En las últimas décadas la industria eléctrica a nivel mundial ha estado evolucionando a un ritmo muy acelerado, impactada básicamente por la aparición de los recursos energéticos distribuidos y la necesidad que tiene la humanidad de reducir las emisiones de los gases que provocan el efecto invernadero; esto ha provocado la introducción de una gran cantidad de tecnologías para el aprovechamiento y utilización de las energías renovables para satisfacer las necesidades energéticas que demanda la sociedad moderna.
En la Republica Dominicana las expectativas de los clientes ha cambiado y sigue cambiando, ya que sus principales expectativas están relacionadas a la confiabilidad y al costo del suministro energético; es decir, cuanto me va a durar el servicio? ¿Y cuánto me va a costar? en ese sentido, los clientes en el pasado eran mucho más tolerantes a interrupciones del servicio que hoy en día, ya que sus hogares, la oficina y la industria, están llenos de objetos electrónicos que se paralizan cuando reciben una interrupción del servicio energético.
A raíz de las crisis energéticas que hemos atravesado durante las últimas décadas, el cliente no se ve a sí mismo como un consumidor pasivo de energía, y se ha agenciado una solución a sus propios problemas, ya sea a través del uso de generadores de emergencia, la utilización de inversores con baterías y en los últimos años mediante la instalación de sus propias plantas fotovoltaicas o eólicas, o cualquier otra tecnología (conectadas o no a la red) en los techos de sus viviendas y edificios; ha tratado de resolver su problema de abastecimiento y continuidad del servicio.
El país que desde el punto de vista de la energía solar fotovoltaica tiene un alto potencial, que incluye tanto capacidad conectada a red a pequeña y gran escala y así como también; descentralizada, es decir, capacidad fuera de la red en zonas no interconectadas. Este gran beneficio que poseemos frente a otros países del mundo debemos aprovecharlo y pautarlo como prioridad en la agenda del Estado, tal y como figura claramente en nuestra Constitución.
Lo que no se comprende es la razón por la que las empresas distribuidoras de electricidad (EDE’s) desean o intentan limitar la capacidad instalada de proyectos distribuidos de energía renovable en sus circuitos a un 15% de la capacidad o de la potencia máxima; siendo esto, de aprobarse por normativa, una de las mayores trabas que pudiera imponerse al desarrollo y aprovechamiento de todo el potencial energético distribuido con que contamos, cuando nosotros somos uno de los más privilegiados entre los países del mundo; sobre todo, en un país que en la actualidad su matriz energética depende en un alto porcentaje de combustibles fósiles (petróleo).
Partiendo de que el Reglamento de Medición Neta fue una copia Literal del que existía en Puerto Rico, sin ningún tipo de estudio previo, podemos asegurar, por estudios hechos por Centros Internacionales como Energynautics en la India, que las simulaciones que se hacen arrojan y demuestran que dicho límite no tiene justificación y que un 75% de penetración de energía solar es posible sin causar problemas de voltaje o sobrecarga.
Más bien las empresas de servicios pretenden hacer pagar a los usuarios finales (clientes) sus ineficiencias y su incapacidad de adaptarse a las condiciones de mercado que impone una sociedad moderna; independientemente de esfuerzo por detener el cambio; el mercado energético dominicano continuará experimentando agitaciones significativas en las siguientes décadas que obligarán a las empresas a adoptar una postura más adaptable y flexible en cuanto a este tema. Pareciera que las Distribuidoras quisieran pagar sus deficiencias con los consumidores, penalizándoles con pagar una energía débil y cara, logrando con esto hacer imposible vivir o emprender un negocio en nuestro país.
Desde el punto de vista técnico no existe ningún estudio que avale el limitar al 15% la potencia inyectada proveniente de fuentes renovables de energía en los circuitos de distribución, todos los que promueven esta idea deben explicar; ¿Por qué no?, ¿Cuáles son los aspectos técnicos que lo impiden?; el limite no debe ser antojadizo o lo que ha sido la practica en otros lugares; debe provenir de un estudio serio y detallado de la situación y que establezca con claridad los lineamientos a seguir.
Desde el punto de vista económico, el desarrollo de las energías renovables beneficia directamente a las arcas del Estado, ya que desde el momento en que una empresa deja de pagar luz, producto de la instalación de paneles solares, esos montos que deja de pagar pasan a ser un ingreso, y este ingreso paga impuesto sobre la renta, lo que beneficia a la DGII y por ende a todos los dominicanos, puesto que esos ingresos de más se destinaran a obras de bien social. Además, se hacen más competitivos en el caso de las empresas, pueden vender más barato y por ende más, pudiendo alcanzar más beneficios a final de año y pagar más impuestos. Esto hará que se pueda contratar más personal, lo que ayuda con el odiado desempleo nacional que crea delincuencia e inseguridad, generando con esto más consumo y más riqueza.
Las familias dominicanas que instalen paneles solares y dejen de pagar luz, sin duda alcanzarán una mejor calidad de vida, y podrán destinar el dinero que tenían presupuestado para el pago de energía a la educación de sus hijos, la salud o simplemente al ocio, lo que también generará consumo, por ende, impuestos y empleos.
¿No es acaso la razón principal de la Administración de un Estado y de todas sus Instituciones hacer más competitivas a las empresas, y más felices y con mejor calidad de vida a sus ciudadanos?
Las empresas distribuidoras de electricidad (EDE’s) deben adaptarse a este nuevo panorama y adoptar las nuevas tecnologías de redes inteligentes; las cuales permiten que las redes sean controladas de forma dinámica e inteligente; lo cual permitirá el aprovechamiento de los recursos renovables disponibles con un menor costo, evitará reforzamientos o construcción de nuevos circuitos de distribución, impulsará la confiabilidad de la red y minimizará las pérdidas energéticas de las mismas.
La energía solar de autoconsumo no produce pérdidas técnicas ni no técnicas, ya que se produce y se consume en el mismo lugar. ¿Porque echar la culpa a la energía solar de las pérdidas que son causadas por la red dominicana y su ineficiencia?
Las empresas Distribuidoras deberían de sentarse con el Sector de Energía Renovable de República Dominicana para buscar una solución consensuada sobre el futuro inmediato, a corto y mediano plazo de las energías renovables, para bien de toda la población dominicana.
Nuestro petróleo es el SOL. Deja que el sol pague por ti.