NUEVA YORK.- En las últimas horas se han producido muertes y heridas de personas por la violencia en los vecindarios dominicanos de Washington Heights e Inwood en el Alto Manhattan.
El más reciente corresponde a Ramona Rodríguez Reynoso, de 50 años, presuntamente dominicana, encontrada muerta de un balazo en la cabeza, en el edificio 519 W de la calle 167.
Hasta el momento no se han reportado arrestos, ni quién podría estar detrás del asesinato.
El también hispano Roberto Pérez, de 31 años, falleció a consecuencia de varios disparos que le hicieron desconocidos a bordo de un vehículo. Otra persona resultó herida. Este hecho sucedió en la bomba de gasolina, ubicada en la calle 207 con la avenida Novena.
Asimismo, por un mal olor que salía de una bolsa grande de basura, la policía descubrió el cadáver de un hombre en estado de descomposición en un apartamento del edificio Sugar Hill, ubicado en el 770 de la avenida Saint Nicholas con la calle 149. No se ha podido identificar la víctima.
Mientras, dos personas resultaron heridas, un hombre de un balazo y una mujer apuñalada, tras una agria discusión en la intersección de Broadway con la calle Academy. Presuntamente son dominicanos.
Un motociclista, también presuntamente quisqueyano, de 22 años, perdió la vida en la calle Dyckman con la avenida Post al chocar con un carro sedán Audi. La víctima, no fue identificada por las autoridades.
La Gran Manzana se ha tornado muy violenta. La propia policía informa de 38 personas heridas en 28 incidentes durante los últimos tres días del pasado fin de semana, incluyendo un teniente policial arrollado por un vehículo a propósito y una ex agente de la institución neoyorkina de un balazo.
La uniformada en NY alcanza el máximo de 25 años en arrestos semanales por armas de fuego en medio de un aumento en los tiroteos. Hubo 492 arrestos por armas en los cinco condados durante el pasado mes de marzo, un aumento del 66.8% en comparación con marzo de 2020.
La ciudad registró 447 asesinatos al 29 de diciembre de 2020, un aumento del 41% con respecto a 2019 y el número más alto desde 2011. El 2020 fue uno de los años más sangrientos para la ciudad en casi una década.