Los Martínez tienen 16 años de casados, aprendiendo uno del otro, trabajando juntos y cumpliendo con el propósito de Dios
Pedro Martínez y su esposa Carolina Cruz de Martínez, celebraron 16 años de unión el pasado 9 de noviembre y han trabajado y enfrentado desde el año 2005, los retos que implican ser figuras del mundo del entretenimiento y el deporte.
El motor principal que los impulsa a seguir adelante además del amor, es la convicción de que Dios los ha unido con un propósito, y ambos se apoyan en eso para tomarse de la mano y seguir adelante a pesar de que no sea tan fácil.
Así lo contó Carolina Cruz de Martínez en una entrevista especial durante el Desayuno de elCaribe y CDN. “El ser y manejar una figura pública requiere de mucha sabiduría, requiere de mucho balance, de apretar y soltar, no es fácil trabajar en pareja porque hay que tener mucha madurez y sentido de compromiso de a qué Dios te ha llamado y en el caso de nosotros precisamente por la convicción de que Dios nos ha llamado a eso, es el motor que permite que uno pueda enfrentar cada demanda”.
Carolina Cruz de Martínez, aparte de ser su esposa, es la presidenta de la fundación creada por el exlanzador, Pedro Martínez, dedicada a apoyar niños, niñas, adolescentes y sus familias con escasos recursos en el país.
Para él, que ella haya asumido la dirección de la Fundación Pedro Martínez, es algo que tiene mucho valor y representa, más que un compromiso, una muestra de amor de parte de su amada.
“El valor que tiene saber que tú puedes contar con una persona que se encarrila a todo lo que tú decides hacer y más importante que todo, ajustarse, porque Carolina no era de San Miguel de Manoguayabo y no entendía el por qué me dolía tanto, pero hizo el ajuste y saber que nosotros dos, yo con la vida de ella y ella con la mía, nos hemos combinados para salir adelante, no en una sola cosa, sino en todo”, expresó el exlanzador.
Claves para mantener el matrimonio sobre los compromisos
La pareja de Grandes Ligas, como todas, tiene sus conflictos y no todo es color de rosa. Pero cuando se presentan esas situaciones, Carolina cuenta que recuerdan que no solo están conviviendo por el amor que se tienen, sino también por el compromiso que tienen con Dios.
“Cuando tú sabes que estás haciendo las cosas para Dios Padre primero, hay muchas cosas que tú le bajas los brakers y dices ´no, vamos a seguir con lo que Dios nos ha puesto delante´.
Como toda pareja uno tiene sus desafíos y conflictos pero siempre está Dios, por encima de todo esto, decimos espérate eso no lo hacemos ni por tí ni por mí, sino porque Dios nos ha unido”, expresa la comunicadora.
Una de las claves que menciona la esposa, es aprender a ser adecuado en cada momento y respetar el espacio del otro, especialmente en el caso de ellos que no sólo trabajan juntos en la fundación, sino que tienen otros compromisos y Carolina aclara que para ambos es “un gran desafío pero a la vez una gran honra y bendición, porque cuando tu estas en medio de los compromisos, agendas apretadas y solicitudes, toma su manejo que con el tiempo uno va desarrollando la sabiduría”.
“A veces cuando los hombres están muy abrumados, la mujer no puede estar con un llama y llama y cada quien tiene su forma de compartir, hay algunos que les gusta jugar deportes hay otros que le gusta jugar con sus amigos, todo ese tipo de amalgamas de colores es parte de lo que es trabajar juntos pero yo pienso que cuando encuentras esa combinación y no abrumas, no impones y respetas, más que todo honras a Dios con tu comportamiento, pero de matarlo hay ganas a veces”, agrega Cruz de Martínez culminando su intervención entre risas.
Detrás de un gran hombre hay una gran mujer
A pesar del desafío que también representa para Pedro Martínez el valor que le da a su compañera de vida no tiene precio ya que además de ser su esposa, Carolina también ha jugado la posición de “primera, segunda y tercera base” al ser su amiga, colega y asesora personal. “Es un desafío grande trabajar en pareja, y sobretodo llevando tantas cosas, pero dicen que detrás de un gran hombre, hay una gran mujer. La mujer es el soporte del hombre y Carolina ha sido para mí, no solamente un pie de amigo, como decimos nosotros, sino que también ha sabido sobrellevar mi carrera profesional. Somos colegas y nunca me imaginé que yo iba a trabajar en comunicación y gracias a Dios lo he hecho. Y en eso, Carolina me ha ayudado también”.