Santo Domingo. El Observatorio Político Dominicano (OPD), una iniciativa de la Fundación Global Democracia y desarrollo (FUNGLODE), publicó un análisis en el que advierte la necesidad de que las elecciones presidenciales y congresuales pautadas para el próximo 17 de mayo sean pospuestas para el 5 de julio, debido a la crisis sanitaria que ha provocado la pandemia del COVID-19 y la falta de condiciones para garantizar un proceso diáfano y salubre en el país.
El 1 de marzo se confirmó el primer caso de coronavirus COVID-19 en el país y a la fecha la nación supera los 1,800 casos confirmados y los 80 muertos, ocupando el séptimo lugar en la lista de países con más casos confirmados en América Latina.
Como respuesta a la situación, el Gobierno dominicano ha establecido diversas medidas a los fines de frenar la propagación masiva del virus. No obstante, en el país aún resta decidir sobre un aspecto esencial de la vida democrática: la posposición o no de las elecciones presidenciales y congresuales, pautadas para este 17 de mayo.
Frente a este escenario, el OPD-FUNGLODE sugiere que los comicios se pospongan para el domingo 5 de julio del corriente, fecha que no afectaría en el calendario el traspaso de mando que seguiría efectuándose el próximo 16 de agosto, dejando incluso espacio para celebrar una posible segunda vuelta el 26 de julio, de ser necesario.
Según el análisis Coronavirus: ¿una razón suficiente para la posposición de las elecciones presidenciales y congresuales de 2020 en República Dominicana?, de la autoría del investigador Vladimir Rozón, pese a que la Constitución dominicana establece que las elecciones presidenciales deben realizarse el tercer domingo de mayo, el estado de emergencia declarado en el país podría servir como «manto legal» para posponer los comicios sin la necesidad de modificar la Carta Magna.
Desventajas y riesgos
En su análisis, el OPD-FUNGLODE sostiene que de mantenerse la celebración de los comicios el 17 de mayo, el país se expone a desventajas y riesgos tales como la exposición de la población al contagio del virus y la posibilidad de convertir el proceso en un foco infeccioso y en una vía de propagación masiva; la posibilidad de una votación con niveles de abstención capaces de deslegitimar los resultados, y la imposibilidad del voto en el exterior y de la elección de los diputados de ultramar.
Además, esta fecha presupone la obligación a los candidatos y a los militantes de los partidos de salir a hacer campaña en condiciones no favorables o insalubres. A este escenario desfavorable se agregan las posibles deficiencias y retrasos en el montaje del proceso como consecuencia de recursos humanos y técnicos limitados, a causa de las medidas de cuarentena, puntualiza el análisis del OPD-FUNGLODE.
Sin embargo, el OPD-FUNGLODE precisa que el cambio de fecha de la celebración de los comicios debe ser tomado con el consenso de todos los actores políticos del país, bajo el estado de emergencia y respetando la fecha fijada para el traspaso del mando a las nuevas autoridades, debido a que la postergación de las elecciones sería una medida para evitar el contagio del coronavirus durante el ciclo electoral.
Rozón resalta que otros 35 países que tenían planeado realizar algún proceso electoral, se vieron en la obligación de posponerlos para evitar la propagación del COVID-19.
Según el OPD-FUNGLODE, países como Alemania, Argentina, Brasil, Bolivia, Canadá, Chile, Colombia, España, Estados Unidos, Francia, Italia, México, Paraguay, Perú, Suiza y Uruguay, entre otras, ya han pospuesto oficialmente sus comicios, o bien, al menos están en proceso de discusión definitiva.
«La experiencia comparada y las proyecciones epidemiológicas de otros países de la región sugieren que para finales de abril y mediados de mayo se podría estar en el punto más álgido de la pandemia. Esto obligaría a mantener las medidas de aislamiento y distanciamiento social, produciéndose así un escenario sin condición alguna para la realización de actividades multitudinarias o que conlleven aglomeraciones», añada el análisis.
Sobre la Junta Central Electoral (JCE), Rozón señala que a pesar de que la posición del órgano ha sido la de continuar con el calendario electoral, el pasado el 4 de abril la JCE solicitó a los partidos políticos dar su opinión por escrito en un plazo de cinco días, respecto a la posibilidad de que los comicios del 17 de mayo sean reprogramados en una fecha posterior a la establecida.
Medida extrema
El análisis del OPD-FUNGLODE indica que en caso de que el escenario electoral se tornara extremo por falta de consenso o cualquier otra razón, podría llegar a celebrarse una primera vuelta el 16 de julio, y en caso de ser necesario una segunda vuelta el 2 de agosto sin que esto afectara el traspaso de mando a las nuevas autoridades.
Evitar crisis institucional
El Observatorio Político Dominicano enfatiza en la necesidad de establecer una fecha clara antes del 16 de agosto para la celebración de los comicios, para evitar el peor de los escenarios con una crisis constitucional por el cese del periodo por el que fueron electos los representantes de los poderes Ejecutivo y Legislativo, que podría producirse ante la llegada de la fecha del cambio de mando y que aún no se hayan elegido a las nuevas autoridades.
La finalidad principal es otorgar fechas ciertas a los comicios, en las cuales realmente existan las condiciones para su realización, primordialmente sin exponer o arriesgar las vidas de los ciudadanos y previo un amplio consenso, concluye el análisis del OPD-FUNGLODE.