Cuando miramos las economías y la paz social de muchos de nuestros vecinos debemos tener una sensación dulce amarga. Esto así, porque muchos de ellos están sumidos en crisis sociales o económicas y a pesar de los enfrentamientos, las dudas, el clima enrarecido que vivimos, el intento de dañar la imagen del turismo, tenemos que reconocer que seguimos siendo la envidia del crecimiento económico.
Cierto que muchos se quejan de que el ese crecimiento no permea la clase media, en especial, habla de los costos. Desde fuera, nos ven mejor que como nos analizamos internamente, el mismo gobernador del Banco Central, Héctor Valdez, que dice “como dominicanos debemos sentirnos orgullosos de mantener nuestra posición como líder de la región, a pesar del entorno adverso que enfrentamos”.
El acuerdo entre Estados Unidos y China quita presión al panorama económico mundial y puede atrasar la recesión que muchos economistas tienen planteada para algún momento del 2020.
Pero vamos a Latinoamérica, lo que sucede a nuestro alrededor y a lo que debemos prestar atención para que no nos de la noche como nos sucedió con el sector turístico, que se ha logrado revertir gracias a la Embajadora Bernstein, al esfuerzo del sector y ahora a las declaraciones del FBI, donde luego de analizar la causa de las muertes de estadunidenses concuerda con nuestras autoridades en los dictámenes forenses de las mismas.
Hace poco leí un artículo de Ray Dalio, que tituló “El mundo se ha vuelto loco, el sistema está quebrado”. Se refiere a que hay un exceso de dinero y el que presta está dispuesto a darlo al que tiene crédito, recibiendo mucho menos de lo que le cuesta. Es el caso de muchos de los países europeos y asiáticos. Pero ya vemos que la Reserva Federal de Estados Unidos, rebaja los intereses cada día más y pronto ya los mismos serán intereses negativos.
De alguna forma entiende Dalio, que la crisis económica mundial podría empezar por el problema de las pensiones, ya que para lograr cubrir la brecha que se va generando en los retornos de estas, habría que reducir los benéficos, aumentar impuestos o imprimir dinero.
Para no ir muy lejos, ahí empieza la crisis de uno de los países más estables de la región, que es Chile. Es donde debemos nosotros centrarnos, menos discusiones políticas y ver el entorno que nos rodea.
Pero no es sólo un problema económico lo que afecta la región, es también muy desestabilizador los problemas políticos y de inconformidad. Puerto Rico, cuando un gobernador irrespeta un grupo minoritario la reacción es tan fuerte por parte de la población que lo hacen renunciar junto con una parte importante de su gabinete. Los problemas de Bolivia llegan su punto más álgido cuando el presidente Evo Morales es obligado a renunciar por la crisis generada por el fraude electoral.
Ecuador enfrenta a Correa, ex presidente de tendencia de izquierda, gran amigo de Cuba y Venezuela, con su antiguo vicepresidente y actual presidente Lenin Moreno cuando acusan y quitan todas las funciones al actual vicepresidente Jorge Glas y rápidamente Correa ataca diciendo que el diálogo no lo favorecen los que están en contra de la revolución; y Nicaragua sufre tremenda crisis económica y política por culpa del izquierdista Daniel Ortega.
Perú no escapa a la crisis política y económica. El presidente Vizcarra disolvió el congreso y estos nombraron presidente interina a la vicepresidenta Mercedes Araoz, que sólo debió presentar su renuncia por la intervención de los militares y reponer a Vizcarra, quien ha convocado a elecciones congresales extraordinarias.
Argentina acaba de elegir a Alberto Fernández, quien no perdió tiempo para pedir la liberación de Lula, ya excarcelado y Cristina Kirchner, quien el día de las elecciones parecía ser la presidenta, no perdió tiempo para saludar al hoy depuesto y en fuga Evo Morales.
Cuba, Venezuela y Haití, el triángulo más complicado. Los dos primeros están detrás de toda la crisis de la región, tratando de recobrar la pérdida de influencia que tuvieron en un momento y que buscan recobrar con Argentina, México y ahora la excarcelación de Lula, expandiendo las dictaduras de izquierda y el poder del narcotráfico.
El senador Marco Rubio en un tuit decía “El régimen de Maduro y los carteles de México son socios. Maduro ayuda a volar drogas a Centro América para traerlas a las fronteras de Estados Unidos y ayuda botes para llevar droga a República Dominicana para contrabandearla al este de los Estados Unidos”.
Cuquin Victoria popularizó una frase en los finales de los años ochenta “este es un país muy especial”. Sin dudas, somos muy especial, muchas veces damos importancia a situaciones baladíes, mientras no ponemos atención a la bomba de tiempo que tenemos al oeste de la isla.
Hace unos días leía con satisfacción las declaraciones del Ministro de las Fuerzas Armadas, del control con equipos y tropas que tienen nuestros militares. Sin embargo, cuando leí un reporte y ví las protestas que escenifican nuestros vecinos, el grado de agresividad, es de preguntarse ¿Cuándo una turba airada decida cruzar la frontera, ¿cómo los detendremos?
La comunidad internacional no entiende el problema, empezando por los Estados Unidos, que desde hace muchos años unos entendían que era un problema de gerencia, de fácil solución y ahora entienden que es un problema de liderazgo.
Es un problema de estado fallido, sin instituciones, sin democracia y sin gobierno. Una sociedad que entiende que un simple cambio de gobierno resuelve el problema, cuando hay un problema de seguridad tan grande que ni los carteles de la droga se atreven a estar en Haití y por eso Marco Rubio no los menciona como puente del narco.
De acuerdo con un análisis publicado sobre seguridad alimentaria, del total de la población, 838,000 están en emergencia alimentaria, 1,979,000 en crisis alimentaria, 2,325,000 en la fase de estrés alimentaria, 2,352,000 en una fase mínima de crisis alimentaria. Los organismos que proveían alimentos a Haití, no lo están haciendo por la inseguridad.
Si a esto sumáramos el complot cubano-venezolano a la estabilidad de la región, la posible crisis económica internacional, realmente estamos sentados en una bomba de tiempo a la que todos debemos poner atención.