea. Otras mujeres que participarán de su gestión serán Signe Riisalo, ministra de Seguridad Social, Maris Lauri, de Educación e Investigación y Anneli Ott, de Administración Pública.
Dado que en septiembre hay elecciones presidenciales, y Kaljulaid no ha dicho si se presentará a la reelección o no, es difícil saber cuánto durará esta conjunción de mujeres en el poder. Kallas permanecerá en el gobierno hasta los próximos comicios generales de Estonia, en marzo de 2023.
La decisión de nominarla no sorprendió a nadie: su partido ganó las elecciones generales de 2019 y ella era su líder desde el año anterior. Y si bien el Partido del Centro hizo una maniobra política por la cual formó una coalición con otras fuerzas —el Partido Conservador del Pueblo, de extrema derecha, y Patria, populista de derecha—, la situación cambió durante 2020 en esta nación de casi 1,5 millones de habitantes.
El principal desafío del gobierno de la hija de otro primer ministro —Sim Kallas, fundador del Partido Reformista— será menos la corrupción que el agravamiento de la pandemia de COVID-19 en este país báltico. Además de la situación sanitaria, la crisis económica se ha profundizado últimamente.