El Instituto José Francisco Peña Gómez puso en circulación un libro en que el fenecido líder dominicano expone sobre el origen de su formación cultural y del intelecto que lo llevó a ser un destacado líder político, tribuno y creador de poemas de carácter patriótico.
El libro, editado de una entrevista que le hicieran en 1991 Deligne Ascensión y Jesús Colón, entonces secretario y subsecretario de Cultura del Comité del Distrito Nacional del PRD. Al motivar la importancia del relato Ascensión afirmó que puede servir de inspiración a muchos jóvenes.
Al estudiar la personalidad de Peña Gómez, dijo Ascensión, los jóvenes podrán conocer aspectos importantes sobre la vida de una persona que procediendo de los estratos más humildes de la sociedad, rompió todo tipo de esquemas hasta convertirse en una figura de renombre nacional e internacional.
La obra, que fue puesta en circulación como parte de la conmoración del 81 aniversario del nacimiento del líder, relata que el inicio de la formación intelectual de Peña Gómez se produjo cuando cursaba estudios en el liceo semioficial de Mao, dirigido por Leónidas Ricardo Román, un culto profesor que le impartió sus primeras lecciones de inglés y francés.
“Me ponía a leer El Quijote, la poesía de Gaspar Núñez de Arce, de Rubén Darío, de Amado Nervo, de Juan de Dios Peza, en fin, de los intelectuales de la época. Recuerdo que él solía leer en voz alta y memorizar las lecciones, se las aprendía de memoria y forzaba a los estudiantes a aprender por ese anticuado método”, cuando corría el año 1951.
Cita también que la contribución definitiva a su formación le vino de una persona que solía encontrar cuando caminaba por las calles de Mao, llamado don Luis Madera. Relata que a través de Luis y de otro hermano tuvo conocimiento de las hazañas de Bolívar y de su historia. “Me dieron una biografía de Bolívar, me enseñaron el amor a los grandes y no sé cómo ellos pudieron intuir lo que yo iba a ser. Recuerdo que cuando me inscribí en la escuela normal los primeros libros me los regalaron ellos”.
También tuvo la influencia de doña Dolores Román viuda Bogaert, abuela de Fernando Álvarez Bogaert, en cuya casa vivió cuatro años en Mao. “Esta era una señora muy culta, era una matrona, una mujer muy rica que se dedicaba a socorrer estudiantes pobres. Entonces a mí ella me buscó como profesor de sus estudiantes, a pesar de que yo era estudiante también”, relata Peña Gómez en la obra.
En cuanto a los autores nacionales que influyeron en su formación, el extinto líder explicó que fundamentalmente le gustaba la literatura de tipo social y que el profesor Juan Bosch ejerció una influencia determinante en esa afición.
“Leí sus escritos, su suave literatura, seca, despojada de adornos retóricos. Yo solía escribir con un lenguaje muy florido y él me decía, quita los adjetivos, y de esa manera se fue perfilando mi estilo; de manera que este fue mi primer contacto con un gran autor dominicano”, citan los autores.
Al vivir en San Cristóbal, narra Peña en el libro, “tenía contactos con el gran apóstol del postumismo, Domingo Moreno Jiménez, con quien sostenía frecuentes contactos, le mostraba mis versos y él los corregía.
Testimonia Peña que Moreno comentaba de sus escritos que “este muchacho tiene una poesía de tipo social”. Preguntado a qué se debía que teniendo buenos textos poéticos no los publicaba, respondiendo que en primer lugar porque a partir de los años setenta la política lo apartó de la poesía. Y además perdió una enorme cantidad de versos que escribió, algunos no tan malos.
“Esas pérdidas me produjeron una gran tristeza. Se perdían básicamente cuando tenía persecuciones; los dejaba en un sitio, luego iba a buscarlos y no los encontraba. Yo creo que la política aniquila la intelectualidad, contrario a lo que mucha gente piensa. He terminado teniendo una gran versación económica e histórica, porque cada vez que debo escribir, tengo que leer una gran cantidad de documentos económicos, entonces tengo que prepararme adecuadamente”, afirmó.
A la puesta en circulación asistieron el ex presidente Hipólito Mejía, quien preside la fundación que auspicia el Instituto, los autores, Ascensión y Colón, Ivelisse Prats Ramírez de Pérez, quien prologa la obra, el diputado y poeta Tony Raful, Roberto Fulcar, Rafael Santos y otros.
