“Debido a estas leyes de armas, gente que yo conozco, gente que amo, ha muerto, y nunca podré verlos de nuevo”, lamentó Delaney Tarr, una estudiante de la secundaria, ante el público que abarrotó las escaleras y el jardín frontal de la corte federal.
El público coreó: “¡Voten para sacarlas!” y mostraron carteles en que exigían medidas _algunos de ellos leían: “#Nunca Más”, ”#HaganAlgoAhora” y “No dejen que mis amigos mueran”.
La estudiante Emma Gonzalez dijo a los presentes que los políticos deberían de recibir donaciones de campaña de la National Rifle Association (NRA), organización estadounidense que defiende los derechos de compra y tenencia de armas.
“Deberían darles vergüenza”, gritó Gonzalez y la multitud respondía en coro.
“Mucha gente dice que estos chicos son activistas, que estos chicos necesitan ser políticos”, subrayó luego a un reportero. “Pero muchos de nosotros somos tan solo otros estudiantes que comprenden que la unión hace la fuerza. Y queremos asegurarnos que nuestro mensaje se propague. Y luego podemos volver a nuestras vidas cotidianas normales, ya saben”.
Laurie Woodward Garcia, madre de una adolescente de 14 años, coincidió con muchos de los presentes al afirmar que creía que esta matanza generará un cambio.
“Si hay algo que pueda unirnos como demócratas, republicanos e independientes son nuestros hijos. Así que eso sucederá”,