“La imagen de un apretón de manos transmitida al mundo desde un hotel de la isla Santosa, en Singapur, ha logrado el milagro de traer de vuelta la certeza de que la paz es posible”, Miguel Mejìa, secretario general MIU.
Santo Domingo, R-D.- Esa idea, tan debilitada por amenazas en casi todas las regiones del planeta y conflictos sangrientos que nos sacuden, ya ha sido uno de los aportes históricos de la Cumbre que tiene lugar entre el presidente norteamericano Donald Trump y su homòlogo norcoreano, Kim Jong Un.
Muy pocos comentaristas de los medios, líderes mundiales, estadistas y politólogos han criticado esta sabia y esperanzadora decisión. Se comprueba que el diálogo, el respeto mutuo y la voluntad de paz pueden imponerse por encima del trágico ruido de las armas. Cuando dos naciones, antes enfrentadas y al borde de una confrontación de incalculables consecuencias, hallan la forma de conversar y resolver sus problemas, es señal de que también en otros escenarios se puede conjurar los fantasmas de las agresiones y los conflictos bélicos.
Corea del Norte y Estados Unidos, enfrentados antes en una guerra despiadada, en acusaciones y amenazas mutuas, y en una carrera armamentista estéril y gravosa, hoy muestran al mundo las fotos de sus líderes estrechándose las manos y saludándose de forma civilizada y esperanzadora. Después de constatar que si se puede limar las asperezas y entrar en un período de distensión, todos en el planeta dormiremos un poco más tranquilos.
Saludamos la decisión de dialogar y la forma en que se han encontrado en Singapur los máximos representantes de Corea del Norte y los Estados Unidos, y apoyamos irrestrictamente el compás que se abre con estas pláticas, del cual debe resultar la desnuclearización de la península coreana, la retirada de las tropas norteamericanas de la parte sur de la península y la necesaria reunificación del pueblo coreano bajo la fórmula de “una nación, dos sistemas”, antes aplicada con éxito por la República Popular China en los casos de Hong Kong y Shanghai.
Los pueblos del mundo, a partir de esta prometedora jornada, exigen que ese, y no otro, sea el camino por donde han de transitar hacia su solución definitiva otros conflictos mundiales, como es el caso de la confrontación con Irán, la guerra entre palestinos e israelíes, la agresión contra el pueblo sirio, y las crecientes amenazas contra el heroico pueblo bolivariano de Venezuela. Y lo que se pretende ahora con Nicaragua. Si se pudo con Corea del Norte, ¿por qué no intentarlo en otros escenarios regionales?
Nuestro Movimiento Izquierda Unida, junto a los dominicanos amantes de la paz, la democracia, la libertad, la soberanía y la independencia saluda la Cumbre de Singapur y hacemos votos por la perdurabilidad y cumplimientos de los acuerdos que esta traerá consigo.
Cobran vigencia aquellas sabias palabra de Benito Juárez, presidente de México y Benemérito de las Américas cuando expresó: “El respeto al derecho ajeno es la paz”.