Kinshasa, 30 dic (EFE).– Pese al aplazamiento electoral a causa del ébola impuesto hace unos días en la ciudad de Beni por la Comisión Electoral (CENI) de la República Democrática del Congo (RDC), miles de personas se congregaron hoy en esta circunscripción electoral para ejercer su derecho al voto.
“La gente se ha organizado de una manera u otra para votar, dicen que es su derecho y están decididos a ejercerlo”, explica a Efe el representante de la sociedad civil de Beni, Hangi Kizito.
Unos votos que, sin embargo, nadie sabe si llegarán o no a la capital de la RDC, Kinshasa, a tiempo de ser incluidos en el escrutinio nacional, que hoy llamó a las urnas a unos 39 millones de congoleños.
El pasado 26 de diciembre, la CENI decidió excluir de estas elecciones históricas a más de un millón de congoleños de las circunscripciones de Beni y Butembo (noreste) y de Yumbi (oeste) a causa del ébola -que ya se ha cobrado la vida de 360 personas- y de la violencia étnica, respectivamente.
Estas áreas, castigadas por el ébola, la pobreza y la violencia -y donde los candidatos opositores son favoritos entre una hastiada población- votarán en marzo de 2019, mientras el resto del país lo hace hoy, 30 de diciembre.
Una decisión polémica que desencadenó protestas en diferentes puntos del noreste y ha motivado la celebración de una huelga general muy secundada en la región de Kivu del Norte, donde se encuentran tanto la ciudad de Beni como Butembo.
“Todo está paralizado en Beni. Las tiendas están cerradas, hoy no se oficia misa. La gente tiene su papeleta y la depositará en unas urnas fabricadas por ellos mismos”, continúa Kizito.
Los dos candidatos de la oposición en estos comicios, Félix Tshisekedi -al frente de Dirección al Cambio (CACH)- y Martin Fayulu -líder de Lamuka (“Despierta”, en lingala)- realizaron actos de campaña en las zonas afectadas por el ébola.
“Una vez electos, situaremos nuestra base en Beni, donde las personas mueren como si fueran animales ante la total indiferencia del régimen”, exclamó en un acto de campaña en Goma, la capital de Kivu del Norte, el asesor de campaña de Tshisekedi, Vital Kamerhe.
El candidato oficialista y sucesor del presidente Joseph Kabila es Emmanuel Ramazani Shadary, sancionado por la Unión Europea tras reprimir por la fuerza protestas antigubernamentales a finales de 2016, durante su etapa como viceprimer ministro y titular de Interior.
En el resto del país la jornada de hoy -a menos de una hora para que cierren los colegios electorales- ha transcurrido a trompicones debido a la ausencia de papeletas en diversos centros, el mal funcionamiento de algunas máquinas de voto y el hecho de que muchos votantes no encontraran su nombre en las listas electorales.
Estas elecciones deberían haberse celebrado en diciembre de 2016, cuando expiró el segundo y último mandato de Kabila, según la Constitución, pero la CENI las pospuso por “problemas técnicos”.
El último aplazamiento se produjo la semana pasada, modificándose la fecha del 23 al 30 de diciembre después de que un incendio en Kinshasa calcinara miles de máquinas de voto y material electoral.
Pese a todo, estos comicios podrían constituir la primera transición pacífica de poder en la historia del Congo desde su independencia de Bélgica en 1960.