Nueva York, (EFE) – Las autoridades de Nueva York buscan al hombre que abrió fuego este martes por la mañana durante la hora punta en el metro y dejó a diez personas heridas de bala, en un caótico ataque por ahora sin vinculación terrorista.
Cuatro horas después de los hechos, la jefa de Policía, Keechant Sewell, dijo a los medios que el tiroteo no se está investigando como terrorismo y señaló que “aunque ha sido un incidente violento, aparentemente nadie tiene heridas mortales como consecuencia de este caso”.
De los diez heridos por bala, la mitad están en estado crítico pero estable, señaló una fuente sanitaria, mientras que hay otros 19 atendidos en hospitales, varios de ellos por inhalación de humo.
El sospechoso es un hombre ataviado con un chaleco de construcción verde y una máscara de gas que lanzó un artefacto para llenar de humo el vagón de tren antes de emprenderla a tiros contra los viajeros en su interior, a su paso por Brooklyn.
El hombre, de raza negra, altura media y constitución corpulenta, escapó supuestamente en medio de la confusión.
Las autoridades han pedido la cooperación ciudadana para tratar de localizarlo y la policía está buscando una furgoneta de alquiler de la empresa U-Haul que podría estar vinculada al caso, según varios medios.
Aparentemente, una o más cámaras de seguridad instaladas en la estación del metro fallaron y no capturaron imágenes del sospechoso, algo que se está investigando, lo que ha obligado a recurrir a imágenes tomadas por pasajeros del tren con sus teléfonos móviles.
El suceso tuvo lugar cerca de las 8.30 de la mañana mientras el tren esperaba para entrar en la estación de la calle 36, a la altura del barrio de Sunset Park, momento en que el individuo lanzó su artefacto para diseminar humo, abrió fuego e hirió a “múltiples personas en el tren y en el andén”, detalló Sewell.
Las declaraciones de los testigos a los medios locales y las grabaciones compartidas en las redes sociales dibujan una escena caótica, con los pasajeros asustados y los heridos sangrando, desperdigados por el vagón y por el suelo del andén mientras son atendidos.
Un testigo que estaba presente en el tiroteo, identificado como Yav Montano, relató a CNN cómo los pasajeros empezaron a tropezarse unos con otros dentro cuando “el humo lo engulló todo” y la sensación de “pánico” vivida antes de que se abrieran las puertas del vagón.
Sara, una turista española que iba a desayunar en un local cercano a la estación de metro cuando se produjo el ataque, describió a Efe la confusión que se vivió en los momentos iniciales.
“Al principio nadie sabía qué había ocurrido, sólo que había un incidente en el metro”, explicó, subrayando que nadie se hacía una idea en esa momento de la “magnitud” de lo ocurrido.
En el lugar de los hechos, los investigadores recuperaron una pistola y varios cargadores de alta capacidad, además de fuegos artificiales y pólvora.
El arma, una pistola Glock, estaba aparentemente encasquillada, un problema que pudo impedir al tirador causar daños aún mayores.
“Fue una suerte que se encasquillase, porque podríamos estar hablando de mucha más gente en hospitales o algo peor”, señaló al periódico una de esas fuentes. “Decenas de personas más podrían haber sido heridas o tener heridas más graves”, añadió.
PREOCUPANTE AUMENTO DE VIOLENCIA ARMADA
Las autoridades, que suspendieron rápidamente varias líneas de metro mientras inspeccionaban los trenes y estaciones, han descartado la existencia de explosivos y han reabierto la mayor parte del sistema de transporte, pero siguen desconociendo los motivos o si fue premeditado.
En los alrededores de la estación afectada por del tiroteo, inicialmente cortados al tráfico y con las escuelas confinadas por precaución, se arremolinaron un gran número de ambulancias y unidades de emergencia, incluyendo las brigadas especializadas en bombas.
Según fuentes diplomáticas, no hay constancia de ningún herido europeo pero aún no hay confirmación oficial, y se intenta averiguar si hay algún ciudadano mexicano entre los afectados, ya que en Sunset Park hay una gran comunidad de este país.
Mientras llegaba la información con cuentagotas, muchos neoyorquinos recordaron el intento de ataque terrorista en una concurrida estación de Manhattan en 2017, cuyo autor está condenado a cadena perpetua, pero también la reciente ola de tiroteos en la ciudad.
Desde que comenzó 2022, más de 360 personas han sido víctimas de tiroteo en la Gran Manzana y solo en los dos últimos años este tipo de incidente se ha incrementado un 72 %, de acuerdo a datos oficiales.
En ese sentido, la gobernadora del estado de Nueva York, Kathy Hochul, aseguró que los neoyorquinos están “cansados y hartos” de la violencia armada y se comprometió a usar todas las herramientas disponibles para combatirla, en colaboración con el ayuntamiento.
El alcalde de la ciudad, Eric Adams, recluido por la covid-19, pidió a través de los medios locales en videoconferencia que el público aporte todas las pistas posibles y ayude a capturar al sospechoso, al que acusó de cometer un “acto de terror para aterrorizar al sistema”.